El comedor social del Matadero de Huelva ayuda al doble de personas este año: "Cada vez hay más usuarios"

Huelva/Huelva es solidaria y eso se ve en las pequeñas acciones de unos pocos que arreglan el día de muchos. Benito Romero es una de estas personas. Llegó al Comedor Social del barrio de El Matadero a través de su mujer que le dijo que podía echarles una mano. "Y ya me quedé con ellos", así de simple lo narra Benito, que ayuda todas las semanas a las personas que acuden al centro.

Él sintió esa chispa que le llevó a ayudar a la gente y desde hace unos años es el responsable del comedor. A su cargo cuenta con una plantilla de voluntarios muy variopinta. Un grupo de nueve jóvenes y mayores de edades muy variadas que acompañan a Benito en la tarea diaria de organizar y atender a los usuarios. "Como el comedor es muy pequeñito, tampoco tenemos opción a tener a mucha gente" pero entre todos se apañan para aportar su granito de arena y hacer de este proyecto algo enorme en la ciudad.

Ofrecen de lunes a viernes tanto desayuno como almuerzo, que los usuarios pueden llevarse en una fiambrera para comer cuando prefieran o incluso llevarse comida extra. Leche, café, fruta, pasta, arroces, bocadillos... Las opciones son muy variadas y equilibradas para aportar a cada usuario la comida que necesita durante el día. Siempre cambian el menú para evitar que las personas repitan constantemente las mismas comidas durante toda la semana. Antes de que los usuarios abandonen el centro los ofrecen también un complemento alimentario para que puedan tomarlo en cualquier momento del día. Este suele ser una pieza de fruta, verdura o algo de leche, una comida extra que les ayude a sobrellevar el día. Este comedor social opera también en colaboración con el Banco de Alimentos, gracias a ellos reparten a 369 personas varias piezas de frutas y verduras cada quince ayudas como una ayuda alimentaria recurrente.

Además de estos alimentos, desde el Comedor Social también les brindan ropa para aquellos usuarios que la necesiten ya sea porque las suyas le queden grandes, pequeñas, estén sucias o quieran cambiarlas por otra. Benito señala que a diario solían atender una media de 45 personas que se acercan hasta el comedor en busca del menú, pero que actualmente este número se ha visto llamativamente incrementado.

Tiempos difíciles

"Cada vez hay más usuarios", lamenta Benito apuntando que este año están recibiendo alrededor de 70 personas diarias, casi el doble que el año pasado, lo que le llama poderosamente la atención. Pero esto indica que su labor es muy necesaria y que, aunque por desgracia cada vez más gente necesita de este servicio, ellos están ahí para atenderles.

Ya sea un aumento considerable de los usuarios o una pandemia mundial, nada les frena para llevar a cabo esta encomiable labor. Mientras todo el mundo se refugiaba en sus casas por miedo al Covid.19, ellos ofrecían, como siempre han hecho, las comidas pertinentes, eso sí, a través de una ventana, para hacerlo de la forma más segura posible. Es con estas acciones con las que se deja claro el afán de ayudar que tienen en este comedor social.

Hasta 900 menús

Hay un momento del año en el que a todos se nos viene a la mente grandes mesas hasta arriba de comida rodeada de nuestros familiares. Esta es la Navidad, unas fechas que pueden hacerte sentir muy solo, algo que desde el comedor tratan de paliar con la elaboración de un menú especial de varios platos.

"Solemos hacer 900 menús de cinco platos en Nochebuena y otro tanto en Nochevieja", apunta Benito. Esta cifra es el doble de la que sirvieron durante las mismas fechas en el 2022, cuando aún se vivían los últimos coletazos de la pandemia. Por suerte cuentan con bastantes donaciones de empresas y de particulares que les suele ayudar a través de, por ejemplo, voluntariado esos días, alimentos o transferencias.

Voluntariado y donaciones

El Comedor Social de El Matadero, al ser un centro de pequeñas dimensiones funciona a base de colaboraciones y aportes de empresas y entidades como el ya mencionado Banco de Alimentos de Huelva, la empresa USISA o la Fundación Ángel Muriel que les avisa "casi todos los meses para ir a coger pescado", lo que facilita e impulsa mucho su labor.

Este comedor social tiene sus puertas abiertas no solo para todos aquellos usuarios que necesiten sus servicios, sino para aquellas personas que quieren aportar también su granito de arena y ayudar quienes lo necesitan, ya sea a través de donaciones o de voluntariado.