Los estanqueros culpan de la caída del 18% de las ventas al contrabando
El descenso en 2013 acentúa la tendencia registrada desde 2006, con una bajada del 45% en Huelva Los expendedores denuncian el "agujero" de entrada abierto con el ferry de Canarias
En sólo siete meses, de enero a julio, las ventas de cigarrillos han descendido un 17,99% en los estancos de la provincia de Huelva. En seis años, desde 2006 a 2012, la caída se eleva hasta el 45,18%, muy superior a la media registrada en todo el país (40,7%). Las consecuencias de esta bajada en picado, más allá de la crisis, del menor número de fumadores o de las subidas de precios, pueden apuntar al aumento del contrabando y de la venta ilegal. La afirmación, directa y rotunda, es de los estanqueros, quienes aseguran sin tapujos que todos los cigarrillos que se dejan de vender en los estancos son absorbidos por el mercado negro: "No se deja de vender porque la gente deje de fumar. La gente fuma igual que antes pero quiere pagar menos dinero por hacerlo".
El apunte lo hace el presidente de la Asociación Provincial de Expendedores de Tabaco y Timbre, José María Domínguez. Suya es la relación de descenso de ventas y aumento de contrabando. No hay cifras. "Es muy difícil hacerlo cuando se trata de mercancía ilegal". Pero estima que en Huelva el tabaco fuera de control supera con creces al distribuido por los cauces oficiales: "Es difícil saberlo pero podría llegar fácilmente al 65%", apunta.
El razonamiento de los empresarios expendedores es sencillo. En Huelva se vendieron en 2006 60.721.838 cajetillas de cigarrillos, mientras que en 2012 la cifra bajó a 33.290.336. Nada menos que 27,4 millones de paquetes menos en sólo 6 años, periodo coincidente con la crisis económica actual. "Hay más paro, menos dinero, pero la mayoría de fumadores siguen siéndolo aunque al menor precio que pagan por tabaco procedente del contrabando", explica. "Incluso para muchos de ellos -añade- lo de menos es la marca si pueden ahorrarse un euro". Así, en los siete primeros meses del año se han vendido 16.483.762 cajetillas en la provincia, un 17,99% menos que en 2012 (20.099.354).
Los estanqueros conocen bien el terreno. Saben que hay más cajetillas ilegales que nunca en la calle ("casi tantas como en el 92, cuando se vendían hasta en los semáforos", asegura José María Domínguez), están en contacto permanente con las fuerzas de seguridad del Estado y se apoyan también en el aumento de operaciones contra el mercado negro, "aunque nunca son suficientes".
"En la provincia de Huelva estos dos últimos años hay un auténtico coladero con el ferry de Canarias. Se hacen controles y se cogen muchos alijos pero entra muchísimo más", afirma. Es una situación que escapa a la Naviera Armas, responsable de la línea, y que, apuntan, depende de un aumento de la vigilancia policial.
La Subdelegación del Gobierno en Huelva ya se ha reunido en dos ocasiones este año con los representantes de la asociación y hay más compromiso de redoblar esfuerzos en las labores de Guardia Civil y Policía Nacional. Los estanqueros han trasladado la preocupación por el impacto, no sólo del ferry canario sino también de los barcos nodriza frente a la costa, del flujo incesante desde Portugal y el tradicional de Gibraltar, "las cuatro vías de entrada principales en la provincia".
La situación está llegando a un punto de difícil salida. El balance del primer trimestre en el sector se saldaba con unas pérdidas del 30%. Domínguez tiene claro que "si esto sigue así, antes de final de año pueden cerrar cuatro o cinco estancos en Huelva". "Hay algunos -apunta- en barrios de la capital y en pueblos que están pasándolo realmente mal". De ahí que pida una mayor concienciación, "tanto de los responsables políticos, como de las fuerzas policiales y, sobre todo, de la ciudadanía, que no es consciente de las graves consecuencias que esta situación tiene para todos".
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