Una barriada ajena a la polémica
Los vecinos del barrio que lleva el nombre del fundador de la Falange Española, José Antonio Primo de Rivera, son reticentes a cambiar el nomenclátor de las calles
Dina Llaga vive en el 23 de la calle Camarada Manuel María Carrasco y a ella, según comenta, le gustaría que cambiaran el nombre de la vía aunque éste es, según confiesa, un tema que no le quita el sueño. La joven, una de las nuevas propietarias de una de las casas de la barriada José Antonio, explica que la mayor parte de los vecinos son personas mayores, aunque hay algunos jóvenes -los menos- que han comprado viviendas y las han ido arreglando.
"Puestos a elegir me gustaría que cambiaran el nombre porque recuerda a una dictadura y todas las dictaduras, sean de la ideología que sean, son malas. Prefiero que lo quiten, aunque en realidad es algo que no me afecta, porque sólo es un recordatorio", señala.
"Esto es algo que no me afecta y que no me ha supuesto ningún problema, aunque entiendo que haya gente a la que le pueda molestar", comenta Jesús Bazarra, un joven de 25 años que vive en una de las casas aledañas a la de Dina desde 1997.
Pocas placas tan antiguas hay en la zona como la de la calle Camarada Juan J.Cerrejón. El indicativo luce junto a la casa de Rafael Ramos, un hombre de 52 años nacido en esa vivienda que, según comenta, ya estaba en pie hace ochenta años. "A mi me da igual que la quiten, aunque me daría pena porque lleva ahí toda la vida", valora.
En esta misma calle, un matrimonio que reside en otra de las viviendas es partidario de dejar la placa tal y como está, así como las otras. Reticentes a hablar sobre el tema, recuerdan que ésta no es la primera vez que se plantea la polémica, asegurando que a ellos no les molesta la placa porque "está de la forma que tiene que estar".
Recién llegada a esta calle está Cinta García, a quien el nombre no le ha afectado a la hora de adquirir la vivienda. "Yo pienso que esto se hizo hace más de 70 años y por eso llevan las calles los nombres de aquellos políticos de la época, así que si lo cambian me parece fantástico pero, en el caso de que no, no me afecta porque yo no he comprado el nombre, sino una vivienda".
"¿Por qué van a quitar las placas? No es que yo sea falangista, yo de politiqueo no entiendo. Pero no me molesta el nombre. Tengo 66 años, he nacido aquí y me daría pena que quitaran el nombre de mi calle porque estoy acostumbrada. Mejor dejar el de siempre porque, además, facilita la localización", asegura Manuela Díaz Sánchez, una vecina de la calle Camarada Montiel Pichardo que, según aduce, nunca ha escuchado ninguna queja al respecto por parte de otros residentes.
En la calle Camarada Jaime Beneyto, donde una vecina que no quiere dar su nombre vive desde 1971, recuerda que esta barriada "era de la Falange". "Me acuerdo cuando todo esto era campo. Me daría pena de que le quitaran el nombre. ¿Qué le van a poner, otra tontería?", señala. La mujer asegura que "ya no queda ningún símbolo de la época", aunque en sus tiempos "había una escultura de José Antonio al lado de la cárcel". "La quitaron y pusieron una guardería. Entonces, en el colegio, cantábamos el Cara al Sol", recuerda.
Mila Ruiz, de la inmobiliaria VYA Gestión Inmobiliaria, asegura que "la gente no mira el nombre de las calles", aunque los antiguos sí conocen el origen. "Todo el mundo sabe, al referirse a la barriada José Antonio, que es el barrio en el que están todos los camaradas", algo que, según comenta, nunca ha planteado ningún problema.
La oficina está ubicada en la calle Camarada López Luque pero pertenece a los bloques de Ministro Vicente Morte, desde donde se accede a los pisos. Así lo explica Manoli, propietaria de la tienda que se ubica en la esquina y que vive en esta calle desde hace 40 años. La vecina se pregunta "qué nombre pondrían a la calle en el caso de cambiarla y si se modificarían los indicativos de las dos (Camarada López Luque y Ministro Vicente Morte) o sólo una.
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