Dios o demonio
Días de cómics
Mazinger Z (1972), de Go Nagai, la primera serie de cómic protagonizada por un robot gigante tripulado desde dentro por una persona, que marcó las bases del manga de género mecha
Huelva/En 1972, la serie Mazinger Z, de Go Nagai (Wajima, 1945), debutó mundialmente en la revista japonesa Shonen Jump, dejando huella más allá de sus fronteras, generando spin-off, secuelas y adaptaciones. Dos meses después del debut del manga, Fuji TV inició la emisión de la teleserie de dibujos animados. Seis años después, dicho anime llegó a España, primer país europeo en difundirlo.
El sábado 4 de marzo de 1978, millones de españoles se sentaban ante el televisor, donde apareció una piscina de la que surgía un robot gigante. Una voz gritaba “¡Mazinger… Planeador abajo!”. El éxito fue inmediato, reflejado en cromos, bollos, cómics, juguetes, etc.
Según Go Nagai, la inspiración surgió cuando, en un atasco, pensó que sería fantástico que a su coche le salieran piernas para poder pasar por encima del resto de automóviles. Así nació la innovadora premisa que distingue Mazinger Z de otras series de la época: un robot gigante controlado desde dentro, como un coche. Esta idea revolucionaria introdujo una dimensión emocional. Mazinger Z exploró temas profundos, como la ética de la tecnología y el poder. Poco más tarde, Nagai crea los primeros robots transformables, Getter Robo y Groizer X, anticipándose a series como Voltron, Macross y Transformers.
La historia comienza en la ficticia isla griega de Bardos, traducida en España por Rodas. Una expedición, encabezada por el Dr. Infierno, halla restos de gigantescos autómatas bajo las ruinas del enclave de una civilización milenaria semejante a la micénica, que se tradujo por Mikene. El Doctor Infierno los revive en secreto y los presenta a su equipo científico, haciendo saber que usará esos robots para dominar el mundo. Los científicos se niegan y el Dr. Infierno despierta a los robots, y les ordena masacrarlos. Solamente escapa el Doctor Kabuto, que se refugia en Japón, donde crea a Mazinger valiéndose de la Súper Aleación Z, que inventa él mismo, y de la energía fotoatómica procedente del japonio, metal que solamente se halla en un yacimiento secreto en el monte Fuji. En la serie, el japonio es un metal ficticio, pero desde 2016 existe, y su número atómico es el 113. Eso sí, nada que ver con lo imaginado por Go Nagai.
El Barón Ashler, sicario del Dr. Infierno, asesina al Dr. Kabuto, refugiado en su laboratorio en Aokigahara, el famoso Bosque de los Suicidios. Kabuto consigue contar a su nieto Koji los planes del Dr. Infierno y presentarle a Mazinger Z, con la responsabilidad de conducir el robot y salvar a la Humanidad.
Mazinger, con Koji a los mandos, se enfrenta a los brutos mecánicos del Doctor Infierno. Aunque el robot dispone de gran variedad de armas, supone un reto de actualización tecnológica para el Profesor Yumi, asistente del difunto Kabuto. Yumi construye el robot Afrodita A, pilotado por su hija, Sayaka. Entre Koji y Sayaka hay tensión amorosa no resuelta, debido a la personalidad de ambos. Yumi da a Mazinger unas alas que se acoplan para enfrentarse a los enemigos en el aire.
El origen del nombre de Mazinger viene del japonés Majin, que se refiere a un dios, pero no en el sentido judeocristiano, sino un dios que podría provocar catástrofes. Esto se combina con Energer, nombre que al principio se iba a dar al robot. En la traducción española, el Dr. Kabuto dice a su nieto que Mazinger puede ser dios o demonio, según su uso. Koji toma su apellido de la palabra japonesa que significa "casco", metáfora de que, para que el robot funcione, Koji ha de entrar en su cabeza.
TVE, en plena Transición, recibió multitud de quejas sobre el Dr. Infierno: se pareciese a Karl Marx, la estética nazi de sus huestes…, y también que pudiese insuflar vida, ya que el Barón Ashler se crea con cadáveres de un hombre y una mujer; y en la conducta de algunos brutos mecánicos se atisban sentimientos. TVE canceló sin acabar los 33 capítulos que adquirió del total de 92.
Los fans españoles están de enhorabuena: por fin ha llegado el manga que marcó a una generación en edición integral. Eso sí: el estilo del manga es más gamberro que el del anime, y además el manga no está dividido por episodios con exposición, nudo, desenlace, y un bruto mecánico cada vez, sino que van apareciendo anárquicamente.
La próxima semana: Carceller (2024), de Juanfer Briones y Fernando Larrauri, biografía de Vicente Miguel Carceller, editor, periodista y escritor valenciano, que dirigió la revista satírica La Traca.
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