La calidad de los frutos rojos de Huelva como 'arma' para contrarrestar la incertidumbre por la sequía

Desayuno-Coloquio Grupo Joly - Cajamar

La ausencia de lluvias y la falta de infraestructuras hídricas obstaculizan el crecimiento de uno de los sectores más pujantes de la provincia

El arándano y la fresa arrojan mejores resultados en la campaña 23/24 que la frambuesa, que retrocede

El sector de los frutos rojos de Huelva se une para pedir más mano de obra para seguir en la senda del crecimiento

Las imágenes en el desayuno-coloquio de Grupo Joly 'Frutos rojos: retos de un futuro sostenible'

De izquierda a derecha: el gerente de Agro de Grupo Joly, Emilio Osorio; el gerente de Onubafruit, Francisco Sánchez; la directora general de Fresón de Palos, Silvia Gómez; el director de Huelva Información, Javier Ronchel; la analista de mercado de la Plataforma Tierra de Cajamar, Ana Cabrera; el responsable territorial de agro de Cajamar, Carlos Fernández Sierra; el director gerente de Cuna de Platero, Juan Báñez; y el gerente de Freshuelva, Rafael Domínguez. / Josué Correa

Los agricultores de Huelva están sobradamente preparados para responder a entornos en constante cambio. No titubean a la hora de hacer frente a los numerosos retos y desafíos que se les presentan campaña tras campaña, aunque algunos se escapen de su control, véase la sequía o la falta de infraestructuras hídricas. Y prueba de ello es su impecable esfuerzo, pese a cualquier adversidad, para hacer de los frutos rojos uno de los sectores más pujantes de la provincia. Las dificultades con las que se topan, la competitividad en los mercados y el valor diferencial del producto onubense, entre otras cuestiones, han sido abordados en el Desayuno-Coloquio Frutos rojos: retos de un futuro sostenible, organizado por Huelva Información y Grupo Joly con el patrocinio de Cajamar.

El responsable territorial de agro de Cajamar, Carlos Fernández Sierra, fue el encargado de dar la bienvenida a los asistentes al encuentro informativo en el hotel NH Luz, que lució un lleno absoluto. Puso de manifiesto el desafío global que tiene la sociedad de "alimentar a una población mundial creciente mientras protegemos y restauramos nuestro planeta", una encrucijada en cuyo corazón está "el sector agroalimentario".

Defendió así a unos agricultores onubenses que tienen ante sí "varios retos" como "la fusión de las prácticas tradicionales con la innovación tecnológica, disponer de mano de obra recurrente para cubrir la producción ascendente, la gestión del agua en un contexto de sequía y de falta de infraestructuras, la adaptación a las regulaciones europeas -con continuas modificaciones- o la economía circular". Todo ello exige, en palabras de Carlos Fernández, la "estrecha" colaboración entre productores, administraciones, operadores comerciales, investigadores y otros agentes del sector, dado que resulta imprescindible que todas estas manos se estrechen "para dejar un buen legado a las generaciones venideras".

El responsable territorial de agro de Cajamar, Carlos Fernández Sierra, durante su intervención al comienzo del desayuno-coloquio. / Josué Correa

La campaña de frutos rojos 2023-2024 ha estado marcada por "el agua y el calentamiento global", resumía la analista de mercados de la Plataforma Tierra de Cajamar, Ana Cabrera, que expuso la "lucha" de los agricultores onubenses "contra la falta de agua y contra la incertidumbre de la disponibilidad de la misma". En este sentido, pese a que las lluvias de abril "aliviaron algo la presión", el problema del agua permanece. Por otro lado, proseguía, "las elevadas temperaturas, especialmente al principio de la campaña, provocaron retrasos en la misma, afectando no solo al desarrollo de esta campaña en sí, sino también a las decisiones de plantación de los agricultores". Un escenario que empuja a "buscar nuevas variantes que se adapten mejor a las condiciones climatológicas".

