Como un día festivo
La incidencia de la protesta en Huelva reduce la actividad cotidiana y deja las calles sin apenas tráfico · El mercado del Carmen cierra y algunos comercios abren
Los sindicatos convocantes de la huelga general, UGT y CCOO en Huelva, querrán cualquier cosa menos olvidar pronto el aspecto de la ciudad en el día de ayer, 29-M. La paralización de los transportes hizo que, desde primeras horas de la mañana, la capital onubense amaneciera como un festivo sin copas de madrugada. La movilización de los piquetes informativos de los dos sindicatos mayoritarios comenzó escasos segundos después de la media noche. Fueron barriendo las calles de persianas subidas y fue, entonces, cuando se produjo uno de los escasos incidentes que se registraron durante la jornada de 24 horas. El propietario de un bar de la calle Jacobo del Barco atendió las explicaciones de los piquetes propinando un puñetazo a uno de los delegados de UGT, que denunciará la agresión ante la autoridad competente. Hubo algún que otro enfrentamiento más en otras zonas habituales de la movida nocturna pero ninguno llegó a mayores .
Varias horas después el objetivo de los piquetes sindicales se desvió hacia la periferia donde se encuentran las principales vías de acceso y las cocheras de los servicios públicos y transportes. Los camiones del servicio de recogida de basura no salieron de las dependencias de la empresa sumándose al 100% a la jornada de huelga.
Algo similar ocurrió en la compañía que traslada a la mayor parte de los trabajadores del Polo Químico hasta sus respectivas empresas, por lo que los operarios que acudieron a cumplir con su jornada laboral lo tuvieron que hacer en vehículos particulares o en taxi. De hecho entre las 6:00 y las 7:30 los taxistas hicieron su pequeño agosto. Aunque este gremio no se pronunció colectivamente sobre la huelga, lo cierto es que algunos de ellos optaron por quedarse en casa a la vista de los que circulaban por la calle. Un amplio despliegue de antidisturbios garantizó la vía libre en el puente sobre el Tinto y el piquete tuvo que resignarse a obstaculizar el acceso al muelle exterior del puerto que quedó paralizado. A la misma hora varios grupos actuaron también en otras carreteras de acceso como en la vía de circunvalación que accede hacia la A-49, que como en el caso anterior quedó en un intento frustrado.
Más suerte tuvieron otros colectivos sindicales como los que lograron cortar por espacio de casi un par de horas la carretera nacional de Gibraleón o los puentes de Punta Umbría. En el primer caso se bloqueó la carretera y en el segundo se llegaron a quemar neumáticos, lo que retrasó algo más su apertura porque hubo que limpiar la vía para recuperar la normalidad.
Antes de que amaneciera en las calles de la ciudad se registraba una escasa actividad, pocos coches y algún peatón más de lo habitual por aquello de que los autobuses urbanos no circularon. También las dos estaciones principales de transportes en la capital: Damas y Emtusa, una enfrente de la otra, estuvieron vigiladas por un amplio grupo de sindicalistas. El grueso taponó literalmente la salida de los autobuses de la estación de Damas, donde surgieron algunos enfrentamientos que no pasaron de forcejeos cuando el piquete se negó a dejar paso al transporte escolar.
Los representantes del sector de UGT y CCOO cerraron un acuerdo con la empresa para acordar unos servicios mínimos que se cumplirían en caso de que hubiera viajeros, de lo contrario el autobús no saldría. A las 10:00 no había habido ninguna actividad. A esas horas la ciudad seguía en estado latente con escaso movimiento porque los colegios e institutos también funcionaron a medio gas de alumnos.
A media mañana, el mercado del Carmen de la capital presentaba una imagen inusual para un jueves. Apenas media docena de puestos habían abierto, cuyos propietarios declaraban con ironía que se trataba de los "servicios mínimos". Previamente un piquete informativo había pasado por las dependencias. Debido a la paralización de las lonjas no se subastó pescado.
Aunque la actividad era escasa en el centro de la ciudad (el tráfico rodado era mínimo), numerosos comercios tenían abierto sus puertas, la mayoría de ellos establecimientos de moda, aunque también de otros artículos, así como bares y salones de juegos. Algunos más precavidos mantenían las persianas a media altura. Los supermercados y tiendas de alimentación ofrecían a los clientes los productos habituales. En la calle Concepción patrullas policiales mantenían el orden, mientras los viandantes, menos de lo habitual, recorrían las calles y realizaban algunas compras. En la Gran Vía, sin embargo todos los establecimientos hosteleros permanecían cerrados.
La huelga había dejado su rastro en forma de basura, ya que el servicio de recogida de residuos sólidos urbanos en el primer turno secundó la convocatoria al 100%. Para entonces el PA lamentaba "el boicot" a su actividad normal al encontrarse sellada con silicona la puerta de la sede, una de las pocas incidencias que se registraron, y el Recreativo optaba por viajar a Soria en autobús, donde juega hoy ante el Numancia, para evitar incidentes por la huelga.
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