Siete estrategias para relacionarte con las personas con conductas tóxicas que no puedes o no quieres evitar
Gente Inteligente
Relacionarte con esas personas que son importantes pero tienen conductas tóxicas, es todo un desafío para tu inteligencia emocional, y también una oportunidad para fortalecerla cuidándote
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A ver si te reconoces en esta frase: más veces de las que quiero tengo que relacionarme con gente que me saca de quicio, me agota emocionalmente o que, incluso, tiene el poder de afectarme en mi autoestima. Seguro que ya tienes nombres en la cabeza. Son los de esas personas con conductas tóxicas de quienes lo mejor sería poder huir. Sin embargo, también más veces de las que quieres, esas personas son familiares, colegas o seres queridos que no puedes y tampoco quieres apartar de tu vida. Aquí te cuento siete estrategias para relacionarte con ellas a la vez que te cuidas y fortaleces tu inteligencia emocional.
Hay un desafío emocional considerable cuando se trata de lidiar con conductas tóxicas en personas cuya relación valoramos. Así que, fortalecer tu inteligencia emocional es fundamental para gestionar tus emociones, mantener la paz interior, y empatizar con las motivaciones de quienes te roban tu equilibrio, para llegar a entenderlas un poco mejor.
La clave en este camino es el autocuidado, porque se entrelaza con la inteligencia emocional para forjar un sólida defensa. Para eso son las estrategias que te propongo hoy, para defenderte de forma creativa a la vez que fortaleces tu resiliencia emocional y te relacionas con esas personas que ya tienes identificadas. Eso es lo primero, reconocerlas y prepararte. Después, considera alguna de las siguientes propuestas. O todas.
Visualiza tu burbuja emocional. Es una forma de mantener distancia emocional cuando no puede ser distancia física. Se trata de imaginar una burbuja que te rodea mientras estás con esa persona. Dentro estás a salvo de sus influencias negativas. Tu imaginación te va a ayudar a mantener la calma y la objetividad.
Aprovecha el poder del silencio. Llega a ese encuentro con la certeza de que no tienes que contestar a todo, y que el silencio puede ser más poderoso que las palabras para marcar límites. Porque es muy importante establecer límites claros y saludables que esa persona con conductas tóxicas, por mucho que la quieras, entienda bien.
Usa la técnica del espejo inverso. Consiste en prepararte para responder a las críticas o comentarios tóxicos de una manera que haga pensar a la otra persona, con preguntas del tipo: ¿qué te ha llevado a pensar eso de mí?, ¿por qué eso es un problema para ti?, ¿me puedes dar ejemplos más concretos?
Practica el diálogo interno positivo. Antes de interactuar con esa persona, recuérdate tus cualidades y logros positivos. Esto fortalecerá tu autoestima y te ayudará a mantener una actitud positiva. Puedes trabajarlo de forma creativa con la caja de la resiliencia, que consiste en crear una caja especial donde, cada vez que te sientes bien con algo que has logrado, metes notas escritas, mensajes hacia ti o recuerdos que te inspiren y recuerden tus fortalezas.
Agudiza contradicciones. Desafíate y, mientras te relacionas con esa persona que te intoxica, encuentra al menos tres aspectos positivos suyos. Es complicado, pero muy útil para cambiar tu enfoque, mantener el poder sobre tu actitud y minimizar la influencia negativa. Desde ahí es más fácil intentar comprender por qué esa persona se comporta así, sin llevarlo al terreno personal.
Usa tu sentido del humor. Es excelente para desarmar a las personas con conductas tóxicas. Utiliza el humor para responder a los comentarios negativos de manera inteligente y amigable. Eso puede romper la tensión y reducir las toxinas en el ambiente. Sólo ten cuidado de no caer en el sarcasmo, eso no, el humor de doble filo no mejorará ni la situación ni tus sensaciones.
Y siempre que salgas de una interacción tóxica, permítete un mimo, o date una caricia emocional. Puede ser tomarte un té con música de la que te gusta y te anima, o llamar a esa persona nutritiva que te recarga las pilas, irte a dar un paseo por el campo, o lo que sea que te ayude a limpiar, aceptar y avanzar sin ningún tipo de carga o resentimiento. Eso sí que es una práctica inteligente.
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