Cartas y deseos a los Reyes Magos desde Huelva

Visita a Sus Majestades antes de preparar el agua para los camellos: "¡Qué nervios!"

Lluvia de caramelos por las calles de Huelva

Entrega de cartas a los Reyes Magos en el Ayuntamiento.
Entrega de cartas a los Reyes Magos en el Ayuntamiento. / Jesús Fernández

Huelva/"Tengo agujetas en los brazos de saltar y coger caramelos", decía María, con la cara pintada de gato y una reluciente diadema rosa. Tuvo el sábado un día intenso de cabalgatas en Huelva y su madre lo corrobora asintiendo. "He pedido un coche con una muñeca dentro, un bebé y un puzzle. Y creo que me lo traerán todo: he sido buena este año", garantiza, esperando la aprobación familiar.

Para bien o para mal, la suerte ya está echada. Los Reyes Magos han pasado por las calles de Huelva y de toda la provincia -haciendo noche también por primera vez en ella- y ultiman los preparativos para acercarse hasta los hogares de los más pequeños. El orden de los factores no altera el producto en cuestiones de niños: este sábado los vieron desde la distancia, subidos a las jorobas de sus camellos. Luego, desde sus carrozas y, al fin este domingo, se han reencontrado con los responsables de llevar la ilusión hasta cada recoveco de la provincia. Quedan oficialmente entregadas las últimas cartas a Sus Majestades de Oriente.

Más de uno se ha puesto creativo. Otros, estaban más bien tímidos. "Estoy nervioso", contaba Hugo mientras hacía cola hasta llegar a los grandes tronos, que estaban dentro del Salón de Plenos del Ayuntamiento de la capital. No soltaba la carta y, animado por mamá, conseguía al fin romper el hielo: "Este año quiero...", arrancaba finalmente en su turno.

Abajo, en el patio del Ayuntamiento, también se rumoreaba sobre lo que había escrito dentro de cada sobre. Pajes y Ayudantes de Sus Majestades pintaban las caras de niños y niñas, que agarraban fuerte las manos de sus padres y subían por las escaleras. Desde media tarde y hasta las 20:00, han cogido, una por una, las cartas y atendido a sus remitentes.

Poco más se podía extender la visita. Hay que volver a casa y evitar que se eche el tiempo encima: "Preparo mantecados para cada uno y un vaso de agua para los camellos", respondía otra niña dándole vueltas a una de sus coletitas. Queda una larga noche de trabajo para los Reyes y sus amigos onubenses lo saben.

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