"Desde el diagnóstico a la operación no pasaron más de quince días"

Dos pacientes cuentan su experiencia ante el anuncio de la presencia de un tumor

Una sonda permite la localización del ganglio centinela.
Enrique Morán / Huelva

19 de enero 2009 - 01:00

La vida está llena de héroes anónimos y no hay mayor héroe que serlo de tu propia vida. Ese es el caso de Manuela a la que se le diagnosticó un tumor. Manuela es una mujer joven. Tras dar a luz y en los momentos de aplicarse una crema antiestrías se notó un bulto y rápidamente lo consultó con su médico. Éste la envió al hospital y ahí empezó el proceso asistencial de la Unidad Funcional Oncológica de Mama del Juan Ramón Jiménez. De hecho desde el diagnóstico del tumor hasta la operación transcurrieron menos de 15 días.

Manuela comenta que "cuando el doctor me dijo que tenía un tumor me quedé bloqueada. Llegué a casa y lo primero que hice fue llorar mucho. Después de ese desahogo comencé a reflexionar sobre la situación y me dije: Tienes un hijo de tres meses y tienes que seguir adelante por eso y además porque eres muy joven y tienes muchas ganas de vivir". Manuela confiesa que hay momentos en los que te cuestionas el porqué te ha tenido que pasar a ti, "porque piensas que estas cosas siempre ocurrirán a otros y no a ti". Indica que en esos momentos es también muy importante el apoyo de la familia: "Mi pareja es una persona muy positiva y siempre me dice que no piense en lo malo. Lo que está claro es que no te puedes encerrar en casa. Tienes que seguir haciendo tu vida normal y todos los doctores que te atienden en el proceso te instan a que normalices tu actividad".

Junto con Manuela, se encuentra Carmen -nombre figurado- quien comenta que en su caso, la detección del tumor tuvo lugar en una mamografía rutinaría que se hace todos los años: "En esta ocasión vieron una imagen que no les gustó nada por lo que me mandaron otra mamografía. Acudí al servicio de Mama y como no se palpaba nada me realizaron también una ecografía. Entonces es cuando me comunicaron que tenía un tumor aunque muy pequeño y que había que quitarlo. Posteriormente me hicieron una biopsia y a los pocos días me operaron. De todo ello sólo me queda una costura pero sigo conservando la mama".

Carmen recuerda que en la víspera de la operación, la atendieron en Medicina Nuclear y "me detectaron en ganglio centinela sin ninguna dificultad". Tras la prueba y extracción del ganglio centinela y la operación en sí, Carmen se fue muy pronto para casa "haciendo una vida casi normal".

El tumor llegó a la vida de Carmen después que a la de Manuela, aunque confiesa que experimentó sensaciones semejantes. "Me acabo de jubilar -confiesa Carmen- y tengo ganas de hacer muchísimas cosas por lo que quiero vivir por lo menos hasta los 80". "Tuve mucha suerte -prosigue Carmen- porque me lo cogieron a nivel 1 y no me han tenido que dar ni quimioterapia por lo que el pañuelo lo puedo llevar en el cuello". Carmen recuerda que incluso en los casos de las pacientes que tienen que recibir la quimio, "9 de cada 10 se salvan". Su tratamiento ha consistido en radioterapia y tratamiento hormonal.

Lo que sí tienen claro ambas es su profundo agradecimiento hacia el equipo de Mama del Juan Ramón Jiménez "que está muy preparado para todo y notas que está muy conectado y que trabajan con una magnífica coordinación".

Manuela y Carmen hablan además de las ganas de vivir y del apoyo psicológico y se estimulan pensando en otras mujeres que "siguen trabajando y aunque llevaron el pañuelo ahora están sanas".

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