Biblia Sacra en Huelva: vvlgatae editionis sixti qvinti Pont. Max. Ivssv recognita, atque edita
Tesoros antiguos de la Biblioteca Provincial
La Biblioteca Provincial de Huelva custodia un ejemplar de una traducción ejecutada por San Jerónimo de Estridón con la colaboración de Santa Paula a finales del siglo IV, cuyo origen se remonta a un encargo del papa Dámaso I en el año 382
La magna obra que guarda Huelva
Huelva/La Biblia, a modo genérico, es una recopilación de libros sagrados escrita por antiguos profetas e historiadores compuesta por el Antiguo Testamento (origen judío) y Nuevo Testamento (Evangelios). Contiene cartas, proverbios, canciones, leyes, profecías y hechos históricos. Las primeras escrituras se redactaron mayoritariamente en griego, arameo y hebreo, y posteriormente estos textos milenarios han sido traducidos a más de 2.500 idiomas.
El Antiguo Testamento cuenta la historia de la creación del mundo, enseñanzas de Jehová e hitos del pueblo hebreo. Esta parte se conforma por el Pentateuco con los libros del Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. Existen dos versiones conocidas como Canon Hebreo y Canon Alejandrino. Los primeros manuscritos se elaboraban por copistas hebreos, lo que posteriormente pasará a plasmarse a través de la imprenta.
Por otro lado, el Nuevo Testamento refleja un cambio que conforma la historia de la salvación para los cristianos. Contiene los Evangelios de San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan que cuentan la vida y enseñanzas de Jesús de Nazaret. También abarca la narración de los Hechos de los Apóstoles, cartas pastorales y el Apocalipsis. Esta parte ha sido manuscrita en múltiples ocasiones por monjes copistas que ornamentaban las hojas con bellas iluminaciones. Su primera impresión fue la “Biblia de Gutenberg”, que dio lugar a la fabricación de miles ejemplares que componen el legado actual de las distintas bibliotecas.
La Santa Biblia es la traducción de Biblia Sacra en latín, título de nuestra obra. Se trata de uno de los libros con mayor número de impresiones y ventas de toda la historia, por lo que podemos encontrar múltiples ediciones con diversas características. Nuestro ejemplar es una impresión de La Vulgata, es decir, una traducción de la Biblia al latín cuyo nombre viene de “edición divulgada”. Fue ejecutada por San Jerónimo de Estridón con la colaboración de Santa Paula a finales del siglo IV. Su origen se remonta a un encargo del papa Dámaso I en el año 382 para reemplazar la Vetus Latina y crear una obra en latín corriente más fácil de entender, con un criterio más unificado y datos más exactos basados en los viejos evangelios latinos. Esta obra también se caracteriza por la reorganización de los evangelios en el “Orden griego” (San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan).
San Jerónimo de Estridón o Eusebio Hierónimo (Dalmacia, 340 – Belén, 420) es considerado uno de los Padres de la Iglesia y uno de los cuatro Padres latinos, además de doctor eclesial y santo. Estudió en Roma como discípulo de Elio Donato, lo que le llevó a formarse y sentirse atraído por la cultura clásica y a viajar por toda Europa. En el año 373 se fue a Antioquía, y allí pasó varias etapas de oración e introspección que le condujeron a ordenarse presbítero. En el año 382 se convirtió en el secretario del papa Dámaso I (Egitania, 304 – Roma, 384), el patrón de los arqueólogos y el 37.º papa de la Iglesia católica. San Jerónimo pasó los últimos años de su vida haciendo múltiples hazañas, como la fundación de un monasterio en Palestina, realización de numerosos escritos y defensa de sus ideales ascéticos. El Día Internacional de la Traducción se le rinde homenaje.
Su colaboradora y discípula Santa Paula (Roma, 347 – Belén, 404) fue una importante fundadora de monasterios en Tierra Santa. A una temprana edad quedó viuda, y pasados los años decidió dedicar su vida a la iglesia. Ingresó como religiosa y conoció a San Jerónimo en el año 382, lo que llevó a la conformación de la obra y su conversión posterior como co-patrona de la Orden de San Jerónimo.
