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Huelva Paranormal
Huelva/En Huelva, en la calle Tres de Agosto, junto a la Plaza de las Monjas, se encuentra el Convento de Santa María de Gracia de las Madres Agustinas. Este convento, fundado en 1515, no solo guarda entre sus muros siglos de Historia, sino que también está envuelto en un halo de misterio y leyendas paranormales.
Se cuenta que durante unas obras en el patio interior del convento, se descubrieron restos óseos de niños y religiosas. Este macabro hallazgo ha alimentado las historias sobre apariciones fantasmales que deambulan por el edificio.
Más allá de estas leyendas, el convento tiene un papel fundamental en la historia de Huelva. Fue la sede de la primera orden religiosa de la ciudad y, según se dice, también albergaba un torno donde se depositaban a niños abandonados.
Hace ya unas décadas nuestra testigo, Ana García, profesora de Literatura, tuvo una experiencia aterradora que quiso rememorar durante nuestra entrevista: “Era una noche fría y húmeda en Huelva. La lluvia caía a cántaros y el viento se colaba entre las calles estrechas de la ciudad. Yo me encontraba de regreso a casa pero me tuve que refugiar del temporal. De pronto, me topé con la imponente fachada del Convento de Santa María de Gracia. Algo me atrajo hacia él, como una fuerza invisible".
"Decidí entrar, buscando un poco de calor y cobijo. El interior del convento era oscuro y silencioso. Un silencio sepulcral que solo era roto por el goteo de la lluvia y el crujir de la madera vieja. Me adentré en el interior, donde la oscuridad era aún más densa". "De repente, sentí una presencia extraña a mi lado. Giré la cabeza y vi una figura borrosa. Era una mujer alta y delgada, vestida con un hábito negro. Su rostro era pálido y había una luz extraña".
"Me quedé paralizada por el miedo. La mujer se acercó a mí lentamente, sin hacer ruido. Sentí un frío glacial recorrer mi cuerpo y un nudo de terror se formó en mi garganta. Quise gritar, pero no pude emitir ningún sonido. La mujer se detuvo frente a mí y me miró. En sus ojos pude ver el dolor y el sufrimiento de siglos. Luego, sin decir una palabra, se desvaneció en la niebla. Me quedé sola, temblando de miedo y confusión. No sabía qué había pasado, pero una cosa era segura: había experimentado algo paranormal”.
Sergio Gómez tuvo otra de esas experiencias aterradoras, él recordaba: “decidí aventurarme en el interior del edificio. La enorme puerta de madera crujió al abrirse. Un escalofrío recorrió mi cuerpo al adentrarme en el convento. La luz se filtraba por las ventanas, apenas iluminaba el angosto pasillo que me guiaba hacia el patio interior. Un silencio me rodeaba, roto solo por el sonido de mis propios pasos resonando en la losa fría. De pronto, un susurro helado recorrió mi oído, como si una voz fantasmal me llamara desde el fondo del convento".
"Me detuve en seco, mi corazón latiendo con fuerza en mi pecho. El susurro era apenas audible. Era como si un alma en pena vagara por las frías estancias del convento, buscando consuelo en la oscuridad. Un escalofrío recorrió mi cuerpo y la piel se me erizó. El aire a mí alrededor se volvió más frío y denso, como si una presencia invisible me observara desde las sombras. No pude resistir la sensación de agobio y salí corriendo del convento, dejando atrás el susurro helado y la incómoda sensación de estar siendo observado. Al salir a la calle, respiré profundamente el aire fresco, como si quisiera borrar de mi mente la experiencia vivida. Sin embargo, el susurro helado del Convento de Santa María de Gracia quedó grabado en mi memoria”, concluía.
Era la historia de este convento así como los testimonios de aquellos que han vivido, hace décadas, en primera persona, lo paranormal, lo inexplicable.
*Si has vivido alguna experiencia extraña no dudes en escribirnos y contárnosla a correo@garciabautista.net
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