Aun así, los productos onubenses han completado un ejercicio -tildado de "positivo" por Ana Cabrera- que ha vuelto a sacar a la luz su capacidad de superación. Las incidencias climatológicas, la falta de mano de obra y las restricciones en materia de desinfección de suelos desafiaron a un sector que, pese a todo, confirma que está preparado para abordar el futuro con buena salud. Todo ello fue analizado exhaustivamente en un coloquio moderado por el director de Huelva Información, Javier Ronchel, en el que participaron el director general de Cuna de Platero, Juan Báñez, la directora general de Fresón de Palos, Silvia Gómez, el gerente de Freshuelva, Rafael Domínguez, y el gerente de Onubafruit, Francisco Sánchez.

La analista de mercado de la Plataforma Tierra de Cajamar, Ana Cabrera, durante su intervención. / Josué Correa

Huelva tiene la mejor respuesta para superar los retos del mercado de frutos rojos: una fruta segura, sana y sostenible que, además, "tiene un excelente sabor" que la hace diferente a la de otros países competidores que gozan de regulaciones menos estrictas y de menores costes en origen, apuntó Rafael Domínguez. La calidad está en el ADN. Son innumerables las bondades de las que los agricultores onubenses pueden presumir, pero hay que comunicarlas correctamente y, a partir de ellas, construir la oferta de los frutos rojos locales, coinciden también los cuatro intervinientes. "Tenemos que contar las muchísimas cosas buenas que hacemos, como que no hay nadie más sostenible que el agricultor de Huelva" porque, recuerda Domínguez, "los espacios protegidos están protegidos porque los hemos ido protegiendo nosotros".

Percepción que también comparte Francisco Sánchez, quien considera que en el mundo agrícola "no hay nada más sostenible que un agricultor de cooperativa porque cultiva la tierra de sus ancestros, y lo seguirán haciendo sus descendientes". "¿Eso no es sostenibilidad?", se pregunta, al tiempo que animaba a "criticar con más vehemencia cuando sufrimos maltratos como cuando se habla de malas prácticas y aparece una foto de recogida de fresas", algo que no es representativo.

De izquierda a derecha: el director de Huelva Información, Javier Ronchel; el director gerente de Cuna de Platero, Juan Báñez; la directora general de Fresón de Palos, Silvia Gómez; el gerente de Freshuelva, Rafael Domínguez; y el gerente de Onubafruit, Francisco Sánchez. / Josué Correa

En palabras de la analista de Cajamar, el arándano fue el fruto rojo que mejor comportamiento tuvo, con una superficie de cultivo "estable, pero al alza -un 0,5% más respecto al ejercicio anterior- y con una mayor producción -5,5% más en relación a la última campaña-", aunque "por debajo de su potencial productivo". Asimismo, en cuanto a precios -cotización un 7,2% superior a la campaña anterior-, "el inicio de la campaña fue espectacular porque hubo un adelanto de la producción por las elevadas temperaturas, además de nuevas variedades extra tempranas", aquellas que permiten a Huelva entrar en el mercado cuando menos oferta hay.

La fresa, recogía Ana Cabrera, se enfrentó a "dificultades productivas" por las elevadas temperaturas al inicio de la campaña y por la incertidumbre sobre el agua para el riego, sufriendo "cierta contracción" de la oferta por segundo año consecutivo. La superficie de cultivo se redujo en un 3,6% y, por ende, en volumen de producción lo hizo en un 3,8% en relación al ejercicio anterior.

La campaña, tal y como recordó la representante de Fresón de Palos, Silvia Gómez, "comenzó sin agua en octubre y con recomendaciones de no plantar por la incertidumbre que había en torno a las lluvias". "Había nervios porque los agricultores no sabían si iban a poder regar", añadía Francisco Sánchez, que apuntaba que "no podemos confiar en que Dios proveerá".

