¿Qué comunicación hace el resto del mundo del Covid-19?

‘WAR ROOM’

Todos los gobiernos están llevando a cabo una comunicación pública con errores y aciertos. No existe un protocolo de actuación, una manera preestablecida

¿Qué comunicación hace el resto del mundo del Covid-19?
¿Qué comunicación hace el resto del mundo del Covid-19?
Charo Toscano

12 de abril 2020 - 06:50

Huelva/“Hola, soy Alberto Fernández, de Olivos, trabajo de presidente”. El dirigente argentino envió este audio a la emisora Radio Con Vos que ha puesto en marcha la iniciativa No es por vos, es por todos para que la gente contribuya a evitar situaciones de riesgo. En cada país, los líderes políticos están reaccionando de diferente manera ante la crisis y no existe un mismo patrón. En las circunstancias actuales, en las que tan importante es gestionar bien como comunicar de manera adecuada, se están poniendo a prueba unos liderazgos que están siendo juzgados a diario desde los hogares de todo el mundo.

Todos los gobiernos están llevando a cabo una comunicación pública con errores y aciertos. No existe un protocolo de actuación, una manera preestablecida. Cada líder mundial ha tomado su camino y ha decidido su propia estrategia. La exposición pública está resultando una difícil prueba para todos los líderes políticos y sólo el tiempo dirá si han estado acertados o no.

Uno a uno están aplicando su fórmula, desde las 16 ruedas de prensa del primer ministro italiano Giuseppe Conte en un solo día, una de ellas de madrugada para acallar rumores, hasta el fabuloso discurso de 90 segundos pronunciado el pasado 27 de marzo por el presidente de Canadá Justin Trudeau para anunciar las medidas que ha aprobado el gobierno para ayudar a la población. A través del esquema elevator pitch, Trudeau ofreció una lección magistral de comunicación política y de liderazgo. Altamente recomendable.

No había precedentes ni contábamos con la hondura de esta crisis. Cada país pone en práctica una comunicación creativa que conecte con los ciudadanos. El equipo de Ideograma realiza periódicamente una publicación digital, Comunicar en tiempo de coronavirus, en la que recopila y selecciona contenido sobre buenas prácticas, iniciativas y recursos que se están llevando a cabo en todo el mundo. Y las hay para todos los gustos.

En la India, el Gobierno ha ordenado a sus operadores móviles que, con cualquier llamada, se oiga un mensaje con consejos sobre el virus; en Cataluña ha nacido una propuesta para que los niños puedan enviar cartas, dibujos, poemas o vídeos a personas ingresadas en los hospitales; el presidente de Argentina se conecta por las noches a Twitter durante varias horas para comunicarse personalmente con los ciudadanos, a los que incluso felicita por su cumpleaños; una agencia de publicidad de Uruguay ha editado un video en el que políticos de diferente signo hacen un llamamiento a la unidad; y en México, a pesar de las críticas que está recibiendo el presidente por su actitud irresponsable ante la pandemia, está teniendo mucho éxito el personaje animado Susana Distancia que, con canciones y jingles, informa de manera más amigable.

Otros líderes han optado por la política pop o politaintment para llegar a más público. Boris Johnson fue entrevistado por un programa magazine de entretenimiento, This morning, para explicar a gente no politizada qué está haciendo el gobierno británico. La presidenta de la comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha entrado en directo en los programas Deluxe y Todo es mentira. Su vicepresidente también está participando en directo en muchos de ellos.

Liderazgos

En su artículo Seis tipos de liderazgos mundiales para encarar el coronavirus, publicado en la plataforma Beers&Politics, el consultor Xavier Peytibi ha resumido en una palabra la actuación de cada uno de los principales líderes mundiales en función de cómo comunican. Boris Johnson es el optimista, aunque se ha visto obligado a cambiar cuando las potenciales cifras de víctimas derivadas de su estrategia no eran asumibles. Angela Merkel es la humana. En su único discurso televisado en 15 años (excepto los de Navidades) anunció que se enfrentaban al momento más complicado desde la II Guerra Mundial; habló de tranquilidad y solidaridad, de comprar racionalmente, y se publicó una foto suya haciendo la compra en un supermercado.

Enmanuel Macron es el general. Ha tomado la crisis como una guerra, emplea lenguaje bélico y ejerce de líder en una gran batalla épica. Giuseppe Conte ha experimentado una evolución del primerizo, cometiendo muchos errores comunicativos cuando se produjeron los primeros contagios en Italia, al pionero, informando adecuadamente con discursos muy trabajados que él revisa personalmente.

Donald Trump es el nacionalista. Con ruedas de prensa diarias de una o dos horas, defiende a los Estados Unidos contra un enemigo exterior: el virus chino y las malas decisiones de la Unión Europea. Su gestión de la crisis alcanza un 60 por ciento de aprobación.

Justin Trudeau era profesor antes que político, y en esta crisis ha adoptado el papel del educador. Aun estando en cuarentena por el positivo de su esposa, no ha dejado de dar consejos y generar contenidos, y ofrece conferencias diarias ante los medios.

Juicio al líder

El confinamiento trae consigo un hecho: disponemos de horas y horas para fraguar un juicio político desde casa. Puestos a juzgar, como el virus no tiene cara a pesar de ser el causante de esta situación, prestamos más atención al líder político que al verdadero culpable. La profesora María José Canel, catedrática de Comunicación Política y del Sector Público, ha publicado el artículo Comunicación en tiempos de coronavirus en el que analiza qué pautas intervienen en el juicio que desde nuestros hogares estamos realizando a la actuación de los líderes políticos durante lo que considera “el caso de comunicación de crisis por excelencia”.

¿Qué influye en la gente al evaluar la acción de su gobierno? Según Canel, la investigación académica sostiene que la afiliación partidista tiene mucho que ver: los votantes tienden a apoyar al Gobierno si éste es de su partido, independientemente de que la gestión que realice sea buena o mala. La mente de estas personas se fija más en los aspectos positivos e ignora los negativos, mientras que la mente de quien optó por la oposición hace justamente lo contrario y minimiza cualquier señal que refleje mejora.

En cualquier caso, el desafío que están teniendo que librar los líderes estos días es el de comunicar algo que se comunica por sí solo, en opinión de María José Canel: “El confinamiento en casa, la fiebre, la llamada a emergencias, el fallecimiento de un ser querido, el ERTE… Al comunicar, los líderes han de tener en cuenta que ya el virus de adelantó a comunicar con sus hechos”.

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