Clara Galé, de Huelva Transita: "Suena absurdo, pero el colectivo LGTBI aún tenemos que recordar que existimos"

"Un día después de inaugurar el banco con la bandera trans en la Plaza 12 de Octubre de Huelva (2021), amanecía con una pintada en la que podía leerse la palabra enfermos". Solo tuvo que pasar una noche -recuerda Clara Galé, activista de la asociación Huelva Transita- para que, lo que había sido un hito simbólico para el colectivo LGTBI de Huelva capital y provincia volviera a convertirse en una pesadilla que le resultaba más que familiar. "Se restauró y volvió a pintarse con palabras similares en días posteriores. Es solo una metáfora de lo que vive el colectivo día tras día, en nuestra lucha por la visibilidad", afirma.

A la pregunta de por qué nace la asociación, activa desde el año 2023, Clara enumera otros tantos ejemplos que, como persona del colectivo y pieza clave de la entidad, "evidencian que a Huelva aún le queda mucho por avanzar". "Hemos vivido acoso callejero, nos reportan casos de bullyng en colegios e institutos y los discursos de odio aparecen incluso en las edades más tempranas", cuenta. Uno de los fenómenos que han detectado desde Transita, única entidad que opera exclusivamente en Huelva y que es independiente de instituciones y asociaciones estatales o andaluzas, es la falta de "lugares de ocio donde podamos recordar que existimos". "Suena estúpido. Está claro que existimos. Pero hay que luchar por mostrar que convivimos con realidades y formas de vivir tan legítimas como cualquier otra", afirma.

Lejos de convertirse en un gueto, desde la organización reivindican "disponibilidad en todos los bares, que cualquier lugar esté libre de odio y que pueda acceder cualquier persona". "Ocurre que no te dejan entrar en locales por vestir de una forma más femenina y llevar, por ejemplo, barba. Hay agresiones, persecuciones, insultos y malas caras dentro de bares y discotecas y fuera de ellos. En general, el aumento de los discursos de odio se ve reflejado en el día a día de cualquier espacio".

Un tejido asociativo no muy amplio y agresiones hasta en los espacios cotidianos de la ciudad fueron el contexto para que Clara, a título personal, sentara las bases de la asociación que ya ha cumplido un año. "Suele pasar que vas andando por la calle y, de la nada, te gritan maricón o sientes miradas que te juzgan. Lidiamos con ese tipo de situaciones".

Recuerda cuando, entre tanta gente que disfrutaba de las Fiestas Colombinas del año 2023, Clara, junto a sus compañeras/os de la entidad, vivía un amargo episodio que acababa -una vez más- en opresión. "El primer día, montamos un punto rosa. Una especie de stand que se establece en distintos tipos de eventos destinado a que si alguna persona sufre algún tipo de agresión LGTBIfobica, sepa que tiene un lugar seguro al que acudir. Allí, pretendemos ayudarle a actuar ante la situación, a guiar a la víctima sobre qué puede hacer y brindar un poco de apoyo. Son situaciones en las que te sientes mal y solo y nunca está de más tener a alguien cerca. Durante la primera noche que lo montamos, nos agredieron".

"Nos dijeron que nos iban a matar y a mí me amenazaron con buscarme por la calle y matarme por maricón. Fue la frase literal". "No es una agresión cualquiera. No es que te griten o te miren mal. Es que te amenacen de muerte", reitera.

Limitaciones para llegar a distintos puntos de la provincia y un corto presupuesto no son freno para Transita, que continúa luchando por una Huelva "cada vez más plural y en la que se respeten los derechos de todas las personas". "Queremos que se nos tenga en cuenta durante todo el año, no únicamente en el mes del orgullo. Mientras tanto y aunque nos encontremos con cientos de obstáculos, desde la asociación seguiremos tratando de crear una red donde puedan acudir aquellos/as que lo necesiten".