Aun así, los agricultores onubenses "arriesgaron, porque no sabían si recuperarían lo invertido, y plantaron", subrayó. Eso sí, el productor no puede estar mirando todos los días al cielo y dependiendo de un factor tan externo e incierto como son las precipitaciones. "Sin agua el sector no puede seguir", añadía Gómez, quien no dudaba en reivindicar "25.000 veces, si hace falta" a las administraciones competentes infraestructuras como la Presa de Alcolea o la resolución de los bombeos del Bocachanza. "¿Qué hubiera pasado si no hubiera llovido en abril?, ¿cuánta gente hubiera ido al paro?, ¿hay plan B en las administraciones"?, se preguntaba.

La presa de Alcolea, complementaba Juan Báñez, "nos da todo lo que consume la agricultura onubense" y, es por ello, por lo que "tenemos que pedir todos los días que se desbloquee". "Que todo el agua que llueve -que no es mucha, por desgracia- se vaya al mar 'tontamente, pudiendo estar embalsada...", lamentaba director general de Cuna de Platero.

Asistentes al desayuno-coloquio en el hotel NH Luz. / Josué Correa

A ello se une, coincidían los representantes de las diferentes cooperativas, las restricciones en el uso de determinados productos fitosanitarios destinados a la desinfección de la tierra de cultivo y la reducción del contingente en origen contratado para la recolección. Son factores que, sumados, redundan en la ya mencionada merma de la producción.

Eso sí, el sector de los frutos rojos de Huelva juega con una carta especial, la de la excelente valoración que tiene la fruta onubense en los mercados. De hecho, el sector exportó 118,9 toneladas -datos de diciembre a marzo-, un 7,6% más que en la campaña anterior. Y esta gran reacción en el exterior, en países europeos como Italia, Reino Unido, Alemania y Francia, obedece a la gran calidad del fruto rojo con sello Huelva.

Frente a una "positiva" respuesta de la fresa y el arándano, la frambuesa volvió a experimentar un retroceso, con "un descenso de la oferta por la menor superficie de cultivo -19% menos que en el último ejercicio- y las elevadas temperaturas al inicio de campaña", explicó Ana Cabrera. No obstante, añadió, "la frambuesa fue, de las tres, la que mejor comportamiento tuvo en precio", con un 33,7% más de evolución de la cotización media. Para Sánchez, de Onubafruit, la oportunidad riesgo-beneficio es "muy complicada" por el alto coste de producir frambuesas y porque hay "un operador en Marruecos, que no es ni marroquí, y está destrozando los mercados.

Los costes de producción detuvieron su tendencia ascendente y se redujeron un 4% en el último año "tras muchas subidas continuas", explicó la consultora de Cajamar. En este sentido, ponía el acento en el caso de los fertilizantes -bajaron los costes un 28,4%-, que "crecieron mucho por la pandemia y la Guerra de Ucrania, habiéndose moderado ahora conforme también se moderan los precios de la energía por estar íntimamente relacionados". No guardan ese vínculo con estos escenarios los fitosanitarios que, por contra, hicieron aumentar los costes en un 4,2%.

Hay mercados en los que se aprecia un ascenso y otros en los que pasa lo contrario, como con la frambuesa en Europa o con el arándano en Polonia. En cualquier caso y, pese a que hay países como Egipto y Grecia que se posicionan muy bien, el gran competidor del sector onubense es Marruecos, "con gran apoyo institucional", puntualizaba Cabrera. Tienen el objetivo en 2030 de llegar a entre 4.000 y 5.000 hectáreas de cultivos de fresas y de entre 5.000 y 6.000 hectáreas en arándanos y frambuesas. "Van a un ritmo como para conseguirlo", avisaba la consultora.

Finalizaba la analista de Cajamar su ponencia señalando los que, a su juicio, son los "dos principales retos: el agua y la mano de obra". Desafíos que Fresón de Palos, Freshuelva, Onubafruit y Cuna de Platero asumen y aseguran estar "preparados, como hemos hecho desde siempre con cada reto que aparecía", apuntaban los intervinientes. La fórmula está clara: procesos más eficientes y económicos sin que la calidad del producto sea vea comprometida, y de eso saben mucho los productores de Huelva.

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