Durante la vida del papa Dámaso la obra dio grandes frutos, pero tras su fallecimiento, San Jerónimo se tuvo que enfrentar a grandes dificultades. La Vulgata no se reconocía oficialmente y su valía costó un mayor esfuerzo. Algunas congregaciones mostraron su desacuerdo frente a esta “traducción”, pero en ciertos lugares se adoptó casi por completo, especialmente en Italia y el sur de Francia. Finalmente, pasó a ser una obra muy popular durante la Edad Media y se manufacturaron miles de ejemplares, además de ser uno de los textos más prestigiosos de Europa occidental. Su influencia llegó incluso al Renacimiento y parte de la Edad Moderna. Para muchos cristianos del momento se convirtió en la única versión de la Biblia, y fue una gran inspiración para la creación de obras artísticas.
El manuscrito más antiguo que existe actualmente con La Vulgata es el Codex Amiatinus del siglo VIII. Debido a la gran cantidad de veces que fue copiada a lo largo de la historia, cada versión era distinta y contenía fallos. Fue en el año 550 cuando Casiodoro quiso depurar La Vulgata, labor que continuó Alcuino de York y Teodulfo, entre otros muchos estudiosos de diferentes etapas.
Con la invención de la imprenta estos errores disminuyeron considerablemente. Durante el Concilio de Trento en el año 1546 esta obra se tornó en la versión auténtica de la Biblia para la Iglesia católica. Actualmente tenemos múltiples ediciones disponibles para poder conocer tan fabulosa creación.
En la biblioteca albergamos la edición impresa en Venecia en el año 1611, Biblia Sacra vvlgatae editionis sixti qvinti Pont. Max. Ivssv recognita, atque edita. Los impresores se denominan “Ivntas”, o también conocidos como Los Junta. Fueron una familia de impresores en la época del Renacimiento con origen en Florencia que realizaron gran cantidad de impresiones de obras católicas por toda Europa, especialmente en Italia, Francia y España. La portada a dos tintas contiene la marca tipográfica del lirio florentino adaptado por la familia de impresores orlada con ornamentos. En el texto hay frisos e iniciales decoradas con ornamentos florales, vegetales y zoomorfos. La obra contiene gran cantidad de maravillosos grabados xilográficos, la técnica de impresión realizada con plancha de madera tallada con gubia o buril. En las imágenes se puede observar que los grabados están realizados con una sola plancha de madera impregnada en tinta negra. Este tipo de grabados son menos detallados y destacan por su sencillez, pero a su vez sobresalen por su belleza y originalidad.
El ejemplar tiene encuadernación en pergamino de pasta dura y cosido con nervios. Los cantos son rojos y no contiene guardas. No tiene sellos, pero sí alberga anotaciones manuscritas con tinta que refleja nombres de propietarios anteriores acompañados de complejas rúbricas. También posee pequeñas anotaciones y oraciones subrayadas con tinta en diversas páginas.
Está en mal estado de conservación por la presencia de hongos en sus tapas, lo que provoca alabeos y deformaciones. Muestra suciedad y faltas en la zona del lomo, además de deshidratación en la piel del pergamino. El cuerpo del libro se ha mantenido levemente más estable al estar fabricado con papel de pasta de trapos, material de muy buena calidad. Aun así, las hojas se ven afectadas por cercos, oscurecimiento por oxidación en algunas zonas, manchas de foxing y galerías por el ataque de insectos. Para un correcto mantenimiento se ha realizado una funda de conservación a medida que respeta la integridad física y material del bien.
Este libro está disponible en el depósito de Fondo Antiguo para el estudio y admiración. Actualmente está bajo unas condiciones estables, además de haber recibido un proceso de limpieza y revisión. La información completa se encuentra en el Catálogo Colectivo del Patrimonio Bibliográfico.
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