Alojarse con personas mayores en Huelva: la opción que ofrece la Universidad para abaratar costes y unir lazos entre generaciones
Gracias a esta opción, el estudiante se ahorra pagar un alquiler, teniendo que ocuparse solo de su comida y de los gastos comunes con el propietario de la casa, como luz y agua. "Yo suelo pagar alrededor de 50 euros al mes, aunque el amor que me ha aportado Carmen no tiene precio y no lo cambiaría por nada", asegura la estudiante
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Manuela tiene 21 años y es de Camerún. Estudia Filología Hispánica en la Universidad de Huelva y aún se emociona al recordar cómo fue cuando conoció a Carmen, "su abuela" de adopción y la familia que la vida le tenía preparada en Huelva. A su llegada a la ciudad hace ahora un año, Manuela descubrió el Programa de Alojamiento con Mayores de la UHU, una de las opciones de alojamiento alternativo que ofrece el Servicio de Atención a la Comunidad Universitaria (SACU).
"Gracias a esta opción que ofrece la onubense tuve la suerte de encontrar a mi abuela Carmen", cuenta a este periódico con emoción. La camerunesa escribe poesías a la mujer con la que, no solo comparte piso, sino que ha formado un hogar. "Es que es muy amable conmigo. Desde que entré en su casa me ha tratado como alguien especial", confiesa.
A su lado y entrelazando sus manos con las de la joven, la mujer de 88 años la observa hablar entre satisfecha y melancólica. "Ella se queda aquí y me hace compañía. Yo respeto sus estudios. Si necesito que me acompañe al médico o que me vaya a comprar, ella se ofrece para cualquier cosa. Recoge su habitación, limpia su cuarto de baño y tenemos muy buena comunicación", relata encantada. Cuando llega, dice, "me cuenta cómo le ha ido el día y yo le cuento mis cosas también. Me riega las plantas, me recita poesías, rezamos juntas el Rosario e incluso recoge la ropa del tendedero".
Entre Carmen y Manuela hay un vínculo muy especial. Sin embargo, la implicación de cada estudiante con el propietario depende de cada uno, ya que no se trata de que el alumno "preste un servicio, cuide al anciano o vaya a limpiar, sino de que ambos se hagan compañía y convivan bajo una relación de respeto y afecto", aclaran desde la UHU. Es por eso que como únicos requisitos para participar en esta opción de alojamiento es estar matriculado como alumno, en el caso del estudiante y que la de acogida no sea una persona dependiente.
Gracias a esta opción, el estudiante se ahorra pagar un alquiler, teniendo que ocuparse solo de su comida y de los gastos comunes con el propietario de la casa, como luz y agua. "Yo suelo pagar alrededor de 50 euros al mes, aunque el amor que me ha aportado Carmen no tiene precio y no lo cambiaría por nada", asegura la estudiante. "Yo tengo mi vida, ella tiene la suya y nos entendemos muy bien. Por ejemplo, a pesar de que la cocina de mi "abuela" me encanta, yo estoy acostumbrada a los sabores africanos y adoro el picante. Por eso me hago de comer para mí y ella come lo suyo. Vivimos vidas independientes pero con el apoyo mutuo de sentirnos como si fuéramos familia".
Al principio, cuando pensó en vivir con una persona mayor sintió incertidumbre. "Me imaginé a alguien que quizá no pudiera entenderme por la cultura de la que vengo", afirma. Pero nada más entablar la primera conversación, ese muro se derribó. "Carmen siempre me ha entendido. Siempre quiere saber de mí, de mi vida, de mi cultura. Me da consejos de los de verdad. Como se suele decir en mi país, un anciano es una biblioteca que enseña cosas que nunca mostrarán los libros. Tenemos que respetar a los ancianos porque son un ejemplo. Y gracias a Carmen, además, estoy aprendiendo la cultura de Huelva a pasos agigantados", apunta.
Carmen, que sigue ensimismada contemplando al detalle el testimonio de la joven, asiente a lo que dice. Para la anciana es la primera vez compartiendo piso con una estudiante de la Universidad de Huelva, aunque tiene claro que ha sido "de las mejores decisiones". Se rompió la cadera, luego tuvo cáncer y aunque ahora se encuentra "bien de salud" y es independiente, sus dos hijas, que viven fuera de Huelva, quisieron inscribirla a este programa para que estuviera más arropada en casa. "Yo hago mi vida normal. Salgo sola, voy a la compra, hago la comida, tengo a mis amigas, pero además cuento con el apoyo de Manuela. No he encontrado a ninguna chica tan buena como ella". Una compañía diferente a la asistencial, ya que Manuela ya dispone de una chica de la ayuda a domicilio que hace las tareas del hogar. Sin embargo, lo de la Universidad de Huelva es algo diferente. Una forma de abaratar costes al mismo tiempo que aporta la ventaja del componente humano y de la relación intergeneracional. "Mi pensión también es pequeña, por lo que nos beneficiamos ambas de compartir los gastos y además nos sentimos acompañadas", asegura Carmen.
Un programa de convivencia intergeneracional
El Programa de Alojamiento alternativo con personas mayores es un programa de "convivencia intergeneracional" y ayuda mutua entre personas mayores y estudiantes de la Universidad de Huelva, siendo su fundamento la ayuda mutua y la solidaridad intergeneracional y teniendo un doble propósito: facilitar el alojamiento al estudiantado y mejorar las necesidades de acompañamiento que en muchos casos presentan las personas mayores. A cambio de alojamiento gratuito, el estudiante respetará y realizará las tareas pactadas en el acuerdo de convivencia. El alumno de la UHU se encargará de su manutención (comida) y colaborará con los gastos de luz, agua, gas, etc.
Por su parte, la persona mayor que abre su casa, ofrecerá una habitación independiente en buenas condiciones, que cuente con mobiliario indispensable para el estudio. Igualmente, respetará el horario de clases, las horas de estudio y los períodos de exámenes del alumno que acoja en su domicilio. Además, cederá los aparatos de uso doméstico cuando el estudiante lo precise.
Una treintena de estudiantes ya se han beneficiado de esta opción de alojamiento
La directora del Programa de Alojamiento, Voluntariado y Orientación de la UHU, Mariló Guzmán, explica que casi 30 estudiantes han tenido el privilegio de compartir esta experiencia de alojamiento intergeneracional canalizado a través de la Oficina de Alojamiento de la Universidad de Huelva.
Cuando se implantó en un primero momento este programa, las solicitudes procedían de estudiantes de Grado que no contaban con becas oficiales para el desarrollo de los estudios. Sin embargo, en los últimos años han incrementado las solicitudes de estudiantes de nacionalidad extranjera y tanto de Grados como de Másteres y Doctorado.
En en cuanto al perfil de personas que acogen, "suelen ser mayores que viven solos y que quieren permanecer en sus viviendas. Buscan en esta modalidad de alojamiento el acompañamiento que necesitan".
Mariló Guzmán anima a hacer uso de este programa que ofrece la Onubense porque "es una oportunidad compartida de convivencia y aprendizaje. Ambos colectivos desarrollan la capacidad de empatía. Permite a los jóvenes que participan aprender de la resiliencia, de las dificultades y de sus circunstancias".
Igualmente, indica que "las situaciones de vulnerabilidad suelen ir acompañadas de una gran capacidad de resistencia ante la adversidad y de ilusión por mejorar a corto y medio plazo. Esta experiencia les aportará a los jóvenes universitarios un bagaje experiencial para su curriculum de vida, así como competencias sociales de adaptación a personas mayores y organizativas en el espacio de convivencia".
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