Juan “el del Azabache”
Gente de Aquí y Allá
Qué duda cabe que el restaurante Azabache es toda una referencia en el buen comer y en el buen servicio en Huelva. Y todo ello gracias a Juan Martín Martín y su cuñada Isabel Gómez Domínguez.
Gente de aquí y allá: Ramón Llanes Rodríguez, señor de la poesía
Huelva/Qué duda cabe que el restaurante Azabache es toda una referencia en el buen comer y en el buen servicio en Huelva. Y todo ello gracias a Juan Martín Martín y su cuñada Isabel Gómez Domínguez.
Conocí a Juan cuando tenía su restaurante muy cerca del actual, en la calle Gobernador Alonso, a donde yo acudía a tomar una cervecita a medio día junto con Justo Cuesto y Juan Bisch, ya que todos teníamos nuestras oficinas muy cerca y era nuestro lugar de encuentro para el aperitivo diario.
Más tarde, Juan trasladó su bonito y floreciente negocio a la calle de al lado, a un lugar más amplio, que es donde actualmente se encuentra y que nosotros seguimos frecuentando porque nos sirve, no solo para tapear, sino para ver a muchos amigos que por allí aparecemos y con los que departimos un buen rato, además de disfrutar del buen y amable trato que allí recibimos, no solo de Juan y de Isabel, sino de toda la plantilla de personas que allí trabaja y da un servicio exquisito que a todo el mundo satisface. También es mucha la gente que acude de fuera de nuestra ciudad y que le han recomendado que no se vayan de Huelva sin visitar este lugar.
Pero la trayectoria de este ejemplar empresario es amplia desde que nació en el año 1964 en pleno Andévalo onubense, en el pequeño pero bonito y acogedor pueblo de Santa Barbara de Casa que, dicho sea de paso, posee en su término municipal el dolmen de la Zarcita, que es otro monumento megalítico de los muchos que hay por nuestra provincia y que no me canso de decirle a todo el mundo que no dejen de visitarlo. Y es que no solo contamos con el famoso dolmen de Soto en Trigueros, que desde luego es el más espectacular, sino también con los Gabrieles en Valverde del Camino, los del Pozuelo, o este mismo y que constituyen las casi doscientas joyas megalíticas de Huelva.
Juan se quedó huérfano con solo 9 años y su madre, Juana Martín Morón, más conocida como “la tabica”, lo puso a trabajar en el mismo bar en el que trabajaba su padre José María Martín que había fallecido en septiembre de 1973. Que aprendizaje tan bonito, para adquirir los conocimientos del oficio donde mismo estuvo su querido padre y arrimar unas pesetillas a su casa, que venían muy bien para poder llevar la vida adelante. Muy orgulloso estaría su padre sabiendo hasta donde ha llegado su hijo Juan, que tiene dos hermanos excelentes José María y Piedad a los que quiere mucho y me habla de ellos diciéndome que son encantadores. Además, entre rato y rato, acudía al colegio y así aprendió a leer, escribir y algo más, porque el chico era listo. Cuando tuvo 16 años se fue a trabajar a un buen restaurante en el pueblo de Rosas, en la Costa Brava, localidad marinera y turística en la que aprendió mucho sobre el negocio que él pensaba emprender.
En el año 1988 se casó con Beatriz Gómez Domínguez, a quien conocía de su pueblo desde que ella tenía 14 años y él 16. Y me dice Juan que no deje de nombrar a su suegra Trinidad Domínguez Infante, porque esta señora siempre fue para él como una segunda madre. Tuvieron dos hijos, José Miguel, que es funcionario y trabaja en las oficinas del Catastro; y Paula, que es auxiliar de clínica. Se vinieron a vivir a Huelva en el año 1989 y montaron el bar La Esquina, en Las Torres, y allí comenzaron su nueva vida. Pero se equivocó, porque tuvieron tanta aceptación que no paraban de trabajar y no cerraban nunca, ni siquiera los sábados y domingos, por lo que decidieron cambiar de negocio por otro en el que pudieran descansar. Por eso compraron un taxi, con su correspondiente licencia, y allá que fue Juan a ejercer de taxista con su buen hacer, su exquisita educación y a valorar durante cuatro años su amor por la profesión que desde pequeñito aprendió. De nuevo pensó en abrir otro restaurante, pero con las enseñanzas que ya había adquirido en cuanto al descanso que había que tener. Y es entonces cuando decide abrir el “Azabache”, primero en la calle frente al Gran Teatro de Huelva y, posteriormente, en la misma calle donde está el edificio más bonito de nuestra ciudad, junto al instituto “La Rábida” del Conquero. El Gran Teatro ahora ha celebrado su primer centenario, ya que se inauguró en el año 1923.
Me encanta acudir al Azabache cada vez que puedo a degustar las exquisiteces que preparan en su cocina y llevar allí a los amigos de fuera de Huelva que nos visitan porque tengo la seguridad de que no van a salir defraudados nunca. Hace solo unos días unos onubenses pensaron lo mismo que yo y trajeron a comer a la mismísima Reina Emérita, Doña Sofia de Grecia, esposa del Rey de España Don Juan Carlos de Borbón. Juan está haciendo mucho por la ciudad de Huelva con esta forma de tratar a la clientela y con la forma de tratar los platos que nos pone sobre la mesa. Esto es lo que yo llamo “hacer pueblo”. Además, Juan es una persona excelente y muy solidario, lo cual se le nota en la cara y, aunque a él no le gusta hablar ni decir nunca nada del bien que hace, yo lo sé. Colabora con muchas instituciones y, especialmente, con los más necesitados y, sin duda, las buenas obras siempre son premiadas.
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