El estómago también lo agradece

Gran afluencia de público en las Migas Solidarias de La Umbría, que destinarán sus beneficios a Acocavipra l amplio menú Los vecinos ofrecieron productos ibéricos y dulces.

El estómago también lo agradece
El estómago también lo agradece
Javier Moya Rufino / La Umbría

06 de diciembre 2011 - 01:00

La décimo segunda edición de las Migas Solidarias de La Umbría pasará al recuerdo de todos por ser la primera realizada en el nuevo pabellón multiusos de la aldea serrana, inaugurado hace pocos meses. Esta nueva ubicación supone un salto importante para una cita que llevaba años quedándose pequeña en infraestructuras para la gran asistencia de público que recibe. Muchos de los turistas presentes estos días en la Sierra de Huelva con motivo del puente de la Inmaculada se acercaron en sus vehículos hasta la aldea aracenense para probar las populares y sabrosas migas.

Todo empezó por la mañana temprano. Los hombres y mujeres de la asociación local el Pilar comenzaron a preparar sus recipientes y enseres en el pabellón para hacer las mejores migas del mundo con los productos típicos de la Sierra. Además, el grupo de vecinos ultimó las 400 docenas de dulces y otras tantas de dulce membrillo hechas por sus propias manos los días previos. El pabellón contaba con muchos veladores para los turistas. En el exterior, junto a los aparatos de gimnasia al aire libre, estaba la zona de venta de tickets, y en la entrada al pabellón, a la derecha, el punto de venta de dulces. A la izquierda, se situaba la barra del servicio de bar para la venta de migas, bebidas y otros productos típicos como las migas de chorizo. Y al fondo muchos vecinos, la mayoría hombres, preparaban en sus sartenes las migas. Pan, patatas cocidas, ajo, sal, aceite y un poquito de agua junto al arte humano para elaborarlas son los ingredientes de unas migas apetecibles para el público sin olvidarnos de los ricos platos de productos cárnicos de la comarca.

La puesta en marcha de esta iniciativa sirvió una vez más para apoyar una buena causa sin ánimo de lucro. Cada edición, la asociación el Pilar acoge como suyo alguno de los proyectos presentados con anterioridad para paliar las necesidades de algunas familias, o a los más necesitados del Tercer Mundo o para paliar las deficiencias en cualquier lugar del planeta. En esta ocasión, los beneficios se han destinado a la asociación Asociación de Lucha Contra el Cáncer de Higuera de la Sierra (Acocavipra) por su lucha constante contra esta dura enfermedad y ayuda permanente hacia quiénes la padecen. De hecho, junto al puesto de dulces había un punto de esta asociación con la venta de objetos hechos a mano de muy bella factura.

Esta fiesta gastronómica en La Umbría pudo presumir de unos precios bastante asequibles de todos sus productos. Una vez más, los tickets de las docenas de dulces se acabaron con antelación al fin de la jornada. Por supuesto, la experiencia es un grado y los vecinos tenían preparada una despensa repleta compuesta por más de 200 panes ya partidos para las migas, unos 40 kilos de ajos y alrededor de 150 kilos de patatas, que fueron utilizados para las migas para así incrementar la ganancia en beneficio de la asociación higuereña.

Las Migas Solidarias volvieron a vivir un día luminoso pese a las bajas temperaturas tras varios años en los que la lluvia hizo más que acto de presencia y molestó en algunos casos. El traslado de las migas al pabellón ha mejorado y ampliado los espacios para aparcar los vehículos. No obstante, la gran afluencia de público sigue siendo uno de los problemas a tener en cuenta para futuras ediciones. Incluso los propios vecinos tenían perfectamente indicado mediante cartelería y papeles informativos, desde la entrada al pueblo e incluso desde el cruce con la carretera a Puerto Moral, la forma perfecta de llegar con autonomía hasta los aparcamientos e incluso la salida posterior. La labor de varios miembros de la asociación y de efectivos de la Policía Local volvió a ser clave para la organización y recepción de turistas que ya esperan con anhelo las migas de 2012.

Al final de la tarde la aldea iba cobrando de nuevo la normalidad y muchas de las personas allí presentes regresaban a sus destinos con la satisfacción de haber conocido un lugar bonito además de pasar un buen día en pro de un fin solidario.

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