Llamadas que salvan vidas en Huelva

"Lo que abunda es un sentimiento de soledad, pero no ya porque esté sola, no ya porque viva sola, sino porque se sienta sola, se siente como si no existiera", este es el perfil de las llamadas al Teléfono de la Esperanza según su presidente

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Una de las voluntarias del Teléfono de la Esperanza en Huelva contesta a una llamada. / Teléfono de la Esperanza

Huelva/El teléfono suena. A un lado una persona que no encuentra razón para vivir pide ayuda, al otro alguien anónimo, casi un héroe, le dedica su tiempo para hacerle cambiar de opinión. Suicidio, un tema que a veces sigue siendo tabú, es la causa de que 43 personas muriesen en Huelva en 2023, unas tres personas al mes, casi una a la semana.

Algunas dan el paso de pedir ayuda al Teléfono de la Esperanza, que recibe llamadas las 24 horas del día para orientar y acompañar a personas en estas situaciones de crisis. "El suicidio es la primera causa de muerte no natural", apunta Luis Benítez, presidente del Teléfono de la Esperanza en Huelva. En la central de este servicio, todas las llamadas son atendidas por alguien dispuesto a escuchar y apoyar.

Cuando alguien marca el número 717 003 717 lo que está haciendo es una solicitud de auxilio, ante esto Benítez señala que, en ocasiones, reciben en la central alguna llamada en situaciones límites. "Cuando de noche se produce una interacción puede ser una situación límite de una persona que ya no puede más. Incluso muchas veces está en el acto en sí, se ha tomado medicación de más", detalla Benítez que apunta que durante la noche se reciben más llamadas de este tipo, de personas a punto o en pleno acto de autolesión o ingesta de productos tóxicos.

"Están en un momento donde se sienten mal, en donde no tienen a nadie a quien contarles, a quien expresarle eso que están sintiendo", y es exactamente ese el papel que desempeñan los voluntarios en el Teléfono de la Esperanza.

Cuando un teléfono suena en la central, el primer paso es entender por qué llama. Tras esto, el presidente del Teléfono de la Esperanza señala que hay que mostrar entendimiento y apoyo en todo momento, no se puede juzgar a quien llama en busca de ayuda.

Asistentes al ciclo de capacitación para ser voluntarios en el Teléfono de la Esperanza. / Teléfono de la Esperanza

Por ello contar con la formación previa es indispensable a la hora de descolgar el teléfono y afrontar una llamada. Detrás de los teléfonos hay algunos psicólogos u orientadores familiares o personales pero también personas con vocación de ayudar. Pero "tienen que ser personas que estén capacitadas, no que quieran solamente".

Benítez indica que, para aquellos que quieran colaborar, existe un curso en cuyo primer módulo "trabajamos en nosotros mismos" para poder analizar las experiencias vividas, las creencias, las dificultades... "Todo lo que haya conformado nuestra manera de ser y actuar", porque antes de dar el paso de responder a este tipo de llamadas, se deben conocer mecanismos y posibles carencias internas para comprender a quien está al otro lado del teléfono.

El segundo módulo se enfoca en manejar la comunicación con los demás y mejorar la capacidad de entendimiento. Este da paso a un seminario de ayuda para adquirir técnicas y habilidades para ayudar a otros y ya en al central podrán contestar llamadas siempre bajo el control de un supervisor.

Luis Benítez hace hincapié en que durante las conversaciones hay que tener presente que esa persona "tiene derecho a sentir, a pensar y a decir cómo se siente", porque no se trata de coartar, sino de escuchar, entender y apoyar. Durante las llamadas hay que "conocer por qué piensa así o por qué esta vivienda esa situación", un paso que les acerca a conectar con la otra persona.

Charla del Teléfono de la Esperanza en un instituto de Huelva para visibilizar su labor y el suicidio. / Teléfono de la Esperanza

Perfil de las llamadas

"Lo que abunda es un sentimiento de soledad, pero no ya porque esté sola, no ya porque viva sola, sino porque se sienta sola, se siente como si no existiera", este es el perfil predominante según Luis Benítez. Aunque también acuden el Teléfono personas con trastornos mentales o "muy estresadas, como si se les fuera la vida".

Jóvenes, adultos, ancianos, hombres, mujeres... El suicidio ha sido la causa del fallecimiento de 43 personas de entre 15 y 94 años en la provincia onubense el año pasado. La franja de edad en la que más suicidios se cometieron fue de 65 a 69 años con un total de 6 personas.

De forma general las mujeres suelen llamar más al Teléfono de la Esperanza, detalla su presidente. Las mujeres intentan suicidarse más veces, pero los hombres tienden a emplear métodos más letales, tal y como señaló el psiquiatra de la Clínica del Carmen de Huelva, Álvaro Moleón el año pasado.

Luis Benítez indica que durante las llamadas se intenta acabar "por lo menos con la idea" suicida que en esos momentos la persona está teniendo. Una llamada para cambiar una idea y salvar una vida.

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