El doctor Antonio Campos, en Huelva: "Estamos investigando la posibilidad de incluir antibióticos en la piel artificial"
El catedrático lideró la creación de la denominada URGSKIN como medicamento y en estos momentos también trabaja, junto a su equipo, en la creación de piel a partir de una serie de células madre del cuerpo humano, lo que se traduce en una menor espera
Imparte una conferencia sobre el legado de Ramón y Cajal en la Universidad de Huelva
Huelva/El legado del científico Santiago Ramón y Cajal maravillaba la pasada semana a los alumnos del Grado de Medicina de la Universidad de Huelva, quienes tuvieron la suerte de profundizar en una "figura universal que trasciende la Histología" en una conferencia en la ETSI, en el Campus del Carmen de la UHU. Lo hacían de la mano del catedrático Antonio Campos, uno de los grandes conocedores del nobel español y líder del equipo de científicos de la Universidad de Granada (UGR) que en 2012 creó la piel artificial conocida como UGRSKIN, obtenida por ingeniería de tejidos. El pasado verano, doce años después de aquel hito, la Agencia Española del Medicamento autorizó su uso como medicamento de uso consolidado en hospitales con unidades de quemados que se acrediten para ello. Pero el viaje no acaba aquí.
El futuro de la Histología está "en los tejidos artificiales", según considera el catedrático, que en declaraciones a este diario reconoce que, "ahora estamos investigando la posibilidad de incluir antibióticos dentro de la piel artificial", dado que uno de los grandes retos en este tipo de cirugías es la infección por bacterias "que pueden complicar el proceso y destruir los injertos". Es por ello que el Grupo de Ingeniería Tisular del departamento de Histología de la Facultad de Medicina de la UGR trabaja en estos momentos en la introducción de pequeñas vesículas con antibióticos en el interior de la piel artificial para combatir esos agentes bacterianos. "Un avance que está aún en fase experimental, pero cuyos resultados son muy prometedores", resume un orgullo Antonio Campos, incapaz de esconder lo estimulante que es "ver a pacientes con quemaduras que cubren más del 70% de su cuerpo recuperarse, muchos de ellos jóvenes deportistas".
No es el único reto que tienen entre manos Campos y su equipo, pues "también estamos trabajando en construir la piel a partir de una serie de células madre del cuerpo humano y así tenerlas ya preparadas". Dicho de otro modo, en tener la piel lista para su uso inmediato, lo que redunda en un menor tiempo de espera, en tanto que -explica- la piel se 'amolda' al paciente en cuestión y "puede tardar hasta cuatro semanas en confeccionarse". "Nuestra meta es poder almacenar la piel en bancos de tejidos para que se utilicen cuando sea necesario", expone el catedrático, toda vez que añade que es "un proyecto que acaba de comenzar y en el que estamos avanzando poco a poco".
La piel artificial como medicamento no es magia. Es el resultado de "una investigación que comenzó hace décadas, cuando vimos algunas publicaciones que indicaban que era posible, lo que nos animó a comenzar este reto en Granada", sostiene Antonio Campos, quien recuerda aquel momento "clave", en el que "comencé a ver que existía la posibilidad real de crear tejidos artificiales, y pensé: "¿por qué no hacerlo aquí en España, en Granada?".
Comenzó entonces un proceso que culminaría en 2012 con la creación de este modelo de piel artificial. Previamente, el grupo de Ingeniería Tisular había demostrado la eficacia de este modelo de piel en animales de experimentación y logró desarrollar los controles de calidad necesarios de acuerdo a los requerimientos de las agencias del medicamento. Una vez quedó aprobado el modelo UGRSKIN por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), en 2016 se empleó por primera vez para tratar a una paciente que presentaba graves quemaduras en el 70% de su superficie corporal en la Unidad de Quemados de referencia de Andalucía, en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. El medicamento se trasplantaba en un uso denominado compasivo, es decir, requería autorización caso a caso. No obstante, desde el pasado junio se permite su aplicación directa, habiéndose empleado ya "en una veintena de pacientes", según calcula Antonio Campos.
Al respecto, el catedrático expone que este modelo de piel se utiliza, "principalmente, para grandes quemaduras, donde la piel perdida es tan extensa que pone en riesgo la vida del paciente". "Nuestro modelo -prosigue- ha demostrado ser eficaz y tener resultados muy satisfactorios", explica el científico, que pone de manifiesto el hecho de que facilita la cicatrización rápida de las heridas, acorta el tiempo de recuperación y mejora la calidad de vida, además de tener buenos resultados estéticos y funcionales.
Antonio Campos, además de realizar investigaciones que dejan grandes hitos, es un firme difusor de la figura de Ramón y Cajal, a quien presentaba ante los jóvenes estudiantes de Medicina de la Universidad de Huelva. "Creo que en España debemos ser conscientes de su legado, ya que sus ideas y valores siguen siendo muy relevantes hoy en día. Su legado no solo tiene una dimensión científica, sino también humana y social", expresa, antes de finalizar diciendo que "fueron también sus características personales las que contribuyeron a hacerlo el gran científico que fue".
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