Los paros en la flota y el transporte limitan y encarecen el pescado en Huelva
El noveno día de huelga y el amarre provocan el cierre de muchos puestos y los que abren ofrecen menos género con origen sobre todo en Portugal y Marruecos
Huelva/Cuando falta algo se recurre al vecino, algo así es lo que sucede este martes para que los hogares de Huelva cuenten con pescado en sus mesas. Los puestos abiertos en el Mercado del Carmen ofrecen menos especies que también se han encarecido y que proceden en muchos casos de Portugal y también de Marruecos. Confluyen la huelga de transportistas, que va por su noveno día, y el amarre de la flota a la espera de la reunión este miércoles entre el ministro Luis Planas y las cofradías de todo el país.
El apoyo a los distintos convocantes y a sus reivindicaciones es unánime entre los detallistas interpelados, que a su vez deben recurrir a vehículos más pequeños para lograr que el pescado llegue a sus mostradores. No todos están hoy abiertos al público, que aunque aumenta a medida que avanza la mañana, es menos numeroso de lo que suele ser habitual un martes, primer día de la semana de venta de pescado y marisco.
En el puesto de Juanlu Marín hay siete variedades, "cuando normalmente tenemos unos cuarenta", explica David, uno de los cuatro trabajadores. El puesto ocupa dos módulos pero los productos apenas cubren uno, así que "los otros tres están de vacaciones" y atiende junto a su compañero repartidor. Para los próximos días "esto tiene mala pinta" y apunta, no será el único, al próximo 29 de marzo, fecha de un Consejo de Ministros tras el Consejo Europeo con la esperanza de que el Gobierno pueda anunciar determinadas rebajas fiscales.
La clientela, cuenta, "lleva floja dos o tres semanas" y los bares "no piden tanta cantidad" además de que ellos ya tampoco pueden ofrecer lo mismo. De Portugal les ha llegado merluza y acedías y de Marruecos el rape, de 1 a 1,5 euros más caro mientras que las lubinas y las doradas son de estero.
Jose Mari regenta el espacio del mismo nombre, ofrece mariscos congelados que le llegan de Portugal. "Me lo traen, creo que allí la cosa no parará", así que de momento lo que él vende no escasea y no ha tenido que variar los precios. Sin embargo, de clientela "la cosa anda floja", reconoce, mientras asegura que "entiendo a los que paran, pero las grandes superficies siguen abiertas y muchos compañeros han cerrado hoy", añade señalando los puestos cerrados en su calle.
Francisco Javier Peguero atiende en uno de los tres puestos que operan bajo este nombre en el Mercado, dedicados fundamentalmente al choco. Para los tres espacios adquieren aproximadamente mil kilos por semana, aunque eso ahora ha cambiado. "Tenemos más en la cámara de mantenimiento, pero para tres o cuatro días como mucho", dice sobre un producto que siempre traen de Marruecos y cuyo precio de momento mantienen. En su caso, lo que les afecta por tanto es el paro en el transporte de manera que la incógnita sobre lo que pasará a finales de semana es total.
El pescadero atiende a Natividad, que ha acudido porque "me gusta tener pescado de retén", así que lleva para su casa tres chocos "para ir guardando y dos bolsas grandes de verdura". Está preocupada por la situación, se retrotrae a la posguerra que le tocó vivir y contesta con un sorprendido "¡Claro que lo entiendo, por Dios!" a la pregunta de si comparte la reivindicaciones de los convocantes de las protestas.
Los paros afectan también de manera determinante en la Churrería Luis, donde la harina y el aceite de girasol alto oleico son esenciales, y en la actualidad más escasos que nunca. Él la adquiere de una empresa de Jerez, pero se la traen desde un almacén La Palma del Condado cuyos tráilers tuvieron que ser escoltados la semana pasada. Sin embargo, ahora ya le han avisado que en adelante tendrá que ir con su propio vehículo a recoger los sacos que necesite. Al mes gasta de 500 a 600 kilos y con lo que tiene hasta ahora "me llega al viernes, no sé qué va a pasar el fin de semana". Respecto al aceite, la garrafa ha pasado de 30 a más de 80 euros. Como consecuencia de todo esto, el mes pasado "ya tuve que subir algo el precio después de tenerlos catorce años fijo".
"El transporte lo es todo, es el cien por cien", explica Antonio del puesto Antonio Glez. e hijos. De momento tiene mercancía en cámara, atún y pez espada, por encima de cuatro euros más caro, procedente de Cádiz. Un género que "me viene en camiones grandes" y aunque de momento está provisto para unos diez o quince días, prevé que una vez se le acabe "tendré que ir a buscarlo en un camión más pequeño y sin rótulos".
Eso en cuanto a la oferta, porque la situación de la demanda, el público, "es peor cada día, la gente escucha que no hay mercancía y se desanima y sí hay", explica mientras señala el pescado que vende. Antonio apela a un apoyo mutuo entre todos los componentes de la cadena y por la parte que le toca asegura que "si mi proveedor me trae el producto más caro, no le protesto, lo encarezco yo también porque tenemos que hacer presión todos, eso sí, sin violencia".
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