"La ampliación de la refinería es la mayor inversión industrial de Andalucía"
La planta, con un coste de 1.250 millones de euros, será inaugurada en primavera
Introducirse en las obras de ampliación de la Refinería La Rábida es como hacerlo en un mecano descomunal, en un bosque de tubos por el que pululan obreros en todas direcciones entre grandes medidas de seguridad. Álvaro García explica los detalles con la aplicación de un maestro de escuela. "El petróleo es una materia prima maravillosa, de moléculas que están ahí, bajo la tierra, transformándose desde hace millones de años", afirma del mismo modo que un pintor hablaría de sus pinturas y lienzos.
-¿Qué significa la refinería La Rábida para Cepsa?
-Esta refinería es una apuesta decidida de la compañía, hasta el punto de que su ampliación es la inversión más importante de las realizadas hasta ahora por Cepsa, con 1.250 millones de euros. Es la mayor inversión industrial que se ha hecho en Huelva y yo diría que en Andalucía.
-Pero el consumo de combustibles ha caído.
-España es excedentaria en gasolina y ponemos en el mercado americano del orden del 3 millones de toneladas al año, pero vamos a producir ahora combustibles en lo que es deficitaria: querosenos y gasóleos. Ese déficit era de unos 14 millones de toneladas, aunque ahora ha bajado a 10 millones como consecuencia de la caída del consumo. Vamos a incrementar la producción de gasóleo del orden de 2,5 millones de toneladas y hemos comprado la tecnología adecuada para cubrir esa laguna, aunque hay una competidora [Repsol, en Cartagena] que está haciendo un proyecto casi calcado al nuestro.
-Es una inversión que se realiza en plena crisis.
-Es verdad que el proyecto fue diseñado cuando la crisis no había surgido, pero pasará esta fiebre, el consumo se restablecerá y estaremos en condiciones de competir en calidad y cantidad, porque este proyecto conlleva una modernización de medios tremenda, especialmente en términos de ahorro energético. Esta refinería será una referencia en Europa y, si lo es en Europa, lo será en el mundo.
-¿Qué impacto tiene en términos de empleo?
-Es importantísimo, justo cuando la crisis está mostrando su cara más negra. Se han creado entre 3.000 y 3.500 empleos en la ampliación y se han generado 140 puestos fijos en Cepsa y otros tantos en las compañías que nos prestan sus servicios, especialmente de mantenimiento. Éste es un empleo estable, con un componente de desarrollo personal y una generación de riqueza muy destacada en el entorno. La construcción supondrá más de 5 millones de horas trabajadas.
-Es además un empleo muy cualificado.
-Debo confesarle que cuando empezamos nos preguntábamos si íbamos a tener suficiente personal para soldar y montar todo lo queríamos, pero de repente cambiaron las tornas y pudimos contar con profesionales cualificados. Eso nos va a permitir terminar la construcción en fecha. Está previsto que la terminación de la última planta, la de hidrógeno, sea en enero, pero todo lo demás estará mecánicamente disponible a final de diciembre. A final de este mes comenzará el lavado de los circuitos y en marzo será la puesta en marcha. En verano estaremos ya con una producción estabilizada.
-Cuando se hace una inversión de estas características es porque se piensa sacarle rentabilidad durante muchos años, pero el petróleo tiene fecha de caducidad.
-Es cierto. La demanda de crudo en el año 2008 cayó un 0,4% y en 2009 vamos a esperar, pero posiblemente sea peor. De todas formas, somos optimistas. En el mundo se consumen cada día 85 millones de barriles, pero a pesar de eso tenemos crudo para 50 años más. Cuando empecé en esto, en 1973, alguien decía que había crudo para 25 años, pero los recursos aumentan en vez de agotarse. Se van descubriendo cada día más bolsas de petróleo gracias a las tecnologías disponibles, que permiten extraerlo a precios razonables. Aunque no estaré aquí para verlo, creo que dentro de 300 años habrá alguien destilando crudo porque habrá tecnologías capaces de sacar petróleo de las arenas bituminosas en Canadá o del fondo del mar a profundidades de 2.000 o 3.000 metros. El crudo es una materia muy valiosa y poderosa.
-¿Y los biocombustibles?
-La normativa nos obliga incorporar a nuestras gasolinas y gasóleos un porcentaje de biocombustibles. En la refinería existe una unidad que produce lo que llamamos ETBE, para las gasolinas, y una planta anexa, de Bio-Oils, que produce biodiésel para incorporarlo a nuestros gasóleos. Un 5% de biodiésel en los gasóleos y 14% de ETBE en las gasolinas.
-¿El biodiésel es tan ecológico como parece?
-No quiero pronunciarme al respecto porque no soy un experto. Soy un enamorado de los temas energéticos y todo aquello que reduzca la emisión de gases de efecto invernadero me parece fantástico. En la compañía tenemos una campaña de reducción de éstos. Tenemos previsto reducir hasta 2013 unas 80.000 toneladas de consumo de combustible/año y dejar de emitir 243.000 toneladas de CO2. El ahorro energético tiene dos claves muy interesantes: de un lado reduzco mi factura, con lo que hago frente a los competidores, y por otro lado, como dejo de emitir CO2, tengo un bono que puedo vender.
-¿Se ve conduciendo un vehículo eléctrico?
-Alguna vez he viajado en alguno, pero…
-¿Le gusta más el sonido de motor de combustión?
-No, no, es que estoy convencido de que los combustibles son cada vez más limpios y de que los motores son cada vez más optimizados. La energía eléctrica es más limpia siempre que haya sido generada mediante una fuente alternativa. Como sea quemando material fósil, la contaminación seguirá existiendo. Hoy en día es más eficiente un motor de combustión. Si cae el consumo de gasolina es también porque los coches son cada vez más eficientes.
-¿Y el hidrógeno?
-Es el producto más caro que producimos en la refinería. Necesita inversiones muy grandes y aparatosas. Lo necesitamos para desulfurar nuestros combustibles, para hacerlos más limpios, ecológicos y sostenibles.
-¿Y por cuántos años piensa seguir en Huelva?
-Hoy por hoy no pienso mudarme de Huelva. Hay un clima bueno, una playa maravillosa, una sierra encantadora y una gente extraordinaria. ¿Dónde voy a vivir mejor? Lo más probable es que me quede, aunque no sé aún cómo se llama el cementerio.
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