Lo esencial es invisible a los ojos
Días de cómic
'El hombre invisible' (2017), de Olivier Dobremel "Dobbs" y Chris Regnault, es una adaptación al cómic de la novela de ciencia ficción que el británico H. G. Wells escribió en 1897
Justicia ciega
El francés Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944) escribe en su novela El principito (1943) que "lo esencial es invisible a los ojos", cita aplicable a una obra de Herbert George Wells (1866-1946), escritor británico coetáneo del anterior.
H. G. Wells está considerado como uno de los padres de la ciencia ficción. Sin menospreciar al francés Julio Verne, la obra del británico H. G. Wells tiene gran visión de futuro, ya que en sus novelas previó avances que actualmente consideramos corrientes: aviones, viajes al espacio, tanques, armas nucleares, televisión y red inalámbrica.
H. G. Wells fue crítico con la rigidez victoriana y el imperialismo británico, y se adelantó a los primeros movimientos feministas. Para Wells, la ciencia y la educación son claves para el progreso del ser humano, si bien advirtió del riesgo de confiar ciegamente en las máquinas.
El hombre invisible (1897) de H. G. Wells, se suma a otras novelas como El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde (1886), de Robert Louis Stevenson, y Frankenstein (1818), de Mary Shelley, en las que un científico trasciende la moralidad imperante, sufriendo las consecuencias.
Wells reflexiona sobre los límites éticos de la ciencia y la responsabilidad de los científicos por mucho poder que les otorguen sus descubrimientos. La novela ha sido adaptada muchas veces a otros medios: la película de James Whale en 1933; la serie de cómics La Liga de los Caballeros Extraordinarios, el álbum Batman: Lo invisible, etc. Pasando por alto que un hombre invisible sería incapaz de ver nada, es muy cierto que inspira más miedo lo que no vemos que lo que podemos ver.
Siguiendo fielmente la novela, Dobbs y Regnault cuentan cómo el profesor Griffin llega al pueblecito inglés de Iping, donde causará más de un quebranto a los lugareños. Su apariencia es peculiar, todo cubierto de vendas y con gafas steampunk. Rápidamente, empiezan a circular rumores sobre el forastero y se producen inexplicables robos. Pronto, se revela la naturaleza del visitante: es un hombre invisible. Griffin, enloquecido por la fórmula de la invisibilidad y su propio rencor fruto de años de desprecios, emprende una senda de crimen y destrucción que solamente podrá ser detenida por un antiguo colega de la Universidad, el doctor Kemp, ahora residente en Iping.
Chris Regnault hace un magistral trabajo de diseño de personajes y narración. Los dibujos de Regnault contribuyen a dar una atmósfera misteriosa al relato, y aportan dinamismo a las escenas de acción. Es muy buena la caracterización visual del protagonista, que se ve complementada con una notable representación de la invisibilidad del personaje cuando interactúa con los elementos que le rodean. Su hombre invisible, en la mayoría de páginas representado únicamente por pisadas en charcos o por un bocadillo de texto proveniente, en apariencia, del aire, causa la inquietud necesaria para dar a esta obra el toque de terror que su guion demanda. Regnault muestra su lado más contenido en esta obra y aporta, dentro de la sobriedad y maestría requeridas para la ocasión, un genial toque dinámico en las escenas de acción.
La obra captura a la perfección el ambiente frío y descarnado del texto de Wells, abundando en la tensión provocada por la presencia constante de un ente invisible, y el miedo que tienen los distintos personajes a aquel enemigo al que no pueden ver. Un miedo plenamente justificado, pues este hombre invisible alberga planes para un reinado mundial de terror y crimen. El nivel de locura alcanzado por Griffin es tal que nos hace preguntarnos qué podría pasar si tal poder cayera hoy día en las manos equivocadas. Estos temores son explotados por Wells, y por Dobbs, a pequeña escala en el pueblo de Iping, dejando en el aire las terribles implicaciones de un ejército de hombres invisibles, si Griffin consiguiera llevar a cabo su ambicioso plan.
La lectura de El Hombre Invisible es muy apasionante. A pesar del tratamiento tradicional que se le suele dar a una obra de terror, puede pasar por lectura infantil y juvenil, si se sabe guiar a los lectores más jóvenes. No olvidemos que esta obra fue, en sus orígenes, concebida por Wells como un cuento infantil pensado para lectores adultos.
La próxima semana:Daredevil (1979), de Frank Miller y Klaus Janson, que en esta obra cambiaron para siempre la manera de entender los cómics de superhéroes
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