Cuando los franceses quemaban camiones cargados de fresas de Huelva

El boicot a los agricultores onubenses era constante y del modo más salvaje en los años 80 y 90 en las carreteras de Francia, donde se atacaban transportes y tiraban toneladas de fruta

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Aspecto que presentaban dos de los camiones cargados con fresas de Huelva después de los nuevos ataques sufridos en Francia en abril de 1996 / Georges Bartoli/Efe
J.R.

04 de junio 2023 - 05:00

Parece algo ya muy lejano pero no hace tantos años. Y más cuando la historia vuelve a repetirse, aunque cambien las formas. Hasta hace poco más de veinte años, los camiones cargados de fresas de Huelva para el mercado europeo eran saqueados e incendiados por agricultores franceses tras pasar la frontera de los Pirineos. Hasta los últimos diez años se han repetido incidentes aislados de este tipo con frutas y hortalizas procedentes de España, de Murcia. Quedó como sello del agro francés más extremo.

De nada sirvió que España entrara como miembro de pleno derecho en la Unión Europea en 1986. Los ataques eran una constante también a finales de esa década, como lo fueron antes, y después, a lo largo de los años 90. Había una profunda sensación de desamparo entre los productores onubenses por el boicot salvaje que se daba en Francia y que suponía, además, grandes pérdidas económicas.

En aquellos tiempos, ser transportista de los frutos rojos de Huelva era aventurarse a sufrir agresiones y perder el medio de vida, el camión, para esos sufridos conductores. Y las cooperativas freseras se enfrentaban a ver miles de kilos de fruta por los suelos, sin llegar a destino, sin llegar a los clientes con los que habían cerrado ventas que luego no se facturaban por aquella fruta desperdiciada, perjudicando también gravemente la imagen de la agricultura onubense y la española.

El 5 de mayo de 1994 se produjo uno de los ataques más brutales que se recuerdan esos años. Cuatro camiones que iban rumbo al mercado europeo fueron volcados por agricultores franceses, y con ellos, su carga, 50.000 kilos de fresas, 50 toneladas.

Esa acción en la carretera que conduce a Montpellier fue condenada por todos. De los más enérgicos, el consejero de Agricultura de la Junta de Andalucía, hoy ministro, Luis Planas, que pidió consecuencias judiciales para el boicot salvaje de los agricultores galos, que actuaron en todo momento sin mediar intervención policial francesa.

No fue el único esa primavera. En abril sucumbieron más transportes procedentes de Huelva con la destrucción de otros 100.000 kilos de fresas. “Algunos de estos mafiosos”, apuntaba entonces Planas, “dice que las fresas son de mala calidad, pero si lo fueran, no las destruirían”, recogía Huelva Información.

“Se le está tomando el pelo al Estado español”, lamentaba el gerente de Freshuelva en aquel momento, Manuel Verdier. La agresiones continuas, sostenía el representante de los exportadores onubenses, “ponen de manifiesto que las garantías de los gobiernos español y francés para evitar estas acciones brutales no han servido para nada”.

Un policía camina entre las fresas tiradas por los campesinos galos en abril de 1998. / PATRICK BERNARD/EPA

En 1994 ya había tránsito libre de mercancías y personas entre los países de la Unión Europea, lo que agravaba más la situación sufrida por los freseros de Huelva. Ninguno de ellos se explicaba que ocurriera esto.

Los agricultores de Francia se escudaban en la calidad y en los precios de las fresas de Huelva para justificar su pérdida de protagonismo en el mercado doméstico y en el europeo, por lo que consideraban una competencia desleal.

Eran años en los que el sector estaba en pleno crecimiento en Huelva gracias a una decidida apuesta por la innovación y modernización de los cultivos, que pronto elevaron la calidad y rentabilidad de la producción onubense para despuntar y ganar cada vez más competitividad en Europa. Pero los galos, antes que evolucionar de la misma forma para disputarse un puesto en el mercado, optaron por la vía rápida, ruidosa y salvaje de tratar de coaccionar y destruir la competencia que les llegaba del sur de España, a través del colectivo Coordination Rurale.

