Seis décadas de la gran nevada
La Fiesta de la Candelaria en Huelva tiene siempre recuerdos de aquella gran nevada de 1954. Hoy las nuevas generaciones pocas referencias poseen de ella y es que hay que remontarse a onubenses con más de sesenta años para que puedan hablar de ese acontecimiento. Desde entonces no nieva en nuestra ciudad, aunque los fríos de enero hayan bajado bastante con temperaturas históricas en enero de 2005. Las nevadas han sido bien escasas, en el siglo pasado sólo se anotaron tres, el 4 de febrero de 1935, el 13 de enero de 1945 y el 2 de febrero de 1954. Del siglo XIX lo que se conoce son las de 1885 y 1820.
El 16 de enero de 1885 nevaba en Huelva, algo inusual que despertó la máxima curiosidad. El diario La Provincia decía que "no puede darse idea de la impresión que en Huelva produjo la ligera nevada de la madrugada del viernes" y es que como señalaba, la mayoría de los onubenses no habían visto nevar nada más que en el teatro, "cuando Mela daba Los perros del monte San Bernardo". Así que se mostraban admirados ante el espectáculo que presentaba la ciudad y sus alrededores completamente envueltos en una inmensa y blanca sábana. Hacía 64 años que no se veía la nieve, así lo decían los mayores de más de 70 años, que recordaban que "el invierno de 1819 a 1820... cayó una ligera nevada en Huelva". Un anciano de 88 años aseguraba que aquella "duró algún tiempo más que la del viernes, pero desde entonces no recuerda haber visto nevar ni poco ni mucho". En 1885 empezó a nevar "a las cuatro próximamente de la mañana, y a las diez o las once de la misma mañana ya no había nieve ni en la ciudad ni en el campo". En el país se registraban temperaturas bajas y generales nevadas.
Nieva en Huelva. Ese era el titular de portada del diario Odiel del 3 de febrero de 1954 y es que decir que nieva en León o Ávila la gente se queda tan fresca. "Pero amigos, en Huelva esto de la nieve es un espectáculo que sólo se da alguna vez en la historia" y "para que los ancianos de la localidad puedan decir a sus nietos sin mentir que ellos saben lo que es la nieve". Los mayores sólo recordaban otra nevada el 13 de enero de 1945 y decían que "al lado de esta de ahora, fue sencillamente una miseria".
Y es que resultó ser la gran nevada de Huelva, la ciudad quedó cubierta por una capa de diez centímetros pero también ocasionó graves perjuicios, quedó incomunicada telefónicamente con el resto de España, además de registrarse importantes averías en el servicio de luz. Tantos problemas que le fue difícil a Odiel sacar la edición de día 3 y las fotografías no se pudieron publicar ese día y es que "el bueno de Rodri, que había sacado una gran cantidad de placas, se quedó sin poder revelarlas a causa del apagón". "Por fin le llegó la luz a Rodri" y en la portada de Odiel del día 4 se publicaban varias imágenes de la ciudad nevada.
El día 2 de febrero "a las seis de la tarde comenzaron los primeros copos, que cayeron en una ráfaga pero abundante. Después de un paréntesis, empezó ya a caer la nieve en forma continua, hasta las diez y media de la noche, en que empezó a decaer, disminuyendo paulatinamente hasta que cesó por completo". El día fue de júbilo y muchos salieron a realizar sus fotografías y "a los niños se les asomó a los balcones y se les enseñó el arte de la bola de nieve" y en esto los chavales aprendieron rápido, tanto que en la Plaza de las Monjas el conocido periodista Octavio recibió "un estupendo bolazo", ni "tampoco faltaron las correspondientes batallas por la calle Concepción. La Placeta y todos los puntos de la ciudad donde se prestaban al deporte del pelotazo". En resumidas cuentas y como decía Odiel, todo el mundo se lo pasó pero que muy bien en lo que respecta a espectáculo, aunque la nevada se sufrió y mucho en zonas humildes como El Chorrito alto; se lamentaron algunas caídas y el desprendimiento de cables de muy diversas calles, lo que provocó que minutos antes de las once se quedara la ciudad sin luz. Después de "enormes esfuerzos" el fluido eléctrico llegó a puntos claves a las dos de la madrugada, como el Hospital de la Merced.
La ciudad supo lo que era la belleza y el frío de la nieve que se propagaba por toda España, incluso helando el agua bendita, como en una iglesia de Irún, como informaba la prensa. La nevada de 1954 dejó una gran estela gráfica de aquel momento gracias a fotógrafos como el nombrado Adolfo Rodríguez Rodri o Manuel Sanmiguel, prueba de ello son algunas fotografías que reproducido conmemorando aquel acontecimiento de la gran nevada de Huelva.
Un paisaje totalmente cambiado, inusual y bello. Hasta ahora la nieve no ha vuelto a la capital, sí grandes granizadas, en abril de 2002, o temperaturas históricas, en 2005. Ha nevado en la Sierra, en 2006, 2009 y 2010, siempre en el mes de enero.
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