El deporte como medicamento: Los sanitarios del hospital Infanta Elena de Huelva predican con el ejemplo
Los profesionales del centro hospitalario insisten a sus pacientes en la importancia de la práctica deportiva para prevenir enfermedades y superar dolencias
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Si hay un medicamento accesible, económico y sin efectos secundarios ese es el deporte. Numerosos estudios respaldan que una receta médica incluya la actividad física como fármaco, dado que es una herramienta terapéutica que, no solo fortalece el cuerpo, sino que también previene enfermedades, prolonga la esperanza de vida y mejora la salud mental. Es por ello que cada vez son más los sanitarios que insisten a los pacientes en la importancia de que lleven a cabo la práctica deportiva. Y si, además, estos profesionales predican con el ejemplo, el mensaje cala más.
Por Urgencias del hospital Infanta Elena pasan "muchas mujeres con graves problemas de salud que podrían evitarse incorporando el ejercicio en sus vidas", explica a este diario la enfermera del servicio Eva Palanco, quien les anima a "practicar deporte y a cuidar la alimentación. Eso sí, la actividad física practicada de forma progresiva y en la medida de las posibilidades de cada uno porque -recuerda- no pasa nada por empezar caminando". Lo primero, prosigue esta enfermera, es "buscar nuestro deporte de entre los millares que existen y, seguidamente, adaptarlo a nuestra forma de vida y a nuestras posibilidades físicas y de logística".
Eva es el claro ejemplo de que el deporte te mantiene en buena forma física y con una sonrisa. Comenzó a practicarlo con 15 años y, 35 años después, puede decir que ha cosechado excelentes resultados en las competiciones de Hyrox de Málaga, Barcelona y Bilbao, llegando incluso a estar clasificada para el Mundial de la especialidad celebrado en Francia, "al que no pude acudir por problemas familiares". Fue la dureza de estas carreras fitness, que combinan ocho kilómetros de carrera y ocho workouts de manera intercalada, la que le motivó a iniciarse en una modalidad deportiva "que me provoca felicidad y que es lo que mas me ayuda en los problemas de pérdida de masa muscular y densidad ósea".
La enfermera de Urgencias, que insiste en que "nunca es tarde para comenzar en el deporte", decidió iniciarse en ellos cuando era adolescente "como medida de evasión de la tensión de los estudios. Era mi manera de mantenerme fuerte mentalmente". Primero fueron las carreras populares, luego la natación y, tras ello, la bicicleta. Tres deportes que, una vez dominados, le hicieron plantearse la incorporación al triatlón, participando en varios campeonatos de ámbito andaluz con grandes resultados.
Su compañera Charo Palma, auxiliar de Enfermería en Urgencias del Infanta Elena, también se ha 'enganchado' a Hyrox y admite que "entreno para clasificarme a un Mundial" -obtuvo un tercer puesto el pasado fin de semana en la categoría OPEN 60-64 del Hyrox de Bilbao-. Un camino en el que está inmersa y que le ha hecho dejar para más adelante la maratón de Sidney, la última localidad en incorporarse a los majors -los seis maratones anuales más importantes del mundo-. Seis carreras de 42 kilómetros -Nueva York, Tokio, Boston, Chicago, Berlín y Londres- que ya ha completado esta sanitaria de 63 años.
Sus inicios en el deporte fueron hace 20 años, cuando la diabetes "me obligó a ello". Asegura que "nunca había hecho deporte, más allá de un paseo en bici, y comencé a correr con unos amigos en el estadio Emilio Martín". La motivación y las buenas sensaciones le llevaron a correr la San Silvestre y otras carreras populares, las medias maratones y, por último, las maratones, comenzando por Nueva York. Ahora, reconoce que "no entendería mi vida sin el ejercicio, tanto por la importancia para controlar el azúcar como por lo feliz que me hace, y es por ello que animo a los pacientes a moverse".
