El humo del tabaco y las cachimbas son propagadores del coronavirus
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El jefe del Servicio de Neumología del Juan Ramón Jiménez apunta a la presencia de gotas gruesas que pueden ser portadoras del virus e ir mas allá de la distancia social
huelva/Que el coronavirus se mantenga a raya es en la mayor medida, cuestión de los ciudadanos que ya conocemos las medidas preventivas. Entre ellas se encuentran dos muy extendidas como son el hábito del tabaco y fumar en cachimba, este último especialmente entre la juventud.
En ambos casos nos encontramos ante dos casos que pueden favorecer la expansión del SARS Cov-02 que como ya se sabe es el agente causante del Covid-19 que en Huelva ha sido el causante de acabar con cerca de 50 vidas.
El responsable del Servicio de Neumología del Hospital Juan Ramón Jiménez, Roberto del Pozo explica por qué de ambos hábitos y costumbres pueden ser también perjudiciales en referencia a la pandemia del coronavirus.
En ambos casos hay un ingrediente común: la expulsión del humo se produce tras una exhalación más profunda. Hay que tener en cuenta que el coronavirus u otros tipos de virus se transmiten “a través de lo que llamamos gotas gruesas que se expulsan cuando hablamos, tosemos o estornudamos”.
La distancia media a la que pueden llegar se encuentra entre uno y dos metros, de ahí lo de la distancia social. Cuando esas gotas proceden de un estornudo pueden llegar más lejos. En el caso del tabaco o de una cachimba, además de esa exhalación profunda, el humo puede ir más lejos de esos dos metros por lo que su área de alcance es mayor. Hay que tener en cuenta que en ese humo van algunas de esas gotas gruesas que pueden contener el coronavirus.
Ambos hábitos también comparten otra situación que por obvia no hay que dejarla de tener en cuenta: que para fumar no se puede tener puesta la mascarilla, lo que ya implica otro factor de riesgo. Otra faceta nada desdeñable es la que hace referencia al carácter social de estos hábitos sobre todo el que se realiza en cachimba. Esto implica una distancia social poco aconsejable a lo que se añade la costumbre de compartir la boquilla con lo que restos de las salivas pueden quedar en ella con su añadido de riesgo.
Algo parecido se puede decir acerca de los botellones donde no es extraño compartir botellas o vasos.
Neumología ha sido y es una de las especialidades más directamente involucradas en el abordaje de la pandemia. Una de las manifestaciones más extremas, que ha llevado a algunos pacientes a la UCI, en total 16 en el Juan Ramón Jiménez, es el de la neumonía bilateral. Es una patología no muy frecuente que sin embargo se ha presentado con mucha mayor asiduidad en los pacientes de Covid-19. Preguntado Roberto del Pozo, si estos pacientes van a tener secuelas perdurables, el neumólogo explicó que aún es pronto para saber ya que las pruebas que puedan dar pistas para tener un conocimiento más exacto de la evolución que puedan tener, habrá que hacerlas algo mas tarde, quiza ya en julio.
A pesar de ello, “se barajan dos tipos de secuelas. En primer lugar las de carácter vascular con la posibilidad de que se produzcan microtrombosis en los vasos pulmonares”. La segunda hipótesis es la que afrontan todos aquellos pacientes que han experimentado un distrés respiratorio. Este fenómeno acontece cuando la persona sufre una neumonía grave acompañada de altas demanda de oxígeno que en algunos casos conlleva a tener que aplicar la respiración asistida. Ante todo ello, los fumadores se encuentran con el doble de riesgo.
De este modo, Roberto del Pozo apuntó al hecho de que “un paciente de Covid-19 tiene el doble de riesgo de acabar en la UCI que siendo fumador”. Añadió que está en estudio el saber si “las personas fumadoras son más propensas a contraer la enfermedad pero lo que sí ya se ha comprobado es que cuando acaban siendo pacientes de Covid-19, tienen el doble de riesgo que las otras, de acabar en la UCI”.
Precisamente, hace escasos días ha sido la celebra el Día Mundial sin Tabaco.
Preguntado acerca de la evolución del hábito, indicó que a nivel nacional, la tendencia comenzó de manera muy positiva ya que de enero a marzo “se percibió un repunte de personas que querían dejar de fumar. A ello contribuyeron un par de hechos. En primer lugar, los habituales propósitos de nuevo año y en segundo lugar, la cobertura por parte de la Seguridad Social, de los tratamientos farmacológicos”.
La tendencia cambió con la irrupción de la pandemia. Sin embargo hay un dato positivo: “Aquellas personas que habían decidido dejar el tabaco, se han mantenido sin fumar”. Las razones que pueden sostener el cambio de tendencia a partir de la irrupción de la pandemia, incluyen el confinamiento que ha frustrado el acceso a hábitos saludables como el teletrabajo, ir al gimnasio o hacer running, sin olvidar las situaciones de estrés o ansiedad que algunas personas han vivido durante estas semanas.
Roberto del Pozo comentó en otro orden de cosas, que tras la irrupción de la pandemia, es hora de retomar la actividad habitual. En este sentido indicó que durante estas semanas “hemos hecho uso de la teleconsulta y hemos visto que es una herramienta eficaz que puede ser uitlizada para pacientes crónicos a los que se les puede evitar muchos desplazamientos”.
El trabajo de un equipo de distintos especialistas
Aparte del drama humano que ha supuesto la pandemia del coronavirus, asimismo ha constituido un reto de enormes dimensiones para los profesionales de la Sanidad que se han tenido que enfrentar a una enfermedad desconocida “en una situación de pandemia que ni los compañeros más veteranos recordaban”, indica el jefe del Servicio de Neumología del Juan Ramón Jiménez, Roberto del Pozo. Ante un reto de semejante envergadura, “se ha hecho un notable trabajo en equipo con otros especialistas y estoy convencido que muchas de las dinámicas que se han puesto en marcha durante estas semanas, han llegado para quedarse”. El desafío del Covid-19 ha supuesto afrontarse a la enfermedad de manera empírica, es decir, con poca evidencia cientñidica que con el paso de los días se ha ido consolidando:“Después de nuestro trabajo asistencial, seguíamos estudiando en casa.
Prueba de lo que ha supuesto todo este esfuerzo es que nuestro protocolo de actuación se cambió varias veces, lo que ha sucedido en otros hospitales. Lo que sí hemos ido comprobando con el paso del tiempo, es que el porcentaje de pacientes que precisaban de pasar a la UCI, ha ido descendiendo con el paso de las semanas”, lo que puede ser un indicio más que sólido de que los tratamientos son cada vez más eficaces.
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