Los Ángeles, un tesoro en el corazón y la memoria de Huelva

La tienda cuenta con "el mejor mantecado que hay y el que más premios tiene", un éxito de ventas todas las Navidades

Rosario Aguado tras el mostrador de dulces navideños de Los Ángeles.
Rosario Aguado tras el mostrador de dulces navideños de Los Ángeles. / Rafael García Rebollo

Huelva/Los Ángeles es una pausa en el centro neurálgico de la ciudad. Un descanso del acelerado ritmo de los onubenses que parecen ir con prisa a todas partes. No encontrarás personas corriendo por sus pasillos para hacer una compra rápida, pero sí conversaciones banales entre estanterías de las que te hacen salir de la tienda con una sonrisa.

Su escaparate atrapa todas las miradas de la calle Concepción. Con una singular forma de presentar los productos que ha permanecido fiel a su esencia desde que abrió en el 1948 al igual que la vestimenta de los trabajadores, una impecable bata blanca que los diferencia. Ahora, más de setenta años después, este ultramarino familiar mantiene la magia de aquellas tiendas de barrio en las que muchos de los onubenses más seniors compraban sus chuches de pequeños.

"Los otros días una señora se emocionó porque decía 'yo venía con mis padres a comprar aquí siempre', al final muchas de las personas mayores que vienen, lo hacen porque de pequeños ya venían con sus padres y abuelos", relata Rosario Aguado que se encarga ahora de este negocio familiar que ha heredado de su padre, Santiago Aguado que, pese a sus 91 años acude todos los días a la tienda.

Dos mujeres compran polvorones en la tienda.
Dos mujeres compran polvorones en la tienda. / Rafael García Rebollo

"Es su vida, su creación, él cogió las riendas de Los Ángeles con 20 años, cuando era una tienda aún chiquitita, y ahora esta es también mi casa", relata Rosario sobre el tesón y el amor que su padre tiene a esta tienda. Un cariño que todos los trabajadores trasmiten a los clientes con una cercanía que no se logra en los supermercados.

Este es uno de los secretos a voces que hacen que Los Ángeles sea tan querida por los onubenses. En este ultramarinos los vecinos no entran, compran y se van, los trabajadores se esfuerzan por conocer a los clientes y entablar una conversación con ellos dándoles un trato cercano. Algo que se ve con un gesto tan simple, y tan difícil de encontrar hoy en día, como que los trabajadores guarden los productos en las bolsas coloca la guinda a las compras de los onubenses en esta tienda. "Nosotros cuidamos al cliente, nos pasamos hasta recetas", señala Rosario con una sonrisa sobre la cercanía que consigue con algunos de sus clientes.

A muchos los conoce de hace años, una clientela fiel que "venía con sus padres, con sus abuelos, con alguien que ya no está y al entrar señala cosas diciendo '¡Ay, dios mío! Esto lo comía yo de chico', es algo que se repite mucho aquí". Así explica Rosario qué hace tan especial a una de las tiendas más señeras de la capital onubense por la que han pasado muchos vecinos cuando eran pequeños y que ahora regresan con sus nietos de la mano para que ellos también puedan decir en unos años: "Yo venía aquí con mi abuelo".

Mantecados Felipe II, la venta estrella de las Navidades en Los Ángeles.
Mantecados Felipe II, la venta estrella de las Navidades en Los Ángeles. / Rafael García Rebollo

El producto estrella estas Navidades

Al entrar en Los Ángeles durante estas fechas es imposible no reparar en la variedad de polvorones, mazapanes, mantecados y alfajores que tienen. Cada año se esfuerzan por traer novedades y renovar la amplia oferta, pero sin abandonar los clásicos que no pasan de moda en las cestas navideñas.

Entre todos ellos especialmente uno es el que acapara todas las miradas, y las bolsas de la compra, de quienes quieren endulzarse las fiestas con los mejores productos: el mantecado Felipe II. Un éxito de venta todas las Navidades que Rosario asegura que es "el mejor mantecado que hay y el que más premios tiene". Un producto que la gente busca expresamente en Los Ángeles porque sabe que es aquí donde puede encontrarlos.

Tesoros en las estanterías

Tras más de siete décadas de vida, Los Ángeles todavía cuenta con productos que se mantienen en la memoria de los onubenses y que es casi imposible encontrar en otros sitios. Aquellos que de pequeños iban con sus padres a comprar, puede que recuerden alguno de los productos que aún pueden encontrarse en sus estanterías.

Es el caso de los caramelos de violeta que aunque son un símbolo de Madrid, han gozado de bastante éxito entre los onubenses que aún acuden a Los Ángeles para hacerse con una, o dos, bolsitas de este dulce que, muy probablemente, comieron alguna vez de pequeños.

Los onubenses que echen un vistazo entre las bebidas podrán encontrar la una característica botella transparente con el anís más emblemático de Huelva, el Anís Onuba. Este es un clásico onubense arraigado y con sello propio que cada vez es más difícil de encontrar y que ha presidido durante años las sobremesas de las cenas de Navidad.

Echar un vistazo a sus estanterías es tener la oportunidad de encontrar algún tesoro que se creía descatalogado y olvidado, pero que Los Ángeles rescata para ofrecerlos a Huelva.

Dos mujeres se detienen a observar el escaparate de Los Ángeles.
Dos mujeres se detienen a observar el escaparate de Los Ángeles. / Rafael García Rebollo

76 años de historia

Durante sus más de siete décadas de vida, Los Ángeles se ha enfrentado a grandes cambios y transformaciones en Huelva. Ha sido testigo de una pandemia, de la creación y desaparición de comercios en la misma calle y del auge de las grandes plataformas comerciales.

"Ahora está todo muy masificado y se notan mucho los cambios. Se nota que ahora es un centro que está cerrado, que no hay acceso en coche" un cambio urbanístico que hace que sus proveedores tengan más difíciles traerles esos productos que tanto enamoran a los onubenses. Sin embargo, ni las trabas de la calle ni los cambios en Huelva les frenan, "nosotros pretendemos sobrevivir", sentencia Rosario haciendo alarde del espíritu de supervivencia de Los Ángeles.

También han sabido adaptarse a las nuevas tecnologías con presencia en las redes sociales donde tampoco pierden su esencia y saben mezclar el presente con el pasado, tal y como hacen a la perfección en su tienda.

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