La Cabalgata del Carnaval Colombino inunda de colores las calles de Huelva

Este sábado en Huelva se han dejado ver algún que otro Spider-Man, ninjas poco discretos e incluso un par de dálmatas que seguía a una Cruella de Vil que empujaba un carrito con el cachorro más pequeño de la familia. La Cabalgata del Carnaval Colombino trae a las calles de Huelva la alegría y deja en las casas la vergüenza para disfrutar al máximo de la festividad.

Algunos onubenses han desempolvado del armario el disfraz de aquello que siempre quisieron ser: superhéroes, policías, princesas... Y otros han decidido que su traje iba a ser algo más reivindicativo colocándose una bata blanca para pasar consulta a la situación de la sanidad en Huelva. Sea cual fuese la razón que motivase los atuendos, algunos más elaborados y otros que aprovecharán a la hora de irse a dormir, los vecinos de Huelva se han lanzado a las calles llenándolas de color.

La música y los pitos advertían de su llegada. A la cabeza del desfile, las diferentes Asociaciones Iberoamericanas de la ciudad han compartido sus trajes, música, bailes y forma de celebrar el Carnaval en los diferentes países. El concejal de Cultura y Patrimonio Arqueológico, Nacho Molina, señalaba a este periódico que desde el Ayuntamiento se trabaja para "fomentar en los próximos años que Iberoamérica sea protagonista en el único Carnaval que es colombino", algo que han conseguido perfectamente este año.

Tras la exhibición de colores y cultura, acaparando la atención de los más pequeños llegó la agrupación vestida de la película infantil Trols haciendo que algunos niños avisasen a sus padres con ojos brillantes al ver a aquellos personajes que conocen a través de las pantallas. No perdieron la ocasión de hacerse fotos con ellos, algunos sin despegar la vista de ellos demostrando una vez más que el Carnaval es ilusión.

Una a una pasaban los diferentes grupos, chirigotas y murgas haciendo alarde de que el Carnaval es una fiesta para todos: piratas que se codean con policías, góticas que pasean del brazo con princesas... Una recreación de la diversidad y la magia que aporta esta festividad.

Y sin perder el ritmo llegó la última carroza sobre la que se dejaban la voz los componentes de la murga Saca a mi Semanué, que atrapaban todas las miradas, y las grabaciones de los móviles, a su paso pese a ser la última carroza y la encargada de poner el broche de oro a la Cabalgata. Algo que consiguieron haciendo lo que mejor saben: Cantar alegrando a quienes los escuchan.

Tímidamente, según se alejaba la música y las carrozas doblaban la esquina los onubenses se iban retirando, algunos niños aprovechaban para recoger los papelillos que quedaban en el suelo para emprender una guerra colorida antes de ser llamados por sus padres. Integrantes de una de las carrozas, todavía pueden disfrutar de ver la cabalgata en otra calle o coger sitio en La Merced para disfrutar del final de fiesta de la mano del grupo onubense Noniná.

Así sellaba Huelva este sábado de Carnaval compartiendo la alegría que nos representa y que ha brillado un año más en forma de confeti y pitos por las calles.