Debutó también en la gran distancia en la maratón de Nueva York la enfermera del servicio de Medicina Preventiva, María Auxiliadora Gómez. "Fue inolvidable", recuerda, al tiempo que enumera otras carreras en las que ha completado con grandes resultados "como medias maratones, maratones y dos ultramaratones de 101 kilómetros en Ronda". A aquella carrera en suelo estadounidense le aupó "una victoria en 2011 en el circuito de gran fondo de Huelva, lo que me dio la oportunidad de viajar a Estados Unidos con el programa autonómico Andalucía en Nueva York".
Fue María Auxiliadora la que animó a -en aquel entonces novio y ahora marido- Juan Carlos Romero a correr. "Los inicios fueron lastimosos porque yo era deportista de élite de sofá, pero hoy no concibo mi vida sin correr", expresa este enfermero del hospital Infanta Elena, quien señala que, "aunque no puedo transmitir con palabras las sensaciones que me da terminar una maratón o un simple entrenamiento, sí puedo decir que me grabé a fuego una frase que me dijeron: nunca se corre demasiado lento".
Ambos enfermeros participaron juntos en varias medias maratones, maratones y en los dos ultramaratones de Ronda y, aunque ahora están alejados de la competición, "no hay semana en la que no nos hagamos nuestros tres o cuatro entrenamientos", coinciden. Eso sí, "sin presiones, únicamente por disfrutar", señala Juan Carlos.
Palabras que comparte María Auxiliadora, quien sigue "quemando kilómetros por caminos y carreteras por el mero hecho de que me ayuda a sentirme bien, a liberar preocupaciones, a estar sana y, encima, es gratis". Por ello, "mientras el cuerpo aguante" practicará un deporte que comenzó hace cerca de 30 años porque, asegura, "no hay nada en la vida que me produzca más satisfacción que colocarme mis zapatillas, poner una música motivadora, un buen camino, buena compañía y liberar estrés durante unas horas".
No son pocos los runners con los que cuenta el hospital Infanta Elena. En solo seis años el responsable de Personal Subalterno, Justo Antonio García, pasó de comenzar a caminar a cosechar premios en carreras de trail con 62 años. "Al principio salía con un compañero de trabajo a hacer mis paseístos y después probé a correr", recuerda este profesional que cuenta como, tras ello, "vinieron las medias maratones en asfalto y el trail", donde ha participado en la Copa y Liga Provincial Onubense de carrera por montaña, consiguiendo en las diferentes pruebas ser habitualmente el primero o el segundo puesto en su categoría. Además, quedó segundo el pasado año en la Copa Andaluza, al tiempo que comite los fines de semana en diferentes municipios de la provincia de Huelva.
"Lo que más me gusta es la desconexión y el disfrute del medio ambiente, de la naturaleza y de la serenidad que aporta el ejercicio", habiendo ganado "en salud física y, sobre todo, mental". Tanto, que el deporte ocupa en estos momentos "mi ocio y es una motivación fundamental para vivir la vida con intensidad, sin tanto miedo al paso de los años y a las enfermedades o problemas de salud" de los que tanto ha sido testigo en el centro hospitalario. "Gracias a este cambio en su vida, he conseguido mantener alejadas a todas aquellas patologías crónicas que suelen afectar a la gente de mi edad", concluye.
El deporte no es únicamente un acto cotidiano que todo el mundo puede realizar, sino que también es "un tratamiento para muchas de las enfermedades", resume el jefe de Oftalmología del hospital, Manuel Cornejo, quien defiende que la práctica deportiva es "fundamental en muchos casos que vemos con repercusión visual, la diabetes". Ejemplo de que es un elemento más en las recetas médicas de los pacientes. Y, al igual que el resto de sus compañeros, este oftalmólogo tiene claro que el deporte tiene que ser un "fijo" en su rutina, poniendo de manifiesto que, con 67 años, "todas las semanas sigo con mis entrenamientos de bicicleta en el campo" porque, "además de permitirme un estado de salud magnífico en estos momentos, la bicicleta me hace olvidarme de mis problemas".
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