Visto y Oído
Carmen Machi
Pleno Municipal
En Huelva hay un grado de infestación de ratas del 5%. Y no es mal dato: hace cuatro años, alcanzaba incluso el 24%. Se ha reducido en algo más del 79% para llegar a los niveles máximos recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que es la que indica el procedimiento para calibrar las colonias de roedores en las ciudades: el porcentaje de cebos consumidos por las ratas del total de cebos colocados por el programa.
De la reducción en Huelva dio ayer cuenta en el Pleno Municipal la responsable de la Concejalía de Hábitat Urbano e Infraestructuras, Esther Cumbrera, respondiendo a una pregunta sobre el control de roedores del Grupo Adelante Huelva.
“Cuando accedimos al Gobierno municipal en 2015 había un grado de infestación de ratas entre el 21% y el 24% y en la actualidad se ha rebajado al 5%”, detalló. Y no ocultó que el problema se acentúa en algunas barriadas en las que actualmente se llega hasta un 9%. “Ahí se está actuando”.
La presencia de roedores en algunas zonas de Huelva capital ha despertado la alarma entre vecinos, que han hecho públicos algunos casos en las redes sociales. Desde el Grupo Municipal Adelante Huelva se ha querido llevar al Pleno a través de una pregunta en la que Cumbrera ha dado el dato sobre los resultados del trabajo realizado por el Ayuntamiento de Huelva en los últimos años.
Esther Cumbrera también ha respondido al interés de la formación izquierdista por la situación de la arboleda de la avenida Pío XII, que pasa actualmente, dijo, por “asegurar que no hay riesgo de caída de ramas” con el saneamiento de las copas.
La edil socialista protagonizó uno de los momentos más distendidos de la sesión, cuando al tomar la palabra agradeció las numerosas muestras de cariño recibidas de los miembros del Pleno y trabajadores municipales durante su ausencia por enfermedad. “Para mí no hay adversarios políticos, sois todos mis compañeros”; incluso aquellos más beligerantes, dijo entre risas, “son buena gente”.
El orden del día de la sesión dejaba una peculiar propuesta de Vox para la instalación de una gran bandera de España en un espacio público de la capital onubense que “aluda a nuestro orgullo de sentirnos españoles”. La lluvia de críticas fue intensa contra el portavoz derechista, Wenceslao Font, a quien el resto de grupos acusaron de plantear una mediada “electoralista”, a pocas horas del comienzo de la campaña por las elecciones generales del 10-N, y de querer “apropiarse de un símbolo que es de todos los españoles”. Hubo rechazo inicial de dos grupos por el alto coste que ha tenido en otras ciudades como Sevilla, “200.000 euros sólo el mástil, y 600 de la bandera en sí”. Al final sólo hubo rechazo de Adelante: respaldo del resto condicionado a su viabilidad económica.
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