La impresionante remodelación del Instituto La Rábida culminará en marzo
Dado que el grado de protección del edificio es máximo, el aspecto que lucirá será más parecido al de "un museo" que al de cualquier otro centro educativo al uso
Carlos Soriano: "Va a ser la gran infraestructura de Huelva este 2023, ya que estamos hablando del edificio más emblemático de la ciudad"
Una visita a las obras del IES La Rábida, en imágenes
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El 2023 será, sin duda, un año recordado para la provincia de Huelva en materia educativa. Los onubenses volverán a ver el Instituto La Rábida en su máximo esplendor tras el proceso de reforma integral y modernización que comenzó el pasado 2020. Tras dos años y medio de arduo trabajo, desde la Junta aseguran que el plazo de ejecución de las obras concluirán a finales del mes de marzo.
El delegado de Desarrollo Educativo y Formación Profesional y de Universidad, Investigación e Innovación en Huelva, Carlos Soriano, asegura que la remodelación del emblemático edificio estará culminada a principios del próximo año. "La obra se encuentra en la última fase, centrada en los trabajos más finos, en los pequeños destalles y en la climatización, pero esperamos que en los próximos meses pueda finalizar y que en el tercer trimestre esté todo el alumnado disfrutando del centro", ha asegurado.
El delegado espera que las fechas se cumplan si no hay ningún contratiempo, dice, con el suministro de obras, ya que "esto ha sido lo que ha paralizado en cierto modo la rapidez con la que se estaba efectuando el trabajo por parte de la empresa Díaz Cubero, concesionaria de los trabajos".
De ser así, Huelva no solo contará el próximo año con un centro educativo dotado de un completo equipamiento y unas instalaciones al más último nivel, sino que volverá a ver brillar uno de sus edificios históricos, legado del arquitecto José María Pérez Carasa.
"Para mí va a ser la gran infraestructura de Huelva este 2023, ya que estamos hablando del edificio más emblemático de la ciudad. Que su uso se siga manteniendo y destinando para la educación es algo muy importante. Creo que aquí se están cuidando mucho los detalles. No solo se está haciendo una reforma, sino que se está actuando de manera delicada para, por un lado, proteger el edificio y al mismo tiempo para acondicionarlo con las mejores tecnologías de cara a hacerlo más cómodo y accesible para el alumnado", explica el delegado.
"Más costoso reformarlo que hacerlo de nuevo"
Dado que el grado de protección del edificio es máximo (Protección Integral Monumental, abarcando no sólo al edificio histórico, sino a la totalidad de la parcela), el aspecto que lucirá el mismo será más parecido al de "un museo" que al de cualquier otro centro educativo al uso. Aseguran desde la empresa constructora que "ha sido más costoso reformarlo que hacerlo de nuevo", debido al estado en el que se encontraba y a la gran apuesta que se ha hecho para dotarlo de lujo y vistosidad.
"Desde la gerencia y dirección de la obra se han cuidado mucho los materiales que se han utilizado, siendo muy particulares y de alta calidad, lo que le dará un gran protagonismo al edificio dotándolo aún de más valor si cabe".
Una de las cosas más impresionantes son sus volúmenes. "Cuando entras en el hall principal y ves la altura de casi cuatro metros, las increíbles dimensiones de la escalera o el tamaño de las aulas, con amplios espacios y enormes ventanales...es impactante", confiesa Soriano. Igualmente, las enormes estructuras que dan al exterior desprenden una gran luminosidad, lo que invita a acoger distintas iniciativas educativas en el futuro.
El archivo, la joya del centro educativo más antiguo de la provincia
Pero de entre todos los espacios completamente renovados (aulas, zonas comunes, departamentos, biblioteca, zona de exposición en la entrada, un espacio de usos múltiples con escenario), destaca uno con un especial significado que podrá ser visitado y consultado, no solo por los estudiantes, sino por cualquier ciudadano o visitante. Se trata del archivo, una de las joyas del centro educativo más antiguo de la provincia.
Un archivo histórico y singular que alberga este centro por su tipología y su valor. Desde su apertura en 1856, el Instituto Rábida fue la principal institución educativa laica y pública de la provincia de Huelva durante gran parte del siglo XX, hasta la llegada de la universidad. Por sus aulas han pasado miles de alumnos y profesores, muchos de ellos ilustres como es el caso de Antonia Arrobas, la primera mujer en acceder a los estudios de enseñanza secundaria en España, o el premio nobel Juan Ramón Jiménez, sin olvidar a José Caballero, uno de los principales artistas del siglo XX en nuestro país, el físico Juan Pérez Mercader, reconocido internacionalmente, o Jesús Hermida, periodista y presentador de televisión, entre muchos otros. Un centro por tanto protagonista no sólo de la historia de la provincia de Huelva, sino también de la historia de España. Es por eso que todos estos ilustres alumnos tendrán su espacio en el archivo de este centro: "Un archivo que estará abierto y se podrá consultar de manera independiente al centro, ya que tiene su propia entrada", indica el delegado del ramo.
Qué queda por terminar
Según Jesús Díaz Maltrana, técnico de la Agencia Pública Andaluza de Educación (APAE), "lo que es considerado como una obra ya ha terminado". Ahora queda instalar la calefacción, el nuevo depósito, la legalización del servicio contra incendios, terminar los accesos, trabajos de urbanización, pintura, jardinería, carpintería metálica, el embellecimiento de la fachada trasera y la construcción del gimnasio junto al centro educativo.
"Este lugar requería un plus, con alicatados especiales, suelos continuos, falsos techos acústicos... soluciones constructivas que rozan lo museístico. Por eso hemos intentado dotarlo de la calidad que merece un edificio de esta envergadura", explica.
Toda la actuación ha girado desde el principio a dejar el edificio en su estado original, primitivo, previo a las actuaciones de adecuación que se llevaron a cabo durante los años 50-60. "La hemos devuelto a su estado original. En cuanto a la fachada, sobre todo, que es lo más característico de este edificio, la hemos adecuado para respetar al máximo su esencia".
El estado de las cubiertas fue el principal problema
Óscar Moya Fernández, encargado de la obra en la Empresa Pérez Cubero, está muy satisfecho con el resultado, dice, tras dos años y medio de intenso trabajo.
"Ahora se ve lo bonito. No se ven ya los trabajos de demoliciones, cambios de forjado, cubiertas nuevas...ha sido duro. Pero cuando se llega a este estado resulta muy satisfactorio", cuenta orgulloso, tras contemplar cómo se maravilla la gente de la calle cuando contempla la nueva imagen del instituto.
Los antiguos trabajadores del centro, sobre todo, están maravillados con el resultado. El principal problema del edificio eran las cubiertas. "Hicieron una reforma hace cuarenta años y no se mantuvieron las cubiertas en su estado original, sino que metieron unas placas de fibrocemento que ahora por ley ya no pueden existir en ningún centro educativo", aclara el jefe de obras. Esto provocaba que en días de lluvia tuvieran que suspender incluso las clases. Era una de las patologías del edificio que ahora han subsanado.
"Para llegar a lo que tenemos hoy día hemos necesitado hasta 90 trabajadores en obra en momentos puntuales", dice Óscar, celebrando que ya comienza la cuenta atrás para ver a los estudiantes en las aulas.
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