El legado de Akira Toriyama

Este mes de marzo recibimos la triste noticia del fallecimiento del legendario Akira Toriyama, una de las figuras más influyentes, queridas e importantes en el mundo del entretenimiento

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El legado de Akira Toriyama. / M.G.
Nacho Fragío Alfonso

24 de marzo 2024 - 05:00

Huelva/Este mes de marzo recibimos la triste noticia del fallecimiento del legendario Akira Toriyama, una de las figuras más influyentes, queridas e importantes en el mundo del entretenimiento. Sus series fueron y son cruciales para las generaciones que le seguirían y su influencia se puede seguir viendo en la actualidad.

El gran impacto de las obras del maestro Toriyama también es inestimable en el mundo de los videojuegos. Y es que no solo participó en los juegos que adaptan sus series, sino que cosechó un vasto historial de proyectos que contaron con su participación; sagas que le deben su identidad y juegos reconocidos como obras maestras atemporales.

Un comienzo que sentaría cátedra

Podemos atribuir al maestro la consagración de un género tan querido y popular como es el de los juegos de rol japoneses (JRPG). Y es que hablar de Toriyama es hablar de Dragon Quest. Saga de JRPG de culto desde su primer lanzamiento en 1986 y buque insignia de la ya desaparecida Enix, ahora parte de Square Enix. Toriyama fue llamado para participar como diseñador de personajes después de que Yūji Horii quedara maravillado con la personalidad e identidad que derrochaban los personajes de Toriyama en sus mangas.

Es precisamente esa identidad tan reconocible la que ha permanecido como marca distintiva en la saga durante todos estos años. Siendo algunos de estos diseños, personajes y enemigos, iconos reconocibles en prácticamente todo el mundo, ¡solo hay que mirar al limo! Hay que destacar que el maestro Toriyama no participó en el desarrollo de todos los títulos de la saga. Y es que, si contamos los spin-off de la misma, podemos encontrar más de cincuenta títulos.

La popularidad de Dragon Quest alcanzó un tamaño inimaginable en muy poco tiempo. Durante la década de los noventa, las empresas tomaban las entregas de la saga como material de estudio para sus propios proyectos y los lanzamientos de nuevos juegos de la saga eran celebrados como un festivo más. Es por es que, a principios de dicha década Squaresoft, la otra mitad de la actual Square Enix, formaría un equipo de ensueño con el que buscaría crear la aventura de JRPG definitiva. Se reunirían figuras enormes como Hironobu Sakaguchi, creador de Final Fantasy, Yūji Horii, creador de Dragon Quest, Tetsuya Nomura, creador de Kingdom Hearts; Akira Toriyama no podía faltar en semejante equipo de eminencias, naciendo así Chrono Trigger, una epopeya temporal con unos valores de producción que sentarían las bases del género de los JRPG.

Chrono Trigger vería la luz en 1995 tras casi tres años en desarrollo y automáticamente pasaría a la historia de los videojuegos como una obra maestra atemporal, uno de los juegos de rol por turnos mejor concebido y recibido de todos los tiempos y es gracias al trabajo de Akira Toriyama y los personajes que creó. En Chrono Trigger algunos desarrolladores dejarían un mensaje a modo de “huevo de pascua”. El maestro Toriyama fue uno de ellos y su mensaje iba dirigido a sus hijos: Sasuke y Kikka.

No todo es perfecto

El reconocimiento que Toriyama recibía por parte de la industria no dejaba de crecer. Parecía que todo lo que creaba estaba destinado a ser la próxima gran saga del sector. Con esta creencia en mente, Square volvería a llamar a Toriyama-sensei para participar en el desarrollo de su próxima saga, esta vez la idea era adentrarse en el terreno de los juegos de lucha. Con la idea de volver a sentar cátedra y repetir los hitos que Dragon Quest y Chrono Trigger, Squaresoft contrataría al que fue director de Virtua Fighter y Tekken 2, Seiichi Ishii, como director de un nuevo juego de lucha en tres dimensiones desarrollado por un estudio recién fundado: DreamFactory.

