Daniel Guerra, director de La ONCE en Huelva: "Somos la envidia de las personas con discapacidad visual a nivel mundial"

El nuevo director de La ONCE en Huelva lamenta que existan tabúes y que todavía algunas personas con discapacidad sientan "vergüenza" por afiliarse: "Ese miedo a mostrarse tiene que desaparecer, porque sigue estando latente y es inútil aferrarse a él. La ONCE puede aportar muchísimo"

La ONCE elige nuevo director en Huelva: Daniel Guerra relevará en el cargo a Francisco García Soriano

Daniel Guerra, director de La ONCE en Huelva.
Daniel Guerra, director de La ONCE en Huelva. / Josué Correa

La ONCE continúa su incesante labor de romper barreras en Huelva. Con el firme objetivo de lograr la integración de los afiliados, así como de acabar con los tabúes que todavía siguen muy presentes entre la ciudananía onubense, llegó hace tan solo unos meses el malagueño Daniel Guerra a la dirección de la organización. Poco después de que se marchara el anterior responsable del organismo en la provincia, Francisco García Soriano, su sucesor lo releva en el cargo con la vista puesta en el futuro de una entidad a la que, dice, "se lo debe todo".

Pregunta.Asumió las riendas de la Organización Nacional de Ciegos en Huelva el pasado mes de junio, ¿Cómo ha sido la primera toma de contacto?

Respuesta.Me incorporé el 1 de junio con muchas ganas. Soy una persona muy luchadora y afronto con ilusión este nuevo reto que se me ha puesto por delante. Sigo adaptándome todavía, ya que ahora gestiono un centro más grande, con mucha gente, y poco a poco voy conociendo todo el engranaje de lo que ello supone. Mantengo un contacto muy fluido con Francisco, mi predecesor, porque al fin y al cabo, ha sido un compañero que ha estado aquí durante tres años y medio y sabe y conoce todos los entresijos.

P.Aunque nadie como usted para saber cómo funciona La ONCE. Al fin y al cabo, es afiliado desde que era un niño

R. Soy afilado desde chiquitito. Desde que cumplí los 9 años. La ONCE para mí es mi casa, se lo he dado prácticamente todo y me lo ha dado todo. Por eso llego a este puesto con tantas ganas. Quiero aportar todo cuanto esté en mi mano para ayudar a las personas con discapacidad visual, a los ciegos y también a todos los que trabajan en la entidad. Yo tengo albinismo y falta de visión en el ojo izquierdo, por eso, mi familia quiso que me marchara al Centro de Recursos Educativos de Sevilla cuando solo era un niño y estuviera allí durante 9 años, el tiempo en el que cursé la ESO. Durante esos años, la ONCE, me prestó ayuda económica, con becas para transporte, material, etc. Gracias a ello, estudié en un centro educativo sin costes para mi familia. A los 18 años, al ancanzar la edad para salir del centro, me marché y seguí desarrollando formación profesional de la misma manera, con becas y prestaciones económicas de La ONCE para la vivienda y para la manutención. Durante esos años también practiqué mucho deporte, como atletismo o fútbol sala. Algo que me brindó la oportunidad de viajar por toda España y parte de Europa practicando ambos deportes, dentro de la Federación Española de Deportes para Ciegos. Al mismo tiempo, seguí formándome y me marché a trabajar fuera, hasta que tuve la oportunidad de entrar en La ONCE como profesional. Mi primer puesto fue en el colegio donde me educaron de niño, aunque esta vez entré como miembro de la plantilla de trabajadores en el puesto de ordenanza, donde me mantuve durante siete años. Después de ordenanza, seguí creciendo como auxiliar administrativo y ocupé el puesto de secretario de la Dirección Técnica Pedagógica, a nivel de Andalucía. A continuación, tras hacer una formación interna para afiliados en La ONCE, me designan en un puesto de responsabilidad dentro del organismo y mi primer destino es Sanlúcar de Barrameda, donde he estado cinco años y medio hasta que llegué aquí, a Huelva.

La ONCE para mí es mi casa, se lo he dado prácticamente todo y me lo ha dado todo

P.¿Fue duro ingresar en el Centro de Recursos Educativos siendo tan pequeño?

R.Hombre, yo soy malagueño y tuve que irme a Sevilla siendo muy pequeño y separándome de mis padres, de mis hermanos... Ellos consideraron que era lo mejor para mí, directamente. Y así lo hicieron. Al final yo siempre digo que gracias a La ONCE tenemos lo que tenemos. Y que si mis padres no hubieran tomado esa decisión por mí, yo ahora estaría en mi pueblo, con una discapacidad y una timidez increíble. Ellos pensaron en su momento que era lo mejor. En aquel centro educativo conocí a otros compañeros con problemas visuales y a especialistas que sabían perfectamente las necesidades que teníamos nosotros. Ahora entiendo que fue una decisión acertada. A pesar de que me perdí mi infancia con mis hermanos, mis primos...con el paso de los años lo pones en una balanza y fue un acierto. Hoy en día, tengo mi propia familia. Mi mujer, también afiliada a La ONCE y una niña de 10 años. A ellas, y al resto de amigos y afiliados intento transmitirles esos valores que me inculcaron.

