Las Colombinas y La Cinta deben organizarse pensando en “la atracción de los forasteros”

Crónicas de otra Huelva

Ponce: “Es muy sensible que el éxito de unas fiestas dependa principalmente de las corridas de toros; pero la realidad es esa y si queremos atraer a la gente de fuera, hay que dar espectáculos taurinos en grande”

Ponce animó a los onubenses a convertirse en entusiastas campeones en defensa de su ciudad

Plaza de toros de La Merced a primeros de siglo.
José Ponce Bernal / Felicidad Mendoza Ponce

08 de julio 2024 - 07:00

Introducción

OPORTUNIDAD

LA INFLUENCIA DEL TURISMO

El pasado 5 de febrero publicamos un interesante artículo de Ponce Bernal titulado “El fomento del turismo, indiferencia en la ciudad”. Era noviembre de 1927. A propósito de las noticias que leía sobre la intención de la dictadura de Primo de Rivera de dar relevancia al turismo en España, informaba a los lectores sobre esos aspectos. Su objetivo era remover las conciencias de la clase política y de los representantes de la sociedad onubense, de las fuerzas vivas, como se suele decir. Trasladaba la oportunidad que se abría para toda la provincia, sabedor de las bondades que la podían coronar como un destino turístico muy digno y atractivo para el viajero nacional.

En nuestro comentario a modo de introducción que acompaña cada lunes los textos del genial periodista, nos comprometimos a que cuando se avecinaran nuestras fiestas locales, Las Colombinas y la Velada de la Cinta, publicaríamos varios textos referidos a ellas. Están muy relacionados con aquellas ideas que desgranaba y debemos apuntar que este que publicamos hoy -y los venideros hasta nuestras Colombinas 2024- se publicaron aquel verano de 1927.

Las ganas de promocionar su ciudad surgirían probablemente en su etapa en el periódico El Defensor. Este periódico nació en 1921, como bien desgrana nuestra amiga y compañera periodista investigadora Mari Paz Díaz en su “Historia de la prensa en Huelva”. Ponce formó parte de esta redacción desde 1923 hasta su cierre en las postrimerías de 1926. En este diario debió mostrar un posicionamiento que nos hubiera suministrado una rica información, pero desgraciadamente solo se conservan unos cuantos ejemplares sueltos. Diario de Huelva lo contrató de inmediato y el 1 de enero de 1927, en un artículo que ya hemos reproducido aquí, “Al nacer el año, andemos, no corramos”, decía: “Mi deseo, lector, es que los doce meses que se abren como otros tantos interrogantes en la vida, no pongan en tu alma el luto que puso el año que ha muerto en la de tu devoto Blanqui-Azul”. Era una clara referencia a la muerte de El Defensor.

Con la lectura de hoy vemos que José Ponce Bernal tenía argumentos sobre la necesidad de realizar una política de promoción turística con idea de que el nombre de Huelva sonara fuera de sus límites y se lograra atraer al visitante (al forastero, como él dice, término muy utilizado en los pueblos) y, por ende, crear riqueza. Así lo expresa en este artículo. Instaba a los empresarios y regidores públicos a aunar esfuerzos para dar relieve a las fiestas que se acercaban y, de manera particular, a los festejos taurinos, que influían de manera notable en la economía.

El resultado fue que consiguió remover la conciencia del empresariado, que aglutinó a industriales y comerciantes locales, aunque quedó insatisfecho. El próximo lunes lo veremos.

Ya se anda en la organización de las fiestas Colombinas y, desde luego, hemos de confesar que nos parece bien el hecho de que se planteen estas cosas con tiempo suficiente por delante para conseguir el mayor acierto posible. Este es un factor esencialísimo, pero no el único. Hace falta, además, que el tiempo se aproveche bien, que haya iniciativas interesantes y que los organizadores sepan confeccionar un programa con todos los atractivos que requieren las solemnidades colombinas y velada de la Cinta.

Lo primero que hace falta es pensar que nuestras tradicionales fiestas no son exclusivamente para celebrarlas en familia, como parece ser el criterio de quienes las han organizado en los años últimos.

Las fiestas se celebran como eficaz medio para la atracción de los forasteros. Y si la ciudad se gasta cincuenta mil pesetas en festivales no es solo para continuar la tradición y tener motivos de divertimiento, sino para fomentar el comercio y las industrias de Huelva con la afluencia de visitantes.

Esta es la finalidad de las fiestas aquí y en todas las ciudades del mundo.

Pero en Huelva creyérase que se ha olvidado esa primordial finalidad.

Si hubiera una estadística de los forasteros que han venido a nuestra capital en distintas épocas con motivo de nuestras fiestas veraniegas, se vería como las cifras reflejaban de año en año un notable descenso, hasta llegar al año último en que las celebramos en familia.

Puede atribuirse el fenómeno a diversos factores; pero el principal, a nuestro juicio, consiste en que la propaganda es ineficaz y en que no se saben organizar festejos de gran atracción –las corridas, por ejemplo.

El año pasado, sin ir más lejos, casi todos los festivales taurinos de los distintos pueblos de importancia de la provincia fueron más atrayentes que los de Huelva.

Todo lo que no sea que las fiestas colombinas y de la Cinta recobren su anterior esplendor y constituyan un acontecimiento llamativo y memorable, será gastar el dinero sin resultado positivo para el buen nombre y para los intereses de la ciudad.

En Huelva y junto a los festivales que hablan de nuestra cultura –conciertos, exposiciones artísticas, certámenes, etc.- deben organizarse como elemento de atracción fiestas taurinas que compitan con las mejores de Andalucía. Y si para esto son incompatibles las conveniencias privadas de una empresa, véase la manera de que organicen las corridas aquellos elementos a quienes más interesa la afluencia de forasteros.

Es muy sensible que el éxito de unas fiestas dependa principalmente de las corridas de toros; pero la realidad es esa y si queremos atraer a la gente de fuera, hay que dar espectáculos taurinos en grande. Por eso, este género de fiestas no puede quedar al arbitrio de una empresa particular.

Puesto que hay tiempo por delante, veamos la manera de hacer las cosas bien, buscando el éxito que corresponde al prestigio y a los intereses de Huelva. Aunque no podemos prometérnoslas muy felices –y valga la sinceridad- si no cambia el sistema de organización.

Pero de todo hablaremos oportunamente, porque ahora como siempre estamos obligados como onubenses a una entusiasta y eficaz colaboración periodística para contribuir en cuanto nos sea posible al mayor éxito de nuestras fiestas de Agosto y Septiembre.

Es un deber de todos, que nosotros cumplimos con tanta lealtad como desinterés y patriotismo.

PONCE BERNAL

Diario de Huelva, 8-02-1927

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