El dispositivo puede salvar una vida hasta en el 90% de los casos

Es muy importante su uso en los primeros minutos tras la parada cardiorrespiratoria

Enrique Morán / Huelva

01 de octubre 2012 - 01:00

El Instituto Andaluz de Cardioprotección es una de las empresas que trabajan en este ámbito de proporcionar desfibriladores y preparar al personal que, en caso de necesidad, tenga que recurrir a ellos. Javier Gallego y Ana Romero son dos de sus responsables. Como enfermeros conocen muy bien la eficacia que puede tener un aparato cuyo precio ha descendido notablemente en estos últimos años y que puede salvar vidas. Gallego es consciente de los mitos que existen acerca de los desfibriladores y es categórico: "El desfibrilador no mata a nadie", asegura. Ambos tienen también amplia experiencia en el mundo asistencial por lo que han vivido de primera mano la eficacia de estos dispositivos que, usados en los primeros instantes de una parada cardiorrespiratoria, son eficaces hasta en el 90% de los casos salvando, de este modo, una vida.

Gallego recuerda que desfibrilador y reanimación cardiopulmonar (RCP) van inevitablemente emparejados. Uno de los síntomas que nos hablan de que nos encontramos ante un episodio de parada cardiorrespiratoria es que la persona se queda inconsciente: "ante esa situación debemos asegurarnos de que respira, de modo que observemos si se le levanta el pecho y escuchamos que respira". Si esa respiración no es normal hay que llamar al 112 y pedir el desfibrilador, lo que se acompañará con masaje cardiorrespiratorio que tiene como objetivo bombear sangre desde el corazón hasta el cerebro. Hay dispositivos, como el del Instituto Andaluz de Cardioprotección, que van marcando los pasos que el usuario debe ir realizando al mismo tiempo que va valorando la situación del paciente. Es importante saber que una vez se ha iniciado el masaje no se deberá interrumpir hasta que la persona haya recuperado la consciencia. En todo caso se estipula que el masaje debe aplicarse durante dos minutos después de la descarga provocada por el desfibrilador.

Hay que subrayar que los pasos aquí descritos tienen un carácter meramente informativo pero no pueden utilizarse como una guía de uso, ya que hay que insistir en que el desfibrilador debe tener unas personas asignadas y convenientemente formadas que se hagan cargo de su utilización.

Para concienciarnos de la importancia que tiene esta iniciativa, hay que recordar que los equipos del 061 asisten cada año alrededor de 1.000 paradas cardiacas fuera de los hospitales andaluces.

Las enfermedades cardiovasculares suponen el 30% de los fallecimientos en los países occidentales. A nivel asistencial, el 90% de los pacientes atendidos por infarto agudo de miocardio en los hospitales públicos logra sobrevivir. Por cada minuto de retraso en actuar las posibilidades de supervivencia del paciente que sufre una parada cardiorrespiratoria disminuyen un 10%.

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