Puerto de Sines: Un ejemplo del que aprender
el primer competidor de huelva | en una década los muelles lusos han mostrado el camino a seguir
El primer puerto portugués presenta su alternativa para convertirse en un modelo de adaptabilidad a las nuevas necesidades y a una evolución constante
Sines (portugal)/Cada piedra está pensada, su lugar, su tamaño y función cumplen con su cometido. El gran rival del Puerto de Huelva va camino de convertirse en el principal de toda la península. Presumiblemente el año que viene superará a Barcelona y tendrá el camino despejado para disputarle a Algeciras el liderato ibérico, cuando una segunda terminal de contenedores, la Vasco da Gama, apunte a los 7 millones de contenedores como objetivo a corto plazo. No debería ser considerado como una bravata. Lo hicieron antes.
Sines es fruto de la planificación, del pensamiento en torno a los intereses nacionales. A punto de cumplir apenas cuatro décadas de existencia, alguien quiso establecer en Portugal un puerto que respondiera con eficacia a las nuevas necesidades de transporte. La necesidad de combinar los graneles sólidos con el transporte de petróleo y derivados, con muelles de mercancía general -en este caso para hacerse con el movimiento de los productos extremeños- y, especialmente, la irrupción del movimiento de contenedores para no quedarse al margen de las grandes líneas marítimas, les hicieron decidirse por la localidad del Alentejo. Su situación era perfecta; sus condiciones geográficas de apertura al Atlántico, de abrigo y calado natural sin necesidad de dragado, son inmejorables; no suponían freno alguno para una población importante cercana y los efectos al medio ambiente eran perfectamente controlables. Llegó el momento de la gestión de las infraestructuras necesarias y se habilitó una conexión por carretera y dos vías férreas de áridos y para contenedores.
Hace apenas diez años, Sines era poco más que Huelva, hasta sus números coinciden incluso con ligera ventaja para los muelles onubenses. La situación de partida es notablemente mejor que en Portugal; los muelles de productos petrolíferos, los de áridos y la puesta en servicio de una terminal ferroviaria modélica en todo el sistema portuario nacional, deben dar ventaja a Huelva a la hora de consolidarse como una referencia, en el sistema portuario español. La terminal de graneles líquidos tiene el calado suficiente como para no necesitar el concurso de una monoboya en los exteriores del puerto portugués. Varios puntos de atraque permiten las maniobras en varios puntos al mismo tiempo y de manera simultánea. De nuevo, comparte con sus muelles hermanos la capacidad de poder ampliarse tan pronto como las necesidades así lo aconsejen. La portuguesa Galp, al igual que sucede en Huelva con Cepsa, está detrás de una terminal estratégica para el país. Hasta el pasado mes de octubre transitaron por estas instalaciones 19,1 millones de toneladas, un poco menos que en Huelva y todavía lejos de los 24 millones de Algeciras. La conexiones con los oleoductos nacionales, garantizan la eliminación de camiones de las carreteras que circundan la localidad, convenientemente separadas de la actividad portuaria.
Otra empresa española, en este caso Repsol, tiene la concesión del TPG, el Terminal Petroquímico de Sines, una de las primeras en ponerse en funcionamiento, pues sus primeros movimientos datan de 1981. De nuevo el calado es el principal argumento para presumir de su operatividad que le permite adaptarse de una manera inmediata a las necesidades que existan en cada momento.
Algo similar ocurre en la terminal multipropósito, operada desde 1992 por la empresa Portsines y donde se mueven los productos extremeños, que por el momento, al menos según esperan desde el país vecino, no tienen ninguna intención de moverse al Puerto de Huelva. Juega a su favor el penoso estado de las infraestructuras ferroviarias que enlazan Zafra y Huelva. Hasta que éstas no sean rehabilitadas, para lo que la Autoridad Portuaria de Huelva, tiene ya reservada una partida económica, por el Ministerio de Fomento, Huelva tiene muy pocas opciones de hacerse con ellas. Los intentos están sobre la mesa, las conversaciones mantenidas en los últimos meses con representantes del Gobierno extremeño han sido permanentes, pero chocan contra la realidad económica; para las empresas que deben exportar sus productos vía marítima, al menos hoy por hoy, es mucho más rentable hacerlo por Sines que cambiarse a Huelva. De nuevo ese muelle tiene posibilidades de seguir su crecimiento en paralelo a uno de los dos rompeolas que completan el abrigo natural de los vientos del norte de los que está protegido.
