Tres intrépidas onubenses convierten sus sueños en una profesión

Una ingeniera reconvertida en artista, una científica transformada en hortelana y una especialista en medicina tropical que trabaja como ebanista cuentan su experiencia a la hora de emprender en estos tiempos

Panel de la iniciativa 'Libera tu idea', impulsada por la emprendedora María JL Hierro. / H.I.
Pilar De Mora

17 de octubre 2021 - 06:00

Huelva/La mujeres representan aproximadamente el 35% de los emprendedores en Huelva. Si bien todavía está muy lejos de las cifras de emprendimiento masculino, en los últimos años este brecha se ha ido acortando y el colectivo femenino cada vez tiene más presencia en el mundo de los negocios. Tres claros ejemplos son estas intrépidas onubenses que supieron darse cuenta a tiempo de que sus vidas profesionales nos las estaban llevando hacia donde ellas querían, así que decidieron parar, cambiar de rumbo y perseguir sus sueños hasta convertirlos en un nuevo oficio.

Se trata de Reyes Tirado, científica especializada en clima y ecología, que desde hace tres años lidera proyectos científicos internacionales desde su huerta ecológica en Ayamonte; Nele Coek, una belga asentada en Cortelezor que decidió dejar el estrés que le producía su trabajo como biomédica y cambiarlo por la tranquilidad que le daba trabajar la madera con las manos; y María JL Hierro, ingeniera civil que después de años trabajando en algo que no lo gustaba apostó por su pasión para convertirse en artista y gestora cultural.

Reyes es una apasionada de la naturaleza, la divulgación científica y la educación como motores de transformación hacia una sociedad más justa y sostenible. Con esas premisas en la cabeza, hace tres años decidió comprar una huerta del siglo XVIII en Ayamonte, “con idea de convertirla en un museo vivo de la huerta tradicional onubense para recuperar semillas locales y hacer llegar esa cultura de huerta tradicional y natural a través de la venta de productos ecológicos”, explica.

Son dos hectáreas de terreno que llevaban abandonadas unos 50 años, así que actualmente está trabajando en restaurar las construcciones típicas de un espacio de estas características como son una noria, un acueducto y una alberca antigua, "además de los árboles frutales milenarios con los que cuento para volver a poner en funcionamiento la huerta”. En la finca de Reyes hay granados, almendros, olivos, “e higueras que dan higos arahíles, una variedad antigua de origen árabe, que son muy preciados por todos aquellos que las conocen”.

Reyes Tirado posa con uno de sus sabrosos tomates. / Malia León

“Mi idea, -continúa la hortelana-, es recuperar esas variedades antiguas y la riqueza de lo local para dar a conocer una forma de vida más sostenible, en equilibrio con la naturaleza y con el entorno, acercando a todos los alimentos de temporada, más naturales y saludables”.

Una de las obsesiones de Reyes es conseguir ofrecer “tomates que sepan a tomates”, algo bastante complicado de obtener en el mercado. Para ello, está tratando de recuperar variedades locales de tomate, como el tomate rosa, “que es muy de Huelva”, para intentar ofrecer buenos tomates, “y parece que lo voy logrando porque está funcionando muy bien, la gente ha sabido apreciar el sabor”.

Además, Tirado cree que los tomates de Huelva tienen historia y la está investigando, “fantaseo con la idea de que quizás los primeros tomates que llegaron a Europa lo hicieron a través de las costas de Huelva gracias al comercio con América y es probable que algunas de esas variedades arraigaran aquí y sobrevivan en huertas de particulares muchos siglos después”. Una de esas variedades aún con presencia en la provincia pero olvidadas por la mayoría puede ser la perilla de Lepe. Es un tomate pequeño, rayado verde y naranja que “además de ser precioso está buenísimo”, traslada.

Pero Reyes va a ir más allá y además de ofrecer estos productos de la huerta ecológicos, quiere que, a través de compartir sus conocimientos, “mucha más gente sea capaz de cultivar un buen huerto en su balcón, en su terraza o en su jardín ya que me gustaría acercar a más gente a la alimentación saludable y a una forma de cultivar más en línea con la naturaleza”.

Para ello, y para comercializar los productos de la huerta, utiliza su perfil de Instagram, @huerta.del.laurel, canal que usa para, mediante pequeños vídeos tutoriales, explicar a sus seguidores trucos sobre cómo podar las tomateras o cómo plantar las patatas, por ejemplo. De cara a la primavera del próximo año quiere profesionalizar un poco más esta parte de su negocio y poner en marcha talleres, tanto presenciales como online, “para que la gente pueda planificar su huerto de verano y yo les pueda acompañar en esta tarea”, comenta.

Y es que la científica reconvertida en hortelana tiene claro que para emprender con éxito en los nuevos tiempos de esta “casi” era postpandemia hay tres aspectos que no se pueden dejar de lado, “interesa todo lo que tiene que ver con la salud, en mi caso potenciar la ingesta de alimentos sanos; todo lo que tiene que ver con lo local, que sirva para crear comunidad, ya que estos meses hemos visto la importancia de los vecinos y de ayudarnos unos a otros; y el tercero es la ecología, estamos en una situación de emergencia climática y todos lo negocios van a tener que adoptar los nuevos principios de sostenibilidad”.

Nele trabajando la madera en su taller de Cortelazor. / H.I.

