Notas al margen
David Fernández
El problema del PSOE-A no es el candidato, es el discurso
Gente Inteligente
Huelva/No sé si te has dado cuenta (léase con sorna), pero la integración de la inteligencia artificial y los modelos en auge de trabajo híbrido están redefiniendo el mundo laboral. Además, se da una bonita paradoja: el vertiginoso cambio digital está poniendo aún más de relieve la importancia de la inteligencia emocional para cuestiones tan sensibles como la ética, los límites, el control del desplazamiento del empleo o el clima laboral. Porque sí, la importancia de un clima laboral saludable es, en toda esta revolución tecnológica, más crítica que nunca, y tan importante para la salud de las empresas como para la de las personas.
Está demostrado. Para las empresas, por muy moderna que sea, un clima laboral sano se traduce en aumentos de productividad, retención del talento, reducción del absentismo, mejoras de la imagen corporativa, incremento de la creatividad y la innovación, mejor adaptación a los cambios, mayor rentabilidad… Y para las personas significa mejor salud física y mental, mayor satisfacción y desarrollo personal, una proyección profesional de más calidad, relaciones cooperativas más fructíferas, más motivación, sentido de pertenencia más profundo y mayor equilibrio emocional. ¿Por cuál de estas razones prefieres ponerte tú en acción?
Te lo pregunto porque, tengas o no tengas mando en plaza, tienes la capacidad de influir en el ambiente de trabajo de tu empresa. Un clima laboral positivo no es sólo responsabilidad de quienes lideran o de la alta dirección. Las tendencias laborales actuales, que ponen el énfasis en la salud mental, la diversidad y la inclusión, o la conciliación trabajo-vida, nos desafían a ser más conscientes de nuestras acciones y su impacto en nuestra red de colegas.
Con la certeza de que cada miembro del equipo tiene un papel vital en la creación de un entorno de trabajo saludable, te traigo las siguientes sugerencias prácticas para empezar ya a cuidarte tú cuidando de la empresa que te da el sustento. Porque el amor bien entendido empieza por uno o por una misma, ¿o no?
Propón reuniones periódicas donde poder compartir pensamientos y preocupaciones de manera abierta. Estas reuniones pueden ser informales, como cafés virtuales o encuentros rápidos en espacios de descanso. El quid está en que las personas se sientan cómodas para hablar libremente.
Implementa el ‘muro del bienestar’ en tu oficina, en tu departamento o en tu equipo. Es como un tablón de anuncios, virtual o físico, para compartir recursos, consejos y actividades relacionadas con las emociones. O inicia un programa de ‘colegas de apoyo', donde las personas puedan ofrecerse mutuamente un oído atento y comprensión en momentos de estrés o ansiedad.
Inicia la dinámica de las 'tarjetas de agradecimiento' que la plantilla pueda intercambiar para reconocer los esfuerzos y logros de las demás personas. Otra vez pueden ser en el papel de toda la vida o en tarjetas virtuales. Propón también la posibilidad de organizar eventos donde se celebren estos logros cada mes o al menos una vez al año.
Organiza grupos de estudio o clubes de lectura centrados en el desarrollo profesional y personal. Pueden ser espacios para aprender nuevas habilidades, discutir ideas y compartir conocimientos, fortaleciendo así la cohesión del equipo y la motivación individual. Si además los grupos promueven la diversidad y la inclusión, ¡pleno!
Invita a tus colegas a impulsar de forma colectiva proyectos de voluntariado en la comunidad. Nada como objetivos comunes que se focalicen en las necesidades ajenas para hacer magia con las necesidades propias y las relaciones intra e interpersonales.
Cada acción, por pequeña que sea, contribuye. Tú tienes el poder de influir positivamente en tu entorno laboral y, así, en tu propio bienestar. Ni te imaginas si, además, tienes poder de mando.
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