El aeropuerto Cristóbal Colón busca su despegue definitivo tras 20 años

La incorporación de tres nuevos accionistas a la sociedad pretende sacar del inmovilismo institucional un proyecto 100% privado

La inversión prevista es de 90 millones, con un impacto anual de 1.000 millones

En busca del consenso para la declaración de interés general y el recorte de plazos de tiempo

Imagen virtual del proyecto del aeropuerto Cristóbal Colón con los aviones en pistas, la terminal y el complejo agroalimentario y logístico asociado.
Imagen virtual del proyecto del aeropuerto Cristóbal Colón con los aviones en pistas, la terminal y el complejo agroalimentario y logístico asociado. / Lyncis Design

Huelva/La incorporación de tres nuevos accionistas a una sociedad suele ser un impulso para los proyectos que tenga en marcha. Si los tres socios nuevos son la Fundación Caja Rural del Sur, el Grupo Barceló, a través de su filial de viajes Ávoris, y el Grupo Azvi, especializado en construcción civil, hay más garantías de que pueda ser así. Es lo que busca la sociedad Aeropuerto Cristóbal Colón, constituida en febrero de 2004, y que 20 años después, ahora como una iniciativa completamente privada, trata de que el aeródromo sea una realidad en Huelva, quizá en 5 años, también con el impulso de la Cámara de Comercio de Huelva, al frente ya del nuevo Consejo Asesor. 

Desde que en abril de 2015 se hiciera cargo de la sociedad la empresa Huelva Desarrollo y Progreso SL, del Grupo Lyncis onubense, el proyecto salvó el primer escollo encontrado en Madrid para su viabilidad, por estar inicialmente participado por una Administración pública, en este caso, la Diputación de Huelva. 

Como iniciativa 100% privada, la tramitación ha alcanzado diferentes hitos en su tramitación pero sin pasos concluyentes por parte del Ministerio de Transportes, que en cualquier caso debe dar su visto bueno a la apertura de un nuevo aeropuerto en España con la Dirección General de Aviación Civil.

La alargada sombra del fracaso de los últimos aeropuertos construidos en España, todos ellos de inversión pública, ha pesado demasiado, probablemente, en la obtención de permisos por parte del Gobierno. Pero como el jueves recalcó el consultor Juan Ignacio Lema, ex presidente de AENA y asesor del proyecto onubense hace casi diez años, cada aeropuerto tiene sus características y condicionantes, y el de Huelva es muy diferente a todos estos.

Máxima austeridad

Como gran baza, el nulo riesgo de capital público, al ser totalmente privado. Pero también el hecho de ser un “aeropuerto con mar” y que haya sido diseñado “con los pies en la tierra, con criterios de austeridad”, destacó Lema en la presentación en las instalaciones de La Nao, de la Cámara de Comercio. “Los aeropuertos siempre pueden crecer”, dijo para defender que sea pequeño; “y eso hace que la construcción y la explotación sean óptimas desde el principio”. Esa austeridad, subrayó Juan Ignacio Lema, prima aquí en diseño, construcción, operación y mantenimiento.

El aeródromo tendrá una pista de 2.700 metros de longitud (la del CEUS es de 2.000), que la hace adecuada para vuelos con un rango de 1.500 millas, que es el tráfico que piensan que puede tener Huelva, que lleva el ámbito al continente europeo básicamente. Además, contará con una plataforma para seis aviones del tipo A320 y B377/800, de unas 150 a 180 plazas cada uno. 

El consultor aeronáutico Juan Ignacio Lema, el jueves en Huelva.
El consultor aeronáutico Juan Ignacio Lema, el jueves en Huelva. / Alberto Domínguez

Entre los diferentes escenarios planteados, siguiendo siempre la prudencia, esperan el primer año un tráfico de 260.000 pasajeros, que crecería hasta 670.000 el décimo año y alcanzaría el millón en 20 años y el millón y medio a los 30, aunque el movimiento actual global, encabezado por España, debería llevar a una revisión al alza. Pero sólo esos 260.000 viajeros en el primer año serían nuevas entradas en la provincia de Huelva. E implica en parte un impacto económico previsto de más de 1.000 millones de euros en todo el territorio onubense.

Facturación prevista

En cualquier caso, se espera, en la misma contención, una facturación de 7 millones de euros inicial, y de 15 millones a los 15 años, y 20 millones a los 25 años, con un resultado positivo EBITDA de 200.000 euros entre los 6 y 10 primeros años, de 3,5 millones de euros en 20 años y 10 millones a los 30 años.

Todos estos datos aportados por Juan Ignacio Lema el jueves quedan supeditados a que la obligada tramitación administrativa, con independencia del capital, sea favorable para el proyecto. Y éste, explican los promotores, se ha adaptado a las exigencias realizadas estos años desde el Ministerio para asegurar que así fuera, diferenciándose claramente de fracasos españoles previos. La pelota parece que está ahora en el tejado de la Administración.

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