La siguiente protagonista en Nele Coek. De nacionalidad belga lleva en cuatro años viviendo en Cortelazor, “aunque conozco la Sierra desde niña ya que mi padre tiene una casa vacacional allí y siempre que podíamos nos escapábamos”. Estudió Biomedicina con especialidad en medicina tropical y cuando estaba haciendo el doctorado su padre, que es médico, le dijo que hiciera algo con las manos para desestresarse, “así que me apunté a talleres de cerámica y madera que siempre me habían gustado”.

Ese fue el punto de inflexión en su vida. “Sentí la necesidad de que tenía que cambiar mi vida,-afirma,- y empecé pasando temporadas para desconectar en la Sierra hasta que en una de esas elegí cambiar el doctorado en enfermedades tropicales por mi propio taller de ebanistería, con la idea de poder disfrutar un poco más de la vida y hacer de mi pasión la forma de ganarme la vida”.

Así es como nació Denumu, que viene de “descubrir un nuevo mundo en español, que es precisamente lo que hice yo: descubrir la belleza de una vida lenta en un pueblo tradicional andaluz y descubrir la artesanía de antaño y cómo combinarla con el diseño moderno, en definitiva descubrir nuevos diseños hechos con pasión, eso es lo que es Denumu”.

Nele hace muebles y objetos de madera con sus propias manos. Tiene diseños propios pero la mayoría de sus trabajos son por encargo. Si tienes una idea de mueble en la cabeza y no lo encuentras ella te lo puedo fabricar y aunque su prioridad es vender de forma local o como mucho dentro de España, “también tengo una web para tratar de vender mis diseños por todo el mundo”.

La artesana cree que lo más importante a la hora de poner en macha tu propio negocios es seguir tu corazón. Para ella, “la motivación emocional debe ser más importante que la motivación económica, ya que si no te dedicas a algo que te gusta nunca vas a llegar al punto en el que quieres estar”. En este proceso Nele cree que es fundamental apoyarse los que te rodean para establecer sinergias, “ayudarnos entre nosotros en muy importante porque juntos siempre vamos a conseguir más que de forma individual”.

La tercera de las emprendedoras perseguidoras de sueños es María JL Hierro. Ella es gestora artística, agitadora cultural y creadora autodidacta nacida en Huelva, que aparcó su profesión de ingeniera civil para dedicarse a su verdadera pasión: el arte en todas sus vertientes.

Tal y como ella cuenta, después de vivir durante 10 años “una serie llamada cómo liarla parda estudiando una carrera que no te gusta” tras la negativa familiar a que María estudiara Bellas Artes, “me seguí dejando llevar por lo que se esperaba de mí y empecé a trabajar como ingeniera, pero nunca me mantuve ajena a lo que realmente me gustaba y seguía pintando y acudiendo a ferias”. Empezó a trabajar en varias empresas, “pero para mí esos empleos eran como un novio que no te gusta, sabes que lo vas a terminar dejando, y al final así fue”.

María no era capaz de soltar los pinceles y los dibujos que iba haciendo se los regalaba a sus amigos, “y gracias a eso encontré mi primera oportunidad cuando me ofrecieron participar con mi obra en un evento cultural y me fue genial. Tanto incluso que me ofrecieron participar en una galería en San Juan del Puerto, y allí también me fue también muy bien”.

María JL Hierro posa delante del panel liberador de ideas en el Foro Intrépida Plus. / H.I.

A estas oportunidades aprovechadas hay que sumar la llegada de Instagram, @mariajlhierro, “herramienta que también empecé a utilizar para vender mi obra y que me permitió llegar a más público, lo que hizo que empezaran a lloverme oportunidades en el mundo del arte, así que se puede decir que fui adquiriendo conocimientos a partir de la experiencia de ir haciendo cosas”.

El siguiente proyecto que llamó a la puerta de esta artista onubense fue la propuesta de montar una galería de arte en Aqualon. Una vez más se subió al carro y así nació La Ecléctica, “así que ahora soy yo la persona que puede dar oportunidades a otros artistas”.

Otra de las ideas que María tiene en mente es el proyecto Libera tu idea, “por que a través de mi experiencia en el mundo del arte me he dado cuenta de que hay una cantidad enorme de gente creativa y también de gente muy trabajadora y cuando se dan las dos cosas la gente es capaz de hacer cosas increíbles”.

La propuesta de Hierro es que esa gente que tiene muchas ideas pero que no tiene ni tiempo ni ganas para convertirlas en realidad “las liberen para que otro la pueda poner en marcha”. Así, a través de una clasificación de temas, la gente regale sus ideas con vistas a que alguien en cualquier rincón del mundo que tenga esa capacidad de trabajo, el tiempo y las ganas para ponerla en práctica pueda cogerla, “siempre de manera gratuita claro, a mí me sobra esta idea y te la regalo”. La idea es hacerlo a través de una web y en eso está trabajando.

Gracias a todas estas iniciativas María asegura que actualmente es “una cobarde reconvertida que hace lo que le da la gana felizmente y me va bien. Estoy exponiendo en una galería en Madrid, en diciembre tengo prevista una exposición en BlueOx en Huelva, en febrero vuelvo a Madrid a otra feria, muchos proyectos”.

Estas son tres historias de éxito, de mujeres valientes y emprendedoras que un día decidieron ir a por todas, perseguir sus vocaciones reales y hacer de ellas una forma de vida. Las tres coincidieron contando sus experiencias esta semana en el Foro Intrépida Plus, organizado en la Diputación para mejorar la competitividad de las pequeñas y medianas empresas lideradas por mujeres. Seguro que sirvieron de inspiración a muchas de las asistentes.

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