El casco histórico de Huelva se blinda para los peatones desde La Palmera

Urbanismo

La peatonalización de la calle Palos y su prolongación hasta El Punto, en una plataforma única con tráfico limitado, protegerá el centro urbano de Huelva para el disfrute ciudadano

Sale a licitación por 1,8 millones la peatonalización de la calle Palos de la Frontera y aledaños

Vista del acceso a la calle Palos desde la plaza Quintero Báez, donde comenzará la nueva plataforma única con prioridad peatonal.
Vista del acceso a la calle Palos desde la plaza Quintero Báez, donde comenzará la nueva plataforma única con prioridad peatonal. / Rafa Del Barrio
F. Domínguez

10 de enero 2022 - 06:00

La transformación del centro urbano de Huelva alcanzará el año que viene un importante hito con la reurbanización de la calle Palos de la Frontera, en el eje que une La Palmera con la Casa Colón. Es el único acceso que permanece abierto a las sedes institucionales del Ayuntamiento, la Diputación y la Subdelegación desde la peatonalización de la Gran Vía, hace más de diez años, y ahora será conquistado por el peatón, que hará suyo todo el casco histórico cuando se cree también una plataforma única en el lateral de la Plaza de las Monjas y las calles Méndez Núñez, Plus Ultra y Gravina.

El lunes pasado se cerró el plazo para la presentación de ofertas en la licitación de las obras de la peatonalización de Palos, Fernando El Católico y Padre Marchena, más la transversal de San Salvador. En unas semanas estará adjudicada y no debería tardar mucho más la firma del contrato para comenzar los trabajos. Entonces habrá año y medio por delante, 18 meses, para completar la transformación de este espacio, en más de 550 metros lineales de calle, unos 6.540 metros cuadrados de viario público, ganados para el peatón, aunque sin cerrar completamente al tráfico rodado, que permanecerá controlado y limitado para su convivencia con los viandantes.

La nota más significativa es precisamente la conquista del espacio para los peatones, convertidos en usuarios prioritarios con esta transformación que permitirá una mayor accesibilidad respecto a la configuración actual, dominada por los coches y con acerados muy estrechos y de paso incómodo por barreras arquitectónicas.

Este nuevo diseño, pues, elimina los aparcamientos en línea existentes ahora y las zonas de carga y descarga, que quedarán limitados a las calles interiores. Si el ancho medio actual de la calle es de 11 metros, los 7 metros ocupados ahora por el paso y estancia de vehículos se reducirá a un carril central de 3,80 metros, suficiente para el paso de todo tipo de vehículos de emergencias y de limpieza, quedando el resto para zona peatonal de paso y estancial, con mobiliario urbano y arboledas, y compatible con el uso por ciclistas.

El proyecto que se ejecutará contempla mejorar la escena urbana, según criterios de movilidad sostenible y de bajas emisiones de CO2, y potenciar la zona a nivel social, cultural y económico. “Tendrá un impacto muy positivo en el embellecimiento, disfrute y accesibilidad de este entramado viario del centro”, explicó en su anuncio el alcalde, Gabriel Cruz, “dando continuidad estética a la trama peatonal de la Gran Vía que ampliamos recientemente en las calles laterales del Ayuntamiento”.

Plano de la actuación prevista en el primer tramo, desde La Palmera hasta la calle Arcipreste González.
Plano de la actuación prevista en el primer tramo, desde La Palmera hasta la calle Arcipreste González. / Proyecto de reorganización

El paso de vehículos, en cualquier caso, se mantendrá por la existencia de garajes privados, los dos aparcamientos públicos de la Casa Colón y el acceso a las dotaciones existentes a lo largo de las calles afectadas, que incluyen un colegio y varias sedes administrativas. La regulación seguirá las últimas normas de la DGT, que establece una limitación de velocidad de 20km/h en el tráfico rodado siempre que discurra por una plataforma común para peatones y vehículos, al mismo nivel, sin delimitación por bordillos. No habrá aparcamientos ni se permitirá la parada de vehículos, salvo en la calle Padre Marchena, donde se conservará la parada de taxis actual, aun en la misma plataforma.

