El creador de versos de Aspacehu

La Fundación Cajasol ha publicado el primer libro de poemas de Manolo García, un onubense con parálisis cerebral que ha plasmado en las 71 páginas de 'Ecos del universo' su maravillosa visión del mundo

1. Manolo García, con sus padres, Flora y José María, ayer durante la presentación del libro. 2. Sus compañeros, familiares y los trabajadores de Aspacehu asistieron al acto. 3. El poeta, firmando un libro en compañía de uno de sus hermanos.
1. Manolo García, con sus padres, Flora y José María, ayer durante la presentación del libro. 2. Sus compañeros, familiares y los trabajadores de Aspacehu asistieron al acto. 3. El poeta, firmando un libro en compañía de uno de sus hermanos.
Raquel Rendón / Huelva

01 de abril 2011 - 01:00

La historia de Manolo García es un cuento de superación escrito en verso. Era el segundo retoño de sus padres, José María y Flora, que esperaban con emoción la venida al mundo de aquel chiquillo en 1964. Pero el destino hizo que el bebé se desprendiera de la placenta antes de tiempo y sufriera la llamada asfixia blanca. A las dos horas de nacer, los médicos comunicaron al matrimonio que el pequeño había sufrido daños cerebrales.

Después de su nacimiento vinieron cuatro hermanos más a la familia García-García, pero "siempre él ha sido el centro de las atenciones de todos nosotros". Desde muy pequeño ya empezó a mostrar su interés por las letras, como recordó ayer su madre: "Prácticamente desde que aprendió a escribir, con cinco o seis años", ya comenzaba a plasmar su talento sobre cualquier retazo de papel.

El escritor pudo cursar hasta 5º de primaria. Flora García recordó ayer cómo "entonces no había maestros especializados, y claro, era muy complicado llevar una clase yendo al ritmo de Manolo". Sin embargo, todos los docentes admitían que, a pesar de sus capacidades limitadas, "es listo como él solo" y su familia siempre ha tratado de que se sienta "como uno más".

El niño creció entre talleres de Aspapronias y otros tantos cursos especializados. Siempre ha tenido mucha sed por aprender, "aunque no le ha dado nunca por leer, pero le encanta escuchar la radio". Sus poemas llegaron a sonar durante varios años en las ondas onubenses, adonde iba a recitar los versos más hermosos.

Manolo García siempre ha sido autónomo, a pesar de que los daños en su cerebro le hacen tener altibajos emocionales muy intensos. Hace más de quince años comenzó a formar parte de la unidad de estancia diurna de la Asociación de Paralíticos Cerebrales de Huelva (Aspacehu). Hasta que una patología renal que le obliga a someterse a diálisis le puso fronteras a su cotidianidad hace apenas un año. "Entonces decidimos que residiera aquí", apuntó su madre. Los viernes, regresa a la casa familiar de Adoratrices para disfrutar de los suyos y fotografiar todo lo que ve -es un gran aficionado a las instantáneas-, pero en el centro de Santa Marta se siente "como en casa".

Sus compañeros y los trabajadores de Aspacehu lo arroparon ayer durante su día grande, el de la presentación oficial de su primer libro de poemas, Ecos del universo, editado por la Fundación Cajasol.

Durante el acto, la presidenta de Aspacehu, Cinta Monsalvete, destacó del escritor "su alma de poeta" y recordó que "siempre hemos visto en él que escribía cosas increíbles que nos hacían alucinar a todos los que estábamos alrededor". El director territorial de Cajasol, José Ángel Hernández, felicitó al artista y se mostró muy satisfecho por hacer posible que "personas como Manolo, que no son menos válidas, puedan aportar sus inquietudes a la sociedad".

Quizá uno de los instantes más emotivos de la jornada fue el que llegó al final de la presentación, cuando todos sus compañeros le hicieron entrega de varios dibujos con dedicatorias tan entrañables como la de Alonso: "Eres un artista, me encanta el libro que has escrito y, además, eres un gran compañero". Con lágrimas en los ojos, Manolo García agradeció el gesto y dedicó a sus padres y a todos los suyos el libro.

En él, que se puede adquirir en la sede de Aspacehu, el poeta desnuda en 71 páginas la realidad que le rodea, dedicando versos a la vida, la soledad, la luna o el amor. Haciendo gala de sensibilidad y agradecimiento, destaca la poesía que lleva por título El universo es mi padre, con palabras tan hermosas como "Te conocí cuando luché/ por mi propia vida. (...) Te miré a los ojos/ y seguí a tu estrella,/ papá".

La jornada finalizó con la dedicatoria de ejemplares. García guarda en la recámara una batería de poemas para ofrecer al mundo que están a la espera de ser editados.

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