Contarían una vez más con la presencia de Toriyama para diseñar a los personajes de Tobal nº1, con la esperanza de volver instaurar el referente del género. Esta vez la participación de Toriyama-sensei no fue suficiente para conseguir el éxito y en 1996 Tobal nº1 fue acogido con una tibia recepción. Se le reconocería como un juego ambicioso, con nuevas ideas planteadas para el género de los juegos de lucha en tres dimensiones, pero no calaría en la comunidad y pasaría sin pena ni gloria. Las causas normalmente asociadas al fracaso de Tobal nº1 eran el escaso contenido para un solo jugador y la poca cantidad de personajes jugables; siendo uno de los más destacables Tori, un guiño jugable al maestro Toriyama que, además de su evidente nombre, recordaba en apariencia a Tori-bot, la creación del propio Toriyama para dibujarse a sí mismo fuera de sus series y en las interacciones con los fans.

Los planes que Squaresoft tenía para la franquicia serían demasiado ambiciosos para su propio bien; ya que antes de que la primera entrega terminara de lanzarse de forma mundial, el desarrollo de Tobal 2 habría comenzado. Cuando los malos resultados de la primera entrega empezaron a reportarse, Squaresoft decidiría no lanzar la segunda entrega de la franquicia fuera de Japón. Lanzándose en abril de 1997, justo un año después de la primera entrega. Tori repetiría su aparición en la secuela, pero esta vez formaría parte del plantel inicial.

A pesar del fracaso de la saga Tobal, el prestigio de Toriyama como diseñador de personajes no se vio afectado. Si bien es cierto que el maestro se tomaría un tiempo de descanso y se alejaría del mundo de los videojuegos durante una temporada, colaboraría en la saga Dragon Quest y diversos proyectos con un puñado de diseños, pero pasarían casi diez años antes de volver plenamente a trabajar en un videojuego.

El maestro llamó la atención del titán norteamericano

La fama de Toriyama-sensei como “gallina de los huevos de oro” le volvería a facilitar un puesto en otro proyecto importante. En 2004 Xbox se introducía poco a poco en el mercado y necesitaba juegos para conseguir el beneplácito de los jugadores japoneses. Con esto en mente, el coloso estadounidense contrataría a Hironobu Sakaguchi para desarrollar un nuevo JRPG que captara la atención del público en general y del público japonés en particular.

Sakaguchi volvería a llamar a Toriyama-sensei para que se encargase del diseño de personajes, comenzando así el desarrollo del primer título de la saga Blue Dragon. Este juego se lanzaría al mercado en el año 2006 con una recepción más que favorable por parte de los jugadores, alabando principalmente el encantador y carismático estilo de sus personajes. Esta vez sí que veríamos una saga con potencial para seguir creciendo contando con dos juegos a modo de secuelas y adaptándose a manga y anime desde los videojuegos. Curiosamente, dando el salto inverso a otras obras de Toriyama.

Pese a todo, la saga no perduraría en el tiempo y, en la actualidad, solo está presente en el corazón de aquellos que la disfrutaron. Esta obra sería la última vez que Toriyama asumiría un rol a tiempo completo en un videojuego; pese a que volvería a encargarse del diseño de personajes en la saga Dragon Quest o como artista colaborador en otros proyectos (los enemigos originales de Jump Force son un ejemplo de esto).

Un legado que perdurará en el tiempo

Es innegable que el maestro Toriyama ha sido una de las personas que más ha moldeado el mundo de los videojuegos, especialmente el género de los JRPG. Su partida no es un adiós, y su legado seguirá viviendo. Sus obras van a continuar entre nosotros, como es el caso de la adaptación a videojuego de su mangánimo Sand Land, y que se publicará esta misma primavera.

Con cada una de las historias a las que Toriyama-sensei puso voz, ya fuera en forma de juego, de manga, de anime o de cualquier otra; nos enseñaba cosas sobre nosotros mismos. Con cada nuevo personaje, nuevo enemigo o nuevo escenario que portase la impronta de Toriyama, nos sumergíamos en viajes inefables cargados de magia, nos volvíamos soñadores radicales y guerreros Z.

La obra de Toriyama inspiró a las nuevas promesas y maestros del mundo. Los trabajos de Toriyama-sensei, en especial Dragon Ball, han cambiado el medio del entretenimiento para siempre. Toriyama-sensei representó en numerosas ocasiones la forma en la que él concebía el cielo, tanto en sus series como en sus juegos.

Descansa en paz, Akira Toriyama. Desde aquí esperamos que los cielos sean tan plácidos como los imaginabas.

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