Tenemos que estar súper agradecidos por tener la Organización Nacional de Ciegos en nuestro país. Somos la envidia de las personas con discapacidad visual a nivel mundial.
Daniel Guerra, director de La ONCE en Huelva, durante la entrevista para Huelva Información.
Daniel Guerra, director de La ONCE en Huelva, durante la entrevista para Huelva Información. / Josué Correa

P.¿Cuáles son los principales valores de La ONCE?

R.Yo destacaría la gran solidaridad. Es muy solidaria, lleva siéndolo 86 años. La ONCE siempre ha luchado y va a seguir peleando por la integración y porque seamos autónomos, eso es por lo que llevamos trabajando todos estos años, para que estemos integrados realmente en la sociedad. Todavía queda camino. Aunque poco a poco vamos avanzando, la verdad es que aún existen barreras en las que tenemos que trabajar. Con todo, yo siempre digo que tenemos la suerte de haber nacido en España, porque como en España no existe nada igual a nivel mundial. Pongo como ejemplo a nuestros vecinos, los portugueses ciegos, que a día de hoy, en el año 2024, están mendigando en las calles. Y estamos hablando de que están solo a una hora de Huelva. Entonces tenemos que estar súper agradecidos por tener la Organización Nacional de Ciegos en nuestro país. Somos la envidia de las personas con discapacidad visual a nivel mundial.

P.¿Se les da oportunidades laborales a las personas con discapacidad visual hoy en día?

R.A día de hoy tengo mis dudas sobre que el porcentaje destinado a la contratación de personas con discapacidad en las empresas se cumpla. Yo pienso que los empresarios deben darle confianza y oportunidades de vida a las personas con discapacidad. Creo que lo mejor que va a hacer una empresa es dar un trabajo a una persona con discapacidad. Lo que ellos no saben es que esa persona se va a entregar al 200%, cuando no debería, pero así es. Creo que en este sentido se está mejorando, pero todavía cuesta.

Todavía queda camino. Aunque poco a poco vamos avanzando, la verdad es que aún existen barreras en las que tenemos que trabajar.

P.Y precisamente para ayudar a los afiliados a encontrar trabajo está la figura de Inserta Empleo

R.Los profesionales de Inserta Empleo, de la Fundación ONCE, se reúnen con ayuntamientos, con asociaciones, con las administraciones, para concienciar. A través de ellos, formamos a personas con discapacidad y les buscamos profesiones afines a ellas. Eso en cuanto al empleo, pero a nivel de afiliados trabajamos con ellos todos los días por su inclusión real, para que se sientan parte de la sociedad. A través de la ONCE, como parte de la metodología, pues reúnen con diputación, con alcaldes, para concienciar.

P.¿Se pone la gente en los zapatos de las personas con discapacidad?

R.La gente se pone durante unos minutos, pero después se olvida, a pesar de que hacemos muchas actividades de sensibilización. Realmente no te puedes poner en la piel hasta que no te toca en primera persona o a alguien cercano a ti, como a un hijo, a un padre o a una madre. Aún así, no cejamos en nuestro empeño de llegar a la sociedad para intentar transformarla concienciándola, aunque sea un poquito.

Daniel Guerra, director de La ONCE en Huelva.
Daniel Guerra, director de La ONCE en Huelva. / Josué Correa

P.¿Cuál es su principal función como director de la entidad en Huelva?

R.Mi perfil es un perfil institucional y es el engranaje a nivel de La ONCE en Huelva. Tenemos tres grandes áreas, que son juegos, servicios sociales y coordinación de talentos. Mi papel es intentar que esas tres grandes áreas funcionen, además de representar a la entidad en los distintos actos institucionales. Actualmente tenemos en Huelva y provincia 460 compañeros trabajadores. Unos 350 en Huelva y 110, aproximadamente, en La Palma del Condado. O sea, son 460 compañeros que trabajan en nuestra casa realmente. Y a nivel de afiliados estamos rondando los 1.015.

La gente se pone en nuestros zapatos durante unos minutos y después se olvida

P.¿Cree que la gente aún tiene reparo a afiliarse?

R.Hay gente que sí. Desde aquí aprovecho para animar a las personas que tengan un problema visual a que vengan, que acudan sin ningún tipo de miedo. A mí me da mucha pena cuando conoces a personas a las que les puede venir bien estar en La ONCE, que reúnen las condiciones para ser afiliados y no vienen por temor o vergüenza. Se preguntan qué les puede aportar La ONCE. Y la realidad es que les puede aportar muchísimo: tranquilidad, autonomía y sentirse útil.

P.¿Cómo se hace alguien afiliado de la ONCE?

R.Tiene que acudir directamente y hacer una solicitud. Se le pide el DNI, el certificado farmacológico y presentar, en ambos ojos, una agudeza visual igual o menor a 0,1 y/o campo visual reducido a 10 grados o menos. Y por supuesto, ser español.

P.¿Cuál es el perfil actual del afiliado?