Pese a este espacio común, para la urbanización del viario se prevé la utilización de pavimento de granito con tres tonos de color (rosa, gris y blanco) para diferenciar la zona para tráfico rodado de la exclusiva peatonal, en una combinación que el propio proyecto destaca por crear dinamismo, potenciar una imagen de profundidad a lo largo de la calle, con maceteros y árboles que mejoren la escena urbana, más amable y menos rígida, huyendo del diseño de calles oscuras y grises dominadas por el asfalto o los adoquines, con colores más cálidos pero que al mismo tiempo soporten bien el desgaste en la vida urbana.

La reurbanización también estará condicionada por el gran desnivel longitudinal existente desde el punto inicial, en La Palmera, a 14,90 metros, y la calle Marchena, a 5,90 metros. Esta peculiar topografía será aprovechada con el diseño de la calle en forma de V, de forma que el vertido de aguas caiga al centro de la calle.

Plano del segundo tramo, en calle Fernando El Católico, hasta San Salvador.
Plano del segundo tramo, en calle Fernando El Católico, hasta San Salvador. / Proyecto de reurbanización

La ejecución de los trabajos conllevará una planificación previa para la reordenación del tráfico en la zona durante los 18 meses de duración. La obra se abordará en tres tramos diferenciados, con el primero desde la plaza Quintero Báez hasta la calle Arcipreste González; el siguiente hasta la calle San Salvador; y el tercero hasta Padre Marchena, en la confluencia con el inicio de la Gran Vía, junto a la Casa Colón.

Esa primera actuación en La Palmera avanzará la completa renovación de este importante nodo de comunicación en el centro de Huelva, que contará con un proyecto de reordenación propio próximamente, también complementado con la proyectada peatonalización de la calle La Fuente, en la subida hacia la Plaza de San Pedro, que será también transformada, junto a la bajada de Daoiz.

De esta forma, Quintero Báez se convertirá en una plaza también ganada para los peatones, sólo cortada por el gran eje vertebrador del centro en el que quedará la conexión de calle Puerto, desde la Avenida de Alemania, con Pablo Rada y su salida a la Avenida de Andalucía como vía principal de entrada y salida urbana con la A-49. En La Palmera, la nueva plataforma peatonal que dará continuidad a la Plaza de las Monjas y Tres de Agosto hacia la Vía Paisajista y Pablo Rada sólo estará atravesada por un carril de 3,80 metros de ancho pavimentado de diferente color y con prioridad peatonal.

Plano del tercer tramo de la actuación, con el tramo de San Salvador a peatonalizar hacia Gran Vía y Padre Marchena y la parada de taxis conservada.
Plano del tercer tramo de la actuación, con el tramo de San Salvador a peatonalizar hacia Gran Vía y Padre Marchena y la parada de taxis conservada. / Proyecto de reurbanización

Esta ambiciosa obra municipal ha sido licitada con un presupuesto de 1.850.000 euros, financiado íntegramente por el Ayuntamiento de Huelva, según detalló el mes pasado el alcalde, “gracias al remanente de tesorería positivo con el que logramos cerrar el pasado ejercicio, fruto de una gestión económica responsable y un esfuerzo de saneamiento que está dando sus frutos”.

El 5% del presupuesto, como está regulado, está reservado para los trabajos de investigación arqueológica preceptivos, dado que la obra se centra en un espacio protegido que debe someterse a una observación especial, con el visado de la Delegación Territorial de Cultura. En cualquier caso, el propio proyecto de reurbanización adelanta que la actuación afectará sólo a una capa superficial de terreno, con la excavación para la mejora del firme y la canalización de redes e instalaciones, incluido el soterramiento de líneas eléctricas de media tensión que ahora pasan por las fachadas. No se prevén profundidades superiores a un metro respecto a la cota actual ni se incluyen nuevos pozos de conexión de los saneamientos.

Lo que es seguro que, una vez finalizada, esta zona relegada hasta ahora al tráfico, en la trasera de los principales edificios públicos de la Gran Vía, será ganada para el uso y disfrute peatonal, con el deseo de revitalizarla para el comercio y la hostelería, y la ampliación del casco histórico, que se proyecta también hacia San Pedro y Santa Fe, hacia la Placeta y hasta La Merced, en otra ambiciosa actuación que incorporará además San José y Paseo de la Independencia para terminar de transformar la movilidad en la ciudad.

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