Los barcos de la chirla volverán a faenar a partir del 1 de octubre
Huelva
La Junta abre el caladero con un plan de inspección especial para garantizar su conservación
Sánchez Haro pide al sector "responsabilidad" para mantener el recurso
Huelva/El consejero de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Rodrigo Sánchez Haro, ha anunciado al sector la reapertura el próximo día 1 de octubre del caladero de la chirla del Golfo de Cádiz (tras ocho meses de cierre), después de confirmar los informes científicos del Instituto Español de Oceanografía (IEO) la mejoría de las posibilidades de la actividad marisquera en la zona. Esta medida, ha asegurado el consejero, "se toma en apoyo de las familias que viven de esta pesquería, para que tengan unos mínimos ingresos", pero ha recordado que a partir de ahora "tendrán que compatibilizar la actividad con la mejora del caladero".
Sánchez Haro informó que "esta apertura vendrá acompañada de su correspondiente planificación de seguimiento y control para garantizar la conservación y supervivencia del recurso y para el estricto cumplimiento por parte del sector". En este sentido, solicitó al sector responsabilidad y recordó que "el objetivo es mantener esta actividad pesquera en el tiempo. Hay que compatibilizar la pesca con la supervivencia del caladero, por lo que es necesaria la colaboración de todos".
El consejero insistió en la necesidad de que todo el sector debe de estar concienciado, apelando a "una responsabilidad que es de todos". "O lo solucionamos entre todos, o no vamos a ninguna parte", apostilló.
De esta manera, la Consejería cumple con su compromiso, que pasaba por reabrir en cuanto los informes técnicos confirmasen que la actividad pesquera era factible sin poner en peligro el futuro del caladero.
La captura de la chirla se prohibió el pasado mes de enero al comprobarse que la biomasa estaba alcanzado unos niveles mínimos que comprometían la supervivencia de la especie. A partir de ese momento se estableció que la situación se mantendría hasta que hubiese garantías de que la actividad era viable conjugando los intereses ambiental, económico y social. El cierre del caladero, decretado el pasado 20 de enero por la administración autonómica para la regeneración de la especie, ha afectado a 96 embarcaciones y 291 tripulantes de los puertos de Isla Cristina, Punta Umbría y Ayamonte, en Huelva, y Sanlúcar de Barrameda, en la provincia de Cádiz. La prohibición de capturas también estuvo vigente entre diciembre de 2016 y julio de 2017.
Para ayudar a paliar los efectos del cierre del caladero, la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural puso en marcha unas ayudas para armadores y tripulantes afectados, con base en los puertos onubenses y gaditanos. Esto ha permitido un apoyo económico a 70 familias durante este periodo de inactividad.
A finales de julio, la Consejería hizo efectivo el primer pago de las ayudas a los afectados por el cierre, que incluían el periodo comprendido entre el 20 de enero y el 30 de junio, a razón de una cantidad fija de 500 euros por buque y mes natural completo y de 400 euros por cada uno de sus tripulantes. La convocatoria de ayudas ha sido trabajada y consensuada con el sector, de tal manera que ha recogido algunas de sus peticiones como que se tome como referencia el número de tripulantes enrolados en cada embarcación a fecha de 2 de octubre de 2017. Asimismo, para el cómputo de las ayudas se tiene en cuenta que los armadores que hayan trabajado a bordo de la embarcación puedan contabilizarse como tripulantes.
El consejero resaltó, asimismo, que la Junta ha mantenido una interlocución permanente con todos los representantes del sector, consolidada con la constitución de una mesa de trabajo y de dos grupos técnicos para mejorar la pesquería de esta especie, habiéndose celebrado ya varias reuniones. Desde la Consejería se ha planteado la idoneidad de la constitución de una Organización de Productores Pesqueros (OPP) para aumentar el valor añadido de la chirla y mejorar su comercialización.
El cierre se ha mantenido hasta que los informes científicos determinen que la población de chirla se ha restablecido totalmente y que es posible reanudar la actividad. El objetivo, marcado es lograr la sostenibilidad de esta pesquería no sólo en lo ambiental, sino también en lo social y en lo económico.
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