El gusanillo lector sí pica en verano
huelva l lectura
Las librerías encuentran en las vacaciones una buena aliada para obtener un volumen de ventas altol OFF. La lectura es una buena forma para desconectar de trabajo o estudio y en verano los destinos vacacionales se llenan de libros para todos los gustos.
Unos creen que leer es sumergirse en la vida de otra persona, experiencia que puede resultar inolvidable y enriquecedora. Para otros, tanto el arte de escribir como leer supone un incordio que lo único que logra es quitar tiempo que se podría emplear en algo más productivo. Sin embargo, es evidente que el libro en verano es un complemento más en la maleta de muchos a la hora de hacer el equipaje. Ya sea para quedarse sin abrir o para ser devorado, es un compañero de fatigas que no falla en los destinos de descanso.
El sector literario va sobreviviendo a la crisis, y a pesar de que hay quienes ven en estas fechas las librerías como territorios desérticos, sus habitantes habituales se empeñan en decir lo contrario.
Existe un lugar cuasi legendario en Andalucía en relación a esta parcela con el nombre de Librería Beta. En Huelva, entrar un caluroso día de agosto al interior de su tienda en la calle Vázquez López no supone estar solo. Temprano o tarde, siempre hay ojeadores y hojeadores echando un vistazo a posibles candidatos a caer en el bolso de playa. Una de las dependientas asegura que en verano no decaen las ventas y que el factor crisis tampoco es desalentador, sino todo lo contrario: "Es cierto eso que dicen que en época de crisis se lee más -ha dicho riendo- las páginas de una novela constituyen una buena forma de evasión a las catástrofes". Además, ha añadido que después de las Navidades en verano es cuando más libros se compran. En el lado opuesto se sitúa la encargada de otra conocida librería de la capital onubense, Siglo XXI, que de forma contundente sostiene que "en invierno se vende mucho más".
En cuestión de géneros, hay uno que se erige como triunfador sea cual sea la época del año: la novela. En Siglo XXI matizan que últimamente la moda se centra en la temática de historia. A modo de confirmación están La Conjura de Cortés, de Matilde Asensi, y La leyenda del ladrón, de Juan Gómez-Jurado, con sendos viajes por la España del Siglo de Oro y la capital de Andalucía. Ambas novelas ocupan el tercer y cuarto puesto en el índice de ventas. Es éste el que confirma que la ficción llevada al extremo gana adeptos con el paso del tiempo; como prueba de ello está el best-sellerDanza de dragones, de George Martin, más popular gracias a Juego de Tronos, que continúa siendo el quinto más vendido en su formato de bolsillo. Los textos de pequeñas dimensiones confirman que el tamaño importa, y se van haciendo un hueco entre los usuarios, que con el sol llenan, cómo no, los bolsillos, con sus obras favoritas en versión mini. Una forma coqueta y muchas veces práctica de tener y trasladar biografías, colecciones, antologías o cualquier tipo de libro, con la pega de que algunas son de tal reducción que ponen a prueba las vistas más sagaces.
El perfil del comprador no está del todo definido. En Siglo XXI lo llaman "lector de toda la vida", mientras que en Beta destacan el creciente interés de la juventud. Aquí no entran sólo los éxitos encabezados por la saga Crepúsculo o el famoso Harry Potter. De nuevo los índices demuestran que hay otro tipo de lectura que también gusta, y en él destaca Elsa Punset con Una mochila para el Universo, que este verano se ve en muchas playas de nuestra geografía. La filósofa, hija del científico Eduardo Punset, responde a un sinfín de preguntas que todo el mundo se ha hecho alguna vez.
Y es que a pesar de que a día de hoy las familias españolas se mantienen a duras penas conforme sube a diario la prima de riesgo, limitándolas en muchos aspectos, hay algo que esta económica parienta no logra eliminar: la libertad. Y qué mejor forma de encontrarla que en un libro.
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