Junto a ella, la terminal de graneles sólidos no hace honor a su tamaño. Parece mucho más pequeña, al menos en su extensión, que las onubenses y, sin embargo, su rendimiento es más que considerable. Así, hasta el pasado mes de octubre se han movido por esas instalaciones algo más de 5,2 millones de toneladas, el mismo volumen que el registrado en Huelva.
A su espalda, la terminal de Gas Licuado en la que, tal y como ocurriera en Huelva, se han recibido los primeros envíos procedentes de Estados Unidos, no rivaliza con la apuesta que Enagas ha realizado por su terminal onubense como uno de sus puertos estratégicos para un proceso que levanta el consenso en ambos lado y es que se trata, no sólo del futuro, sino del presente más actual en una política de descarbonización que deberá finalizar a corto plazo con la utilización de GNL en todos los buques del mundo.
La joya de la corona portuguesa es la Terminal XXI. Apenas 15 años han tenido que pasar para que las nuevas modalidades de transporte basadas en el imperio de la logística, se observen en este lugar. Apuntaron alto, tanto como para conceder la concesión al principal grupo terminalista del mundo, Port Singapore Authority. Tampoco en las navieras regatearon esfuerzos ya que los contenedores están marcados con los colores azul y amarillo de las dos mayores de todo el planeta, Maersk Line y Mediterranean Shipping Company, que operan fruto de un acuerdo entre ambas para compartir destinos, aunque originalmente Sines era de ésta segunda. Dos buques atracados en el muelle no llevan apenas camiones de acompañamiento; del barco al tren y viceversa. Como Huelva, la apuesta por una terminal ferroviaria que haga de la intermodalidad algo más que una intención, es una de las apuestas innegociables para las instalaciones portuguesas. Tienen 22 líneas de este tipo de transporte que les conectan con todos los lugares del mundo, desde China, hasta Estados Unidos con escala en Latinoamérica y los principales destinos de todo Europa.
En una de las entradas que forman el casi laberíntico caos ordenado que constituye el primer puerto de Portugal, está otra de las aspiraciones de Huelva. La Zona de Actividades Logísticas apenas consta de media docena de edificios, primeros pasos que aún quedan por dar en algo que debe servir para articular el futuro del transporte y del desarrollo de los recintos portuarios. Como en todas las demás instalaciones, las ampliaciones están previstas para ocupar un espacio de hasta 200 hectáreas. Entre los inmuebles ya operativos, uno destinado al frío a las producciones agroalimentarias de la zona por el que también suspira la capital onubense. Los contactos con Enagas para aprovechar ese frío en sus procesos de regasificación en conseguir la atmósfera perfecta para que tanto los frutos rojos, como los productos cárnicos se encuentren en las mejores condiciones para su transporte, deben confirmarse en una realidad más que palpable a corto plazo. No suena tan descabellado, ya que a alguien también se le ha ocurrido.
La actitud apenas a 300 kilómetros de distancia de Huelva, no resiste la más mínima comparación, ya que se trata de esa actitud la principal diferencia entre ambos puertos. En Sines, alguien pensó lo que era mejor para el país en su conjunto a la hora de buscar el mejor lugar para dotarse de unas instalaciones con las que hacer frente a las nuevas necesidades de transporte. En Huelva, cada dragado se discute, en algunos plenos municipales se lanzan propuestas para cerrar las industrias y el establecimiento de una zona logística a una hora de camino y dentro de la misma región, se combate como si fuera una conquista enemiga y no una oportunidad de desarrollo. Queda mucho por aprender.
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