El barrio más inaccesible

pasaje el greco 3 Vecinos del Parque Moret

Una cadena de barreras arquitectónicas complica la vida diaria a una población que ha envejecido Los vecinos no encuentran respuesta de la Administración a una situación límite

Vista panorámica de uno de los patios interiores de los edificios de Pasaje El Greco, con sus jardines en el centro y el Parque Moret, al fondo, tras la palmera.
Vista panorámica de uno de los patios interiores de los edificios de Pasaje El Greco, con sus jardines en el centro y el Parque Moret, al fondo, tras la palmera.
Javier Ronchel Huelva

04 de mayo 2014 - 01:00

Hablar de Pasaje El Greco es hablar del principal problema que tienen sus vecinos: la accesibilidad. No se puede obviar un tema que mantiene a muchos de ellos en sus viviendas, sin poder salir a la calle, por las dificultades que les plantean los propios edificios y la urbanización de la zona. Se encuentran encerrados, encajonados, y creen que la Administración se ha olvidado de ellos. "Somos pocos y creemos que no nos tienen en cuenta por eso", se quejan, mientras esperan una solución "que parece nunca llegará".

Ésta es una barriada pequeña de la capital, situada junto a otra conocida y populosa, La Hispanidad, y el Parque Moret, con el que comparten la trasera de los edificios. Son tres bloques, diez portales, 160 viviendas y alrededor de 500 vecinos, la mayoría de edad avanzada, después de más de 40 años viviendo en el mismo sitio.

En septiembre de 1973 comenzaron a ocupar las viviendas trabajadores, principalmente del sector de la industria, muchos de ellos de las fábricas del Polo y de Astilleros. Entonces, recuerdan, eran parejas jóvenes, llegadas la mayoría de la provincia, que hasta ese momento vivían de alquiler en diferentes puntos de la ciudad. Por la necesidad de establecerse en la capital, constituyeron una cooperativa y adquirieron los terrenos de una finca de "Duclós, un famoso abogado de Huelva". "Pero las construcciones no se hicieron bien. Incluso unos años después nos dijeron que no debían haberse construido en un cabezo de esta forma", explica el presidente de la asociación de vecinos, Pedro Nolasco Texeira.

El principal problema que ahora tienen, de hecho, se remonta al modo de construcción. El terreno, en pediente por el cabezo anexo al Parque Moret, no se salvó adecuadamente y generaron desniveles en todos los portales. Eso hace que las entradas de cada uno de ellos tengan varios escalones, de diferente número según su situación, que dificultan el acceso.

"Cuando éramos jóvenes era un detalle que pasaba más por alto pero ahora que el vecindario ha envejecido se ha convertido en un auténtico problema", cuentan.

A esto se añaden los accesos a los portales desde la calle. La mayoría se encuentra en plazoletas interiores a las que se accede desde la avenida Santa Marta por grandes escalinatas, a las que no se creó una alternativa con rampas. Otros portales están situados en los laterales, y, salvo el que está abierto a los vehículos, también hay escalinatas empinadas que dificultan el acceso a los propietarios.

La guinda la pone la falta de ascensores en todos los edificios, que cuentan con cinco plantas: "Hay vecinos que deben subir poco a poco y tardan más de media hora en subir a su casa por problemas con articulaciones o respiración", explica Fernando Fernández, secretario de la asociación. Pero no es el ejemplo más grave. También hay otras personas que, por discapacidad y por edad, "hace años que no pueden salir de sus casas, o quienes lo más que salen es a la plazoleta". Es el calvario de una población que ha envejecido y que se ve obligada a recluirse en casa o a venderla para vivir en otro lugar que no le plantee dificultades para hacer una vida normal.

"Solicitamos que se construyeran los ascensores pero no pasó nada. También hemos planteado muchas veces los problemas de las escaleras en los portales y en los accesos de la calle pero tampoco hemos tenido una solución desde las administraciones. Los políticos se acuerdan poco de nosotros. Y aquí no se le puede pedir dinero a la gente porque realmente no tiene. La mayoría son pensionistas, con pensiones bajas y que ayudan a hijos y nietos. Es imposible pedirles que aporten", explica Texeira.

Pero al margen de la problemática social que sufre Pasaje El Greco, la asociación de vecinos trata de ofrecer normalidad a sus vecinos. Cuentan con un centro social, a modo de bar; un centro cultural donde se imparten tres cursos del programa Cultura en los barrios; la recién creada Asociación de Mujeres El Greco y la propia asociación. Y en Navidad y en Carnaval se organizan actos para los niños, que también los hay. Todo sea por tratar de vivir como los demás. Aunque no puedan.

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