R.La mayoría son personas mayores, de unos 60 años. Realmente jóvenes hay pocos, también es verdad que la Medicina va evolucionando y cada vez son menos las personas que nos llegan por enfermedades visuales. Sí es verdad que vemos un aumento en personas mayores, que llegan por problemas de azúcar, por ejemplo. El objetivo quizá es también llegar también a los más jóvenes, porque se puede ser afiliado desde que se nace directamente. De hecho, nosotros tenemos a un equipo educativo, con dos profesores de La ONCE. Cuando se detecta en un centro educativo, se lo comentan directamente a esos profesores, nos llaman a nosotros o se ponen en contacto o a través de los trabajadores sociales de los ayuntamientos y empezamos a trabajar para intentar afiliarlos. También nos ponemos en contacto con las familias y hablamos con ellas, siempre que ellas quieran. Porque a veces no quieren. Yo siempre cuento una anécdota. El año pasado estuve en Sanlúcar en una actividad que hicimos y pasaron alrededor de 2.000 alumnos por uno de nuestros stands informativos. Y un chico se acercó y me contó que su padre tenía problemas en la vista pero no nos contactaba porque tenía vergüenza. El chaval con solo 13 años lo tenía claro y su padre no. Eso es lo que tenemos que evitar.

La ONCE puede aportar tranquilidad, autonomía y sentirse útil
Daniel Guerra, director de La ONCE en Huelva.
Daniel Guerra, director de La ONCE en Huelva. / Josué Correa

P.Hay que romper esos tabúes

R.Ese miedo a mostrarse tiene que desaparecer, porque sigue estando latente y es inútil aferrarse a él porque La ONCE puede aportar mucho. Si te gusta leer y no puedes leer, `por ejemplo, la ONCE tiene una biblioteca digital con numerosos recursos. Gracias a las nuevas tecnologías, tenemos infinidad de aplicaciones hoy en día para poder conseguir lo que cada uno se proponga. Con unas pocas herramientas y unas pautas, se puede llegar a ser el que eras antes de tener problemas en la vista.

P.¿Cómo es el primer contacto con el nuevo afiliado?

R.Cuando llega un afiliado nuevo abrimos un PIA, un plan individualizado de atención, vemos sus necesidades y empezamos a trabajar con él. Podemos hablar, por ejemplo, del apoyo psicosocial. Para una persona que hoy ve y mañana deja de ver, la ONCE tiene unos psicólogos que ofrecen ayuda para revertir esa situación y trabajar esa oscuridad, ese abismo con el que se encuentra en un primer momento al no saber bien a qué se está enfrentando. A nivel de apoyo psicosocial tenemos también a nuestros técnicos en rehabilitación visual, que son los compañeros que te enseñan a desarrollarte en tu día a día en la calle o a desenvolverte en casa, poniendo una lavadora o encendiendo la vitrocerámica. Tenemos también a instructores tiflotenológicos, los ITB, que enseñan a adaptarte a las nuevas tecnologías para que las puedas integrar en el día a día. Y, por supuesto, tenemos a nuestros trabajadores sociales que atienden a cualquier afiliado de nueva incorporación o los compañeros que están en la casa para temas de prestaciones, de becas, de acciones con centros de salud. Tenemos animación, tenemos deporte, cultura y un servicio de voluntariado importante y necesario.

P.¿Ha crecido el voluntariado en el último año?

R.Sí, ha crecido y se agradece enormemente que la ciudadanía ponga su tiempo, sus horas para ayudar o acompañar a una persona. Aprovecho para animar a la gente a unirse al voluntariado. Se puede hacer directamente a través de la página de la ONCE, en el enlace al voluntariado. Los compañeros que coordinan el equipo se ponen en contacto con los interesados, se les hace una entrevista para ver si tiene perfil para ser futuro voluntario de ONCE y tras hacer un curso de formación puede comenzar a ofrecer sus servicios formando parte de una bolsa. La labor del voluntario yo la recalco y la agradezco mucho porque no saben el bien que hacen a las personas con discapacidad visual.

P.¿Se ha mejorado en cuanto a la accesibilidad?

R.La lucha por seguir avanzando en accesibilidad debe ser constate. Se dan pasos, sí, pero tenemos que seguir avanzando. Tenemos que seguir trabajando todas las administraciones, los ayuntamientos y las asociaciones para que todo sea accesible. Un ayuntamiento, una oficina del INE, un hospital, todo. Pensamos que la accesibilidad solamente es necesaria para la persona afiliada, para la persona ciega, pero eso no es así. El señor, la señora mayor, el papá, la mamá que tiene un niño en silla de ruedas y tiene que ir a un centro a arreglar un papel y no es accesible, o un ascensor que no funciona y en el edificio no disponen de rampa... siempre lo focalizamos en los discapacitados, en la persona con discapacidad, cuando esto es bueno para toda la sociedad en general. Al final, yo como responsable, seguiré peleando para que todo sea más accesible, para que una persona ciega o con discapacidad, pueda caminar por la calle, en su día a día, sin depender de nadie.

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