La Comisión Europea condenó ese último ataque que sumaba una pérdida de 150 toneladas en veinte días, a través del comisario de Agricultura René Steichen: “Estas acciones”, dijo, “son totalmente inadmisibles”. “Insisto una vez más en que las autoridades francesas reaccionen con firmeza y con todo el rigor de la ley republicana contra estos actos criminales”, tildó Steichen.

No había mucha confianza en esa condena de la CE y un día después llegó la respuesta en Huelva. No se hizo esperar más. Aquel último saqueo del 5 de mayo de 1994 acabó por colmar la paciencia de los productores onubenses y contraatacaron con un boicot a productos franceses en Huelva.

Lo hicieron en un hipermercado de la capital con vínculos franceses, Continente, hasta donde fueron piquetes de agricultores para persuadir a los onubenses de hacer sus compras allí y así no favorecer a los mismos productores franceses que destruían la fresa de Huelva. Fue una protesta pacífica pero tensa. Provocó caos en el tráfico de los alrededores de lo que hoy es el centro comercial Holea. El hipermercado se quedó sin clientes y en sus puertas, entre cientos de freseros con ropa de faena, pancartas y octavillas, tampoco faltaron los políticos locales. Estaba por el Partido Popular su máximo dirigente provincial, Matías Conde, y el diputado provincial José Luis Barragán. También alcaldes de municipios afectados directamente: los socialistas José Oria (Lepe), Juan Antonio Millán (Cartaya), Eugenio Lorenzo (Villablanca) y el centrista Juan Hormigo (Isla Cristina). Y los presidentes de Asaja y Freshuelva, las organizaciones convocantes, Felipe González y Manuel Martínez, respectivamente.

Boicot en continente. El hipermercado de Huelva fue rodeado de manifestantes en mayo de 1994 que pedían solidaridad a los onubenses para que no compraran productos llegados de Francia / ESPÍNOLA

Desde Continente se aclaraba que la empresa era española y cotizaba en bolsa aquí, además de proveerse de productores españoles, también de fresón de Huelva, en torno a los mil kilos aquel año 1994.

Aún así, la presión onubense se escenificó allí, y fue también aquella manifestación una advertencia a Francia de que si continuaban los ataques a los camiones de fresas, podría ocurrir lo mismo con los productos de los campos galos. Pura ley del talión rural.

El Tribunal de Justicia de la Unión Europea condenó al Estado francés el 9 de diciembre de 1997 por “no adoptar todas las medidas necesarias y proporcionadas para que determinadas acciones de particulares no obstaculicen la libre circulación de frutas y hortalizas”.

En la sentencia se recogían los incidentes de la primavera del 94 y también los de 1993, que alcanzaron al tomate belga y a productos italianos. Y los posteriores, entre abril y julio de 1995, a pesar de que Francia aseguraba que había puesto remedio a los ataques.

Pero hay ataques de los agricultores galos a los camiones freseros que se remontan a 1983. Y más tarde, como el de la madrugada del 21 de mayo de 1989, a ocho camiones cargados con 100 toneladas de fresones que se dirigían a Francia, Holanda y Reino Unido, de las que 50.000 kilos acabaron por los suelos en la autopista A-10, cerca de Saint-Andre-de Cubzac. O el de las 16 toneladas perdidas el 11 de mayo y otras 12, días después en Agen.

Ahora no se tiran fresas ni se incendian camiones pero el boicot a la agricultura y la fresa sigue vigente en Europa como las recogidas de firmas que atacan a todo el sector en Alemania.

El boicot onubense en Continente

El miércoles 4 de mayo de 1994 se perdieron 50 toneladas de fresas de Huelva en un ataque de los agricultores franceses a cuatro camiones que los iban a distribuir en los mercados europeos. Fue el segundo asalto en dos semanas, entre otros más el mes anterior, y los productores onubenses decidieron responder con un boicot a Francia y sus productos sin salir de Huelva. Cortaron los accesos al hipermercado Continente, con vínculos galos, y adelantaron que sería sólo el principio si en Francia continuaban quemándose camiones y mercancía procedente de la provincia.

La portada de Huelva Información / M.G.
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