El comercio y el turismo claman por ayudas paralelas a las restricciones contra la pandemia

Coronavirus

Hablan de “muerte” de los sectores por efectos colaterales: medidas paliativas y miedo generalizado

Frente activo para disminuir el impacto adicional del comercio electrónico en los negocios locales

Un hombre observa artículos en el escaparate de una zapatería de la calle Concepción. / Josué Correa

Desde que entrara en vigor el nuevo estado de alarma y el consiguiente toque de queda, hay una víctima adicional por la pandemia: el centro de la ciudad. Y con él, el comercio y la hostelería. Por no hablar de lo que pueda suponer la nueva batería de medidas que se espera que anuncie hoy la Junta de Andalucía, que puede ir encaminada a una mayor restricción de horarios, e incluso al cierre temporal de los sectores.

No ha hecho falta esperar a este domingo para tener en Huelva “una ciudad vacía”. El centro urbano en la capital “está muerto”, y en el arrastre, como en el desborde de un río, se ha llevado al comercio, cuenta el responsable de la patronal del sector, Antonio Gemio.

Lo que a priori parecía que no les iba a afectar tanto a los comerciantes, por ese toque de queda a las once de la noche, Gemio asegura que la práctica ha desvelado un comportamiento distinto, muy desfavorable, con un claro sustento: “La gente tiene miedo. Y el miedo es el peor enemigo que puede tener el comercio”.

Lluvias al margen, cuenta que “las calles están vacías”, también los viernes en la tarde/noche. “No vendemos nada y las pérdidas son importantes”.

“Somos partidarios de que se tomen las medidas drásticas que sean necesarias, porque lo primero es la salud, pero tampoco nos pueden dejar morirnos de hambre”, apunta muy explícito.

Antonio Gemio

"La gente tiene miedo. Y el miedo es el peor enemigo que puede tener el comercio”

Luis Arroyo

"Esto es muy duro. Hay compañeros muy agobiados, medicándose, con depresión”

José Luis Moreno

"La situación es peor ahora. Antes tirábamos de ahorros pero ya vivimos al día”

El llamamiento a la Administración parece evidente para Antonio Gemio: “Se necesita la intervención de las administraciones ya, de manera urgente. Pero no la semana que viene ni en Navidad, hace falta ya”.

Es lo que defiende también el responsable del Consejo Empresarial de Turismo de la FOE, Luis Arroyo, muy elocuente con este tema: “Si tienen que tomar medidas, que lo hagan, pero que también tomen medidas de apoyo y ayudas a las empresas, porque los empresarios, también los trabajadores, tienen un grave problema, soportando unas circunstancias muy duras”.

“Las cuentas no salen”, afirma Arroyo. Tampoco en la hostelería, asegura. Aunque la patronal propia, Bareca, reunida ayer en asamblea, según cuenta su presidente, Rafael Acevedo, ha decidido esperar al lunes para hacer un balance y abordar la nueva situación que dejen las restricciones que anunciará hoy el presidente de la Junta, Juanma Moreno.

Antonio Gemio pone de ejemplo que “hay al menos cinco reseñas en el centro que ya han colgado el cartel de liquidación por cierre”. Otra más en La Merced, anota, y un par más en Isla Chica.

“Sólo los muebles de cocina y los electrodomésticos, los muebles, están aguantando bien. Pero el textil está muerto. La gente está triste. No tiene ganas”.

Un camarero aguarda la llegada de clientela a su terraza. / Josué Correa

Cuenta Luis Arroyo que hay agencias de viajes que han tenido que cerrar sus puertas, sin saber si podrán volver a abrir algún día. Los hoteles están mayoritariamente cerrados, mientras que algunos aguardan touroperadores que no van a llegar, y otros, de menor tamaño en la Sierra, están sin demanda por los cierres perimetrales de Sevilla y Andalucía.

“Esto es muy duro. Hay compañeros muy agobiados, medicándose, con depresión”, confiesa Arroyo. “Siguen pagando a proveedores, a acreedores, suministros, y no entra nada de dinero. Y aunque se tenga la puerta cerrada, sin ingresar, se sigue gastando”.

Arroyo pone el foco también en el transporte de pasajeros e invita a comprobar cómo han desaparecido de las carreteras y las calles los autobuses de servicios discrecionales. “No hay ni uno solo en circulación y las empresas, con las cocheras completas, tienen que seguir pagando seguros y otros gastos fijos”.

La situación que sufren comerciantes y hosteleros también se lleva por delante al sector del taxi, que ha sufrido, además, especialmente la situación del toque de queda nocturno. El presidente de Taxi Huelva, José Luis Moreno, apunta que hay unas 23 licencias en su colectivo que pueden recurrir al ERTE para sus asalariados por la brutal disminución de servicios por la noche y no tener capacidad para mantener los empleos.

Varios taxis aguardan en la tarde de este sábado en la parada de la Plaza de las Monjas. / Josué Correa

“La situación es peor ahora que al inicio de la pandemia”, explica, porque “antes tirábamos de los ahorros que teníamos en marzo pero ahora ya vivimos al día”.

Lo mismo apunta Luis Arroyo, que anota la pérdida de ese colchón del que aún disponían algunas empresas cuando llegó la covid-19 y dejó el confinamiento.

El comercio, además, destaca cómo la situación que sufren tiene una vuelta de tuerca más y un poco más asfixiante: el aumento del comercio electrónico.

Amazon nos está destrozando porque la gente compra desde casa por no salir”. Y frente a esa realidad que describe Antonio Gemio está la necesidad de “apoyar el comercio de proximidad, con sus puestos de trabajo y la contribución que hacemos a nuestro entorno pagando impuestos”.

Hay una plataforma para dispositivos móviles en construcción para fomentarlo, y los negocios se están organizando para servir a domicilio. Pero al margen de facilidades que ya dan muchos comercios locales y las campañas de publicidad que se harán está la conciencia ciudadana. Y a ella apelan.

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