Los cadáveres del pozo pertenecen a Samuel Vizcaya y al otro desaparecido

Cartaya/Se confirman las sospechas. Los cadáveres localizados por la Policía Nacional en la tarde de ayer en una finca del camino de Las Avezanas de Cartaya ya han sido identificados y se corresponden con los dos hombres desaparecidos en Huelva desde el domingo: Samuel Vizcaya, de 25 años y vecino de La Orden, y con el de otro hombre de 37 años del que también se desconocía el paradero.

Así lo ha ratificado a Huelva Información en primicia la subdelegada del Gobierno en Huelva, Manuela Parralo, quien avanza que en estos momentos los forenses del Instituto de Medicina Legal (IML) de Huelva están practicando la autopsia a los cuerpos en el tanatorio Atlántico.

Parralo aplaude la "extraordinaria labor y la rapidez con la que ha actuado" la Policía Nacional de Huelva, que ha resuelto el caso en apenas dos días. "Encontrar el sitio en el que estaban los cuerpos entrañaba muchísima dificultad", subraya. De hecho, los asesinos habían tomado la precaución de taponar el pozo al que arrojaron los cuerpos (en una finca abandonada) con plásticos.

La extracción de los cadáveres no fue fácil. De hecho, se hizo necesaria la intervención de los Bomberos del Consorcio Provincial de Huelva, concretamente del destacamento de El Portil, "quienes han demostrado una gran profesionalidad ante la dificultad que presentaba la maniobra", apunta la subdelegada.

Los dos hombres detenidos son naturales de Cartaya y podrían tener relación con el narcotráfico, por lo que la línea de investigación que tiene más fuerza es la de un posible ajuste de cuentas, "aunque todo está abierto y no se puede descartar nada". Uno de ellos ya ha prestado declaración en comisaría y el otro lo está haciendo en este momento. En la madrugada de ayer la Policía, con la colaboración de la Guardia Civil, llevó a cabo varios registros en el municipio, concretamente en el barrio de La Carreña.

Samuel Vizcaya tenía 25 años y era vecino de la barriada onubense de La Orden. Desde el Domingo de Ramos estaba en paradero desconocido. La última vez que lo vieron eran aproximadamente las diez de la noche y llevaba puesto un chándal de color oscuro. Trabajaba en el campo recogiendo arándanos. Su coche, un Seat Ibiza de color rojo, apareció parcialmente calcinado en el antiguo camino del cementerio de Huelva.