¡Con ustedes, los Hermanos Toronjo!
Historias del fandango
Una explosión fulgurante de luz flamenca fue lo que provocó el disco Sevilla cuna del cante flamenco, grabado en 1959
Este año se cumplen 65 de aquella grabación legendaria con los dos cantaores alosneros
Historias del fandango: Cantes de faenas del campo
Huelva/¡Aquel disco diverso y heterodoxo, cuyas dos caras del LP abrían seguidillas y fandangos alosneros, cantados por los Hermanos Toronjo…!
Sevilla, cuna del cante flamenco. Para la valoración de nuestros fandangos en los tiempos modernos, fue el disco más decisivo, porque contribuyó a que se conociera en toda España una muestra muy certera de los cantes alosneros. Las emisoras de radio lo programaban a todas horas, se escuchaban a los Toronjo por todas partes, se les veía en la única televisión que había entonces, estaban en festivales, en plazas de toros, en los tablaos de más prestigio... Y, sobre todo ello, el disco tuvo el valor de descubrir para el gran público al dúo alosnero. Con solo dos muestras, Paco y Pepe descubrieron la autenticidad de los cantes del Alosno. Paco ya era conocido entre los aficionados de Huelva porque se presentaba a los concursos radiofónicos desde los primeros años 50.
Me cuenta Carlos Carpintero, joven aficionado alosnero en aquellos años, que este disco y los siguientes de los Toronjo “supusieron un hito no sólo para los aficionados sino para todo el pueblo". "Yo, que a la sazón tenía dieciocho años, lo escuchaba cuando y donde podía. Este disco y los que grabaron después, a partir de la publicación de Los Hermanos Toronjo, fandangos de desafío y sevillanas y los siguientes. Hasta tal punto que los amigos imitábamos sus cantes reproduciendo incluso los errores (de los Toronjo), tales como “de sifulcro en sifulcro” (de sepulcro en sepulcro), “la Isabel” (Betsabé), “la carta de Hungría” (la carta de Urías)”.
Cuando el fandango huelvano se abría paso entre la densa nube del mairenismo, que todo lo dominaba en el panorama flamenco, emergieron los Hermanos Toronjo con un poderío y una brillantez jamás vistas. Sorprendieron por lo que interpretaban y por cómo lo hacían, sobre todo Paco. Ayudó sobremanera que fue un tiempo en que la joven televisión trataba con mucho interés la riqueza folclórica del país y que en las emisoras de radio se prestaba atención preferente a la discografía flamenca, recientes como estaban aún aquellos concursos de RNE de los años 50 en los que el fandango hizo constar el poderío de su fuerza popular.
Lo que contiene el disco
En el disco figuran, por este orden, en la cara A: 1) Sevillanas, de los Hermanos Toronjo; 2) Fandangos trianeros, de Gordito de Triana; 3) Fiesta por bulerías, de La Perla de Cádiz; 4) Martinete y toná de Triana, por Antonio Mairena; 5) Villancico popular, de los Campanilleros de Bormujos. Y en la cara B: 1) Fandangos de Alosno, de los Hermanos Toronjo; 2) Soleares de Alcalá, de Juan Talega; 3) Fiesta utrerana, por Bernarda de Utrera; 4) Soleares de la Sarneta de Utrera, por Fernanda de Utrera; 5) Cantiñas, de la Perla de Cádiz; y 6) Saeta (Semana Santa en Sevilla), por Antonio Mairena.
La cara A se abre con las seguidillas alosneras –a la que llaman sevillanas–, con lo cual se adelantan a todos y son los primeros en grabar este palo. Seguidillas alosneras, modernas, precursoras de la proliferación que vendría después. Generoso despacho de seis: (“Que no sé leer… De guasiloco… Mi amor a vivir… Bajé yo a beber…Pasó diciendo… A tío Juan Vázquez”).
En la cara B, interpretan seis fandangos magistrales: fandango cané a duo (“El fandango es mi alegría…”), fandango valiente que canta Paco (“Salomón…”), otro fandango cané a duo (“Tienes unos ojos, niña…”), fandango valiente que canta solo Paco (“Queriendo…”), un cané más entre los dos (“Adiós para si me olvidas…”), fandango de Juan María Blanco (“Eres tres y eres cuarenta…”), que canta Paco, y un último cané entre los dos (“Yo solito en tu favor…”).
Las guitarras que les acompañan son las de Paco Aguilera, Moraito chico y El Pinche.
La leyenda de los cantes
Con lo que indica Mairena en sus memorias y la composición definitiva del disco puede colegirse que hubo discrepancias (Mairena no era persona de disputas) entre la discográfica, con sus intereses más prosaicos, y quien dirigió los contenidos del disco, animado por otras inquietudes.
Es muy recomendable leer los textos explicativos de los diferentes cortes que figuran en la trasera de la funda. Comentarios que no están ordenados según aparecen en el disco y que son, claramente en lo que atañe a los cantes gitanos, una esquemática descripción del pensamiento de Mairena. Y respecto a los cantes flamencos, entre los que se incluyen los de los Hermanos Toronjo, se dice sobre los fandangos que “Fandango de Alosno. Los mineros de este lugar de la zona de Tharsis le dan ese aire al cante de Huelva, que se puede decir que es la fuente de los fandangos y del folclore de esta provincia”. Y respecto a las seguidillas alosneras: “Son la joya folclórica de Sevilla, exposición de la alegría y la belleza de las mujeres andaluzas, que las bailan en cuatro tiempos generalmente, y con mucha gracia. Es el baile más universal de España, junto con la jota, y ha tomado mucho nombre fuera de nuestras fronteras”.
Hay que aclarar que estas seguidillas alosneras son las primeras de las sevillanas modernas que se grabaron, antes de las de los Hermanos Reyes. En ambas descripciones percibimos hoy informaciones mal documentadas e inexactas, algo muy frecuente en la literatura referida al flamenco de nuestra provincia hasta no hace tanto tiempo.
Al resumen, la conclusión final la dio el juez tiempo, que dictaminaría con datos que el disco fue un éxito rotundo, debido en primer lugar a los cantes de los Hermanos Toronjo.
(Continuará)
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