La lengua como llave a un nuevo mundo en Huelva

La UHU analiza los retos de la enseñanza y el aprendizaje del español a la heterogénea comunidad inmigrante

Mercedes, voluntaria de Cruz Roja, junto al joven mauritano Abdramman, que lleva un año aprendiendo español.
Mercedes, voluntaria de Cruz Roja, junto al joven mauritano Abdramman, que lleva un año aprendiendo español. / Josué Correa
Eva Sánchez

25 de marzo 2022 - 18:33

Huelva/"Llevo un año aprendiendo español, estoy contento porque no puedo vivir sin comunicarme con la gente, conseguir trabajo o divertirme", son las palabras del joven mauritano Abdramman este viernes en la mesa redonda sobre la alfabetización de adultos, enfocada al proceso de enseñanza y aprendizaje del español a la población inmigrante.

Abdramman ha recibido el apoyo de Cruz Roja Huelva, representada por Rocío Pichardo, a la que acompañaban Alejandra Cebrián y Miguel Ángel Polo por parte de Huelva Acoge, José Carlos Sánchez del Centro de Educación Permanente Beturia de Cartaya y Mónica Latasa del Centro de Profesores de Huelva-Isla Cristina.

En el marco de las Jornadas Internacionales Multialfabetización de Adultos en Segundas Lenguas que ha tenido lugar jueves y viernes organizadas por el Centro Coideso de la Onubense, los componentes de la mesa redonda han desgranado los principales problemas que afrontan los que aprenden y enseñan español a una población vulnerable en mayor o menor grado. Dificultades que llegan incluso a enseñarles a coger un lápiz y a atender a personas cuya primera toma de contacto con la educación se ha producido ya en España, es decir, que no están alfabetizadas ni siquiera en su lengua materna.

La voluntaria también de Cruz Roja Mercedes, religiosa y maestra jubilada y sin embargo activa, ha destacado que a estos alumnos "les hace mucho bien el contacto personal". En su ONG cuentan con diferentes programas en los que la intensidad del aprendizaje del idioma varía según las necesidades. Desde hace un año tienen implantado una iniciativa de mentoría por la que los inmigrantes cuentan con un voluntario cuya ayuda en el día a día les sirve de complemento a lo que aprenden a un nivel más académico y gracias a eso "tienen una evolución más rápida y eficaz", ha explicado Rocío Pichardo.

En Huelva Acoge también trabajan en este aspecto más personal, que va más allá de la mera enseñanza de una lengua que es su llave para entrar en un mundo nuevo. Por eso, "intentamos transmitir no tanto el aprendizaje exclusivo del idioma, a veces es la primera toma de contacto con una cultura nueva", señala el formador Miguel Ángel Polo.

El Centro de Educación Permanente Beturia de Cartaya forma a un gran número de alumnos marroquíes, en su mayoría inmigrantes que trabajan en el sector agrícola. Muchos se forman para obtener el título que necesitan para adquirir la nacionalidad española pero a todos se les expide un certificado de aprovechamiento, una acreditación de que han pasado por estas aulas. "Hemos dado pasos en los últimos cinco años", indica el maestro del centro José Carlos Sánchez. El alumnado es diverso, desde aquel al que hay que alfabetizar a los que este año forman un grupo de nivel B-1 pasando por aquellos que tienen nociones de francés que les ayudan en su aprendizaje.

La asesora del Ámbito Lingüístico del CEP de Huelva-Isla Cristina, Mónica Latasa, trasladó su experiencia como profesora y alumna en Alemania a un proyecto Erasmus + para dar formación precisamente a los docentes encargados de enseñar español a adultos inmigrantes, que precisamente en el país europeo tiene regulada una capacitación específica. Además de los recursos y los modelos a implantar en este tipo de aprendizaje, Latasa ha destacado también la importancia de la "educación emocional" destinada a este colectivo vulnerable para el que no siempre se dispone del material adecuado, sobre todo en los niveles más elementales.

"A una persona de 40 o 50 años poco alfabetizada no le puedo dar una ficha con colorines e infantilizada", ha ejemplificado Miguel Ángel Polo. "Quedan muchas necesidades por cubrir", ha concluido Analí Fernández, moderadora junto a Esther Cores de la mesa redonda.

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