"Tengo curiosidad por saber qué fue del estudio del Defensor"

Rodríguez-Artalejo coordinó la investigación sobre el exceso de mortalidad en la provin cia

Rodríguez-Artalejo, en La Moncloa, en una comparecencia ante la prensa para abordar el caso de Teresa Romero, la enferma de ébola.
I. G. Huelva

14 de abril 2015 - 01:00

Fue la cara visible idel Ministerio de Sanidad el pasado mes de octubre para reportar el estado de salud de Teresa Romero, la primera enferma de ébola de España. Fernando Rodríguez-Artalejo, catedrático de Salud Pública de la Universidad Autónoma de Madrid, ha sido el coordinador del informe encargado por la Oficina del Defensor del Pueblo titulado El exceso de mortalidad y morbilidad detectado en varias investigaciones en la Ría de Huelva.

-Un año después de la presentación del informe, ¿se ha avanzado en algunas de las conclusiones que aparecen en el documento?

-El grupo de expertos hizo su trabajo. Dejamos el documento en la Oficina del Defensor junto con representantes de la ciudad de Huelva, contamos lo que hicimos... Pero, al menos yo, no he vuelto a tener noticias. Lo cierto es que tengo curiosidad humana en saber en qué punto se encuentra y en qué ha quedado todo este trabajo.

-Desde un punto de vista epidemiológico, ¿qué le llamó la atención de los trabajos científicos que fueron revisando sobre la contaminación de la ciudad y los impactos en la población?

-Tengo que decir que la magnitud de los problemas de salud en términos de mortalidad e incidencia del cáncer es relativamente pequeña con respecto a la preocupación real que tiene la población. No es que le quite importancia a todo lo que ocurre. Efectivamente, hay riesgos, pero estos son un poquito más que en otros lugares de España.

-¿Qué echa en falta para que la salud ambiental de Huelva no se cuestione de forma continua?

-Echo en falta un proceso organizado de carácter social para tratar este problema, un proceso reglado y un diálogo entre todas las partes. Encajar todas estas piezas es clave para poder seguir avanzando. Al final, en el centro de la preocupación de la sociedad se encuentra la salud. El contrato social es con los políticos y los poderes públicos, y en este contrato aparecen las administraciones, que son las encargadas de dar respuestas.

-Existen factores externos a la propia salud ambiental de la ciudad que apuntan a la principal causa de mortalidad ¿Es la desigualdad social la que ha marcado la pauta en esta mortalidad excesiva?

-Efectivamente, la desigualdad actúa y es un marcador de muchas cosas, de estilos de vida poco saludables, de peores condiciones de trabajo, de una determinada situación de la vivienda, de contaminantes interiores y exteriores, del acceso a los servicios sanitarios y de un peor seguimiento de las recomendaciones clínicas, entre otras. Las personas en peor situación socioeconómica son las que más padecen, ya sea porque viven cerca de un foco contaminante -y es más barata la vivienda-, porque están expuestas en sus centros de trabajo o porque fuman más.

-De las diez recomendaciones del dictamen, ¿cuál ocuparía en este momento la primera posición para su aplicación inmediata?

-La recomendación relacionada con la de mejorar la transmisión de información a la población general y a los colectivos profesionales sobre los efectos conocidos de la contaminación sobre la salud. Uno de los principales problemas es el de la alarma social, por eso es fundamental que la sociedad se sienta atendida y que sus preocupaciones encuentren soluciones.

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