La generación que levantó el hospital Infanta Elena se despide
Cerca de 140 profesionales se jubilan y recuerdan con cariño sus más de 35 años de trayectoria en el centro hospitalario onubense
Un gran homenaje a los sanitarios que se jubilan abre la Navidad en el Infanta Elena
Huelva/Es hora de descansar. La generación que levantó el hospital Infanta Elena de Huelva, cuya inauguración fue en 1985, dice adiós tras más de 35 años trabajando en beneficio de los pacientes onubenses. Más de tres décadas de vivencias sustentan la trayectoria profesional de los 138 profesionales que se han jubilado (14 del área médica, 87 del área de enfermería y 37 de la división administrativa y de servicios generales), quienes, con mimo y cariño, han contribuido a que el Infanta Elena sea "el hospital de las personas", según expresó en el acto de despedida de los mismos el director gerente, Antonio Carrión.
"Agradezco el esfuerzo y entrega de todos estos profesionales, sin los que el hospital no sería lo que es ahora", apunta Carrión, toda vez que asegura que el siguiente paso es "mantener el increíble legado que han dejado".
Cristina Cuevas ha trabajado como fisioterapeuta en la sanidad pública durante 43 años y comenzó su andadura en el hospital Infanta Elena desde su apertura. "Me jubilo contenta", sostiene, "pero me pilla un poco de sorpresa porque no te haces a la idea hasta el momento en el que te llega la jubilación", cuenta a 'Huelva Información". Para Cristina es "momento de cambiar de hábitos", aunque reconoce que "levantarme y no ir a mi hospital me va a costar al principio porque es un sitio en que nos conocemos todos, en el que me siento muy arropada y en el que he encontrado una gran familia".
El gran aspecto que irradia el centro hospitalario no sería el mismo sin las manos de Antonio Aguilar, quien acumulaba más de 30 años de experiencia como pintor en el Infanta Elena, tres décadas de dedicación que "se me han hecho cortísimas". Ya lleva un año jubilado y expone que "en los primeros meses te piensas que estás de vacaciones y tienes esa 'cosilla' de que vas a volver, hasta que te acostumbras a que esa etapa ya pasó". Aguilar es parte de la primera hornada de trabajadores de mantenimiento del hospital, un servicio del que se jubilan ahora una docena de profesionales que, "gracias al hospital, nos hemos convertido en grandes amigos", apunta Antonio, al tiempo que pone en valor "la capacidad de todos para velar siempre porque el hospital luzca el mejor estado posible".
Como responsable de hostelería figuraba Francisco Vidal. Hace 34 años se incorporó al hospital Infanta Elena como auxiliar administrativo, si bien su camino derivaría hasta los fogones. Estas Navidades ha podido reencontrarse con los que fueron sus amigos en un "bonito homenaje" que preparó el centro hospitalario, un día en el que "pude despedirme de mucha gente de la que no lo hice porque no me gustan las despedidas". Es por ello, que se sintió "encantado" con el entrañable acto. Eso sí, reconoce que "ahora estoy más tranquilo porque desaparece todo el estrés y puedo tomarme un respiro".
Otro de los profesionales que cierra una etapa es Enrique Martín, traumatólogo en el hospital Infanta Elena desde la inauguración del mismo. Guarda un gran cariño de su trayectoria profesional, dado que "siempre trabajé con mucha ilusión y, fruto de nuestro esfuerzo, pasamos de ser un hospital con una cartera de servicios muy reducida a ser uno con una cartera de servicios comparables a muchos hospitales más grandes que el nuestro". Afronta la jubilación con "alegría por las nuevas distracciones que me esperan", pero no esconde que "echo de menos el ambiente del hospital, por los tan buenos compañeros y jefes que tenía. Eso es inevitable", finaliza.
Por las manos de Antonio García, cirujano general, han pasado "miles" de pacientes en los 30 años que ha dedicado al hospital Infanta Elena. "He disfrutado de personas muy amables y comprensivas y destaco el buen rollo que siempre ha habido en el servicio", comenta. Es el último miembro que quedaba por jubilarse del equipo de cirugía con el que empezó. "Ahora viene otra forma de vivir, diferente, pero no por ello menos buena que la anterior", señala.
El trato con el enfermo es lo que más echan de menos Concepción Pérez, Teresa Pozo, Cinta Preisse y Carmen Lozano, enfermeras de Urgencias que también acaban de decir adiós al hospital. Coinciden en que mezclan sentimientos de tristeza y alegría porque, "por un lado nos acordamos de nuestros compañeros y, por otro, porque ya no tenemos la presión y estrés que hemos tenido, sobre todo, en los dos últimos años por la pandemia". La satisfacción de todas ellas es incosteable, pues se sienten "muy orgullosas de haber abierto el hospital entre todos nosotros", manifiestan.
Desde la dirección se destaca también el importante papel que cumplen los trabajadores de todo el sistema sanitario público de Andalucía, a los que reconoce como el verdadero motor y el corazón de esta organización, volcada siempre en mejorar la salud de los ciudadanos. Por su parte, familiares, amigos y compañeros de los trabajadores jubilados quisieron acompañar el pasado 21 de diciembre en esta ocasión tan especial, así como otros profesionales del centro que, con su asistencia y su apoyo, dejaron constancia de su reconocimiento personal a la labor de toda una vida.
La Coral Polifónica Municipal de La Palma del Condado, dirigida por Luis M. Villalba, protagonizó, en dicho acto, el concierto de Navidad. Fue el broche final del acto de homenaje a los compañeros que se jubilaron durante los tres últimos años. Se trató de un emotivo encuentro que tiene cada lugar cada mes de diciembre y en el que se hace entrega de un pin de oro como símbolo del reconocimiento de la institución y de todos sus compañeros por la labor desarrollada. Apenas una sencilla y emotiva despedida después de años de trabajo y entrega.
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