Más duro que un menhir
lLa caída de unas placas vuelve a destapar la ampliación del Museo
En 2003 el PP y en 2007 el PSOE, destinaron partidas que no se invirtieron
El desprendimiento de unas placas del porche vuelve a poner en primera línea al Museo Provincial de Huelva y a proporcionar otra excusa para el debate estéril entre la Junta de Andalucía y la Subdelegación del Gobierno. Lo cierto es que el Museo es un edificio sólido como una roca; podríamos decir que tan sólido como el menhir que está en los jardines. Al menos a decir por su estructura, pues cuando se edificó en 1973 se hizo a prueba de terremotos, como se puede comprobar en el gran muro-columna antisísmico que tiene, atendiendo así a las peculiaridades de la zona donde cinco años antes, en 1969, se había dejado sentir un fuerte terremoto con importantes desperfectos.
Por eso nuestro Museo viene aguantando tanto, de unos y de otros. Lo cierto es que la ampliación del mismo es una necesidad, como se puso en evidencia en más de una ocasión durante estas últimas cuatro décadas. Ocurre que al final es una música de siempre a la que nadie le pone la letra, que no es otra que un estudio de necesidades de ampliación y su consiguiente presupuesto y, lo más importante, dotación económica.
De nada sirvieron tantos debates porque nada se ha hecho. Ahora el desprendimiento de unas placas decorativas ha dado la oportunidad a revisar nuestra hemeroteca y esta, que es testigo del devenir de la ciudad, pues revela cómo se aprobaron sustanciosas partidas para la conservación y ampliación del Museo Provincial de Huelva, que no se llevaron a cabo. En 2003 el Partido Popular presentó la mejora del Museo, incluidas conservación y ampliación de instalaciones, con un presupuesto de 2.660.000 de euros, que finalizarían en 2007. Un proyecto que no se llevó a cabo, lo mismo que ocurrió con el presentado por el PSOE en 2007 con 3,7 millones de euros, incluida la ampliación del complejo museístico.
Ahora, al final de este debate sobre las placas caídas en el Museo, vuelve a surgir delante de todos el centro cultural del Banco de España, que es la cantinela de una excusa perfecta para olvidarse de lo fundamental, que no es otra cosa que la necesidad de ampliación del Museo Provincial. Puede ser hasta comprensible que después de este largo camino tan estéril -porque nadie echa cuenta a Huelva-, cuando aparece el proyecto del Banco de España haya quien pensó que era la oportunidad para el Museo Provincial. Y ahí anda la Junta de Andalucía, que no sabe qué hacer con el gol en fuera de juego que le lanzan desde el Ayuntamiento, que no debería dinamitar un proyecto cultural de esta envergadura, porque el debate no tendría que ser otro que el de reclamar el gran centro Iberoamericano que en su día la propia Junta diseñó para este lugar. Sin embargo, lo que proyecta es un centro multicultural buscando el protagonismo perdido de la Casa Colón, donde 25 años después de su inauguración adquiere más un carácter administrativo; por ello nace el proyecto cultural de la Junta.
¿Y cómo se defiende el Museo? Pues desde la Junta acusando al Gobierno de que no invierte en él, cuando la verdad es que ni le informó del desprendimiento de las placas ni de lo que iba a hacer, por aquello de que una Administración pasa de la otra y viceversa. ¿No será que ninguna de las dos tiene interés en gastarse un euro aquí y por eso andan polemizando?
La subdelegada Asunción Grávalo estuvo muy bien y le volvió a reclamar a la Junta la autorización para que los técnicos del Ministerio de Cultura conozcan el edificio del Banco de España y puedan pronunciarse. Algo que ya hicieron los de la Consejería y, según Grávalos, desaconsejan el traslado.
Lo cierto es que el consejero de Cultura, Miguel Ángel Vázquez, tampoco estuvo mal, aun cuando vuelve a insistir en Huelva con la misma música, la letra de la canción la va dejando escrita con el anuncio de que en verano se iniciarán las obras del Banco de España. El proyecto que se sepa no ha cambiado y eso es algo que aplaudimos, que Cultura se muestre firme a una idea dinamizadora necesaria en pleno corazón de la ciudad. Lo ha dicho, lo que se pretende es "hacer una instalación cultural", es decir, "un equipamiento cultural de primer nivel para la ciudad de Huelva". Luego tuvo que volver a seguir digiriendo el sapo municipal y no descartó que se termine utilizando como Museo Arqueológico. Algo que todos saben que técnicamente por espacio y por el proyecto existente no será posible, por eso hay que empezar ya a exigir la ampliación del Museo del Museo de la Alameda Sundheim, porque de lo contrario estamos perdiendo el tiempo.
El consejero vino esta semana a Huelva para algo más que calmar el malestar por el desprendimiento de las placas del Museo de Huelva, que es una cuestión de simple mantenimiento, que no afecta a su estructura ni nada por el estilo. Venía a presentar la programación cultural de cierre del 525 Aniversario del Encuentro entre Dos Mundos, que se desarrollará en las Cocheras del Puerto y en la Biblioteca Pública, cuando en verdad lo que le hubiese gustado es en un gran centro propio como el Banco de España.
El Ayuntamiento lo que debería es empezar a pedir la gestión cultural del Banco de España, porque al final la programación nos vendrá impuesta desde Sevilla. Ese es el debate, porque el Museo se va a quedar donde está y ahí es donde hay que exigir su ampliación.
Con todo lo que está pasando el Museo, hay que afirmar que es más duro que un menhir.
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