Los astilleros de Huelva están ante su última oportunidad

El proyecto definitivo se presentará este mismo mes después de ser elaborado por la empresa de ingeniería onubense Gabitel

Incluye un plan de electrificación de buques y un programa de formación en I+D+i

Los astilleros en la ría del Odiel están ante su última oportunidad de recuperar su actividad. / H. I.
Óscar Lezameta

16 de agosto 2021 - 06:08

Huelva/Desde que en el año 2018 la empresa Cotnsa dejara las instalaciones que gestionaba junto al puente Sifón, la continuidad de la actividad en la ría del Odiel ha tenido más incertidumbres que certezas. Dos proyectos fracasados en los que se depositaron esperanzas de continuidad y uno actualmente en proceso de evaluación y replanificación, marcan el futuro de unas instalaciones que otrora significaron cientos de puestos de trabajo y que se han convertido en poco más que un esqueleto esperando una salvación en el último momento. Sobre ellos pende además la regeneración de toda la fachada marítima de la ría del Odiel que busca la apertura de la ciudad a unos terrenos que deben mejorar mucho para ser atractivos.

Según ha podido conocer Huelva Información, el proyecto de la empresa, perteneciente al grupo Argos, tiene previsto presentar su plan definitivo los próximos días, incluso en periodo vacacional. En estos momentos y dado que el anterior presentado ante la Autoridad Portuaria de Huelva no satisfizo a sus responsables, es la empresa de ingeniería onubense Gabitel, la que se ocupar de su redacción definitiva para poder optar a la explotación de dichas instalaciones.

Los detalles que se conocen de dicho proyecto apuntan en una dirección no señalada hasta estos momentos, como es la electrificación de los buques con los que se pretende aumentar la carga de trabajo y justificar el desembolso que supone la mera explotación de esas instalaciones. La descarbonización de todas las facetas económicas y especialmente en el mundo del transporte y más aún en aquel que más combustibles fósiles consumen, ha llevado al replanteamiento de toda la actividad de los astilleros del mundo, que buscan nuevas fuentes de combustibles con los que cumplir con los requerimientos medioambientales hoy estrictos y en un futuro todavía más.

Para terminar de convencer a los responsables portuarios, el proyecto incluye también un programa de formación en I+D+i con el que completar las necesidades de su futura plantilla.

Estado actual de las naves de astilleros en Huelva. / H. I.

Fuentes de la empresa, confirmaron que el proyecto “es muy ambicioso” y que incluye dar “una solución al estado actual del buque Ocean II que continúa varado al Muelle de Levante desde el año 2008 con que se haya decidido su futuro”. En apenas dos semanas esperan resolver “todos los requerimientos exigidos por la Autoridad Portuaria de Huelva”, que básicamente se resumen en una consolidación financiera del proyecto, es decir que no contemple inversiones a largo plazo sino de manera inmediata dadas las necesidades de las infraestructuras existentes en la zona del puente Sifón y, especialmente, una renovación de los edificios e instalaciones que vaya más allá de un lavado de cara.

Se trata de dos condiciones sine qua non para dar luz verde al proyecto, la primera para no comprometer la viabilidad del mismo como ocurrió en las dos últimas iniciativas que se presentaron al concurso y la segunda para garantizar que no choca con los planes de regeneración de toda la zona del Muelle de Levante, cuyo proyecto estrella es la creación de una marina deportiva con más de 400 amarres y que, desde luego, no es compatible con la imagen actual que ofrecen sus edificios. Dicho de otra manera, o se renuevan de una manera integral, o no tendrán reparo alguno en no renovar la concesión.

De hecho la presidenta de la Autoridad Portuaria onubense, Pilar Miranda, señaló a Huelva Información el pasado 11 de mayo que el Puerto estudiaba el proyecto de astilleros “en profundidad. Hay intención de que aquellas cosas en las que no estamos de acuerdo, podamos solucionarlas y tirar hacia adelante”.

Las naves actuales precisan de una regeneración urgente por el mal estado que presentan. / H. I.

El 12 de febrero de 2018 la empresa Cotnsa abandonaba las instalaciones de los astilleros tras seis años en Huelva y un panorama de impagos, deudas y una degeneración total de sus infraestructuras en los últimos años. De hecho, algunos responsables del proyecto actualmente en estudio, hablan directamente de “expolio”. La empresa gallega había retomado en 2011 su actividad en los astilleros de Huelva y la Autoridad Portuaria había notificado dos meses antes la declaración de caducidad de la concesión por incumplimiento de contrato. La concesión había sido otorgada otorgada a Astilleros Cotnsa Huelva SA en el año 2013 por un periodo de diez años, destinada a la construcción, reparación, acondicionamiento y desguace de buques, que no pudo cumplir en su totalidad y que dejó un deterioro que, tal vez sea irreparable.

A comienzos de 2018 llegó el turno de la empresa portuguesa Policedencias España SL. El empresario portugués Manuel Lino mantuvo reuniones con representantes sindicales, políticos e institucionales y llegó incluso a prometer el regreso de la construcción naval, en concreto de barcos de aluminio a las instalaciones de la ría del Odiel. Aspiraban a conseguir una licencia para llevarlo a efecto que no llegó nunca. Tampoco lo hizo una carga de trabajo de la que no se tuvieron noticias.

Poco antes de sufrir las primeras consecuencias de la pandemia, le tocó el turno a Desarrollos Navales Astilleros de Huelva SA, encabezada por Francisco Gallardo quien fue director de las instalaciones en la etapa de Manuel Lino. La pretensión de conseguir la renovación de la concesión de los astilleros onubenses, quedó en un mero intento y a pesar de que, según señalaron, contaban con el respaldo de “empresas del sector naval de Huelva, Cádiz y Asturias”, tampoco fructificó.

Las instalaciones precisan de una renovación inmediata. / H. I.

Pocos meses después recogió el testigo Nuevo Astillero de Huelva SA, la empresa que opta a consequir la renovación de la concesión. En un principio se invirtieron casi 2 millones de euros para poner en funcionamiento unas instalaciones obsoletas y que no servían para las actuales necesidades de utilización. El respaldo del grupo Argos, les concede la vitola de seriedad que los dos proyectos anteriores carecían, aunque la concesión a cuarenta años debe ofrecer unas mayores garantías de inversión sostenida en el tiempo. Al menos, se recuperó parte del empleo que se perdió tras la salida de Cotnsa y en sus intalaciones han llegado a trabajar un centenar de personas. Las primeras previsiones realizadas por los responsables del proyecto apuntan a multiplicar por cuatro esa cifra, con el consiguiente impulso de puestos de trabajo indirectos e inducidos que comporta.

Este mismo mes el proyecto definitivo se presentará ante los responsables de la Autoridad Portuaria que deberán someterlo a su evaluación antes de tomar una decisión que, en cualquier caso, se efectuará bien entrado el mes de septiembre. Si es capaz de dar respuesta a los requisitos exigidos, los astilleros continuarán siendo parte del paisaje onubense; de no ser así, habrá que